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Kroos celebra el gol con sus compañeros

Kroos celebra el gol con sus compañerosAFP

Real Madrid 2-1 Cádiz

El Madrid recupera el tono ante un Cádiz que inquietó al final la victoria en el Bernabéu

Modric falló el 3-0 en un remate claro a puerta vacía tras lo que los de Sergio González tuvieron opciones de empatar

Pues Alejo, antes del minuto uno, ya se llevó a Vinicius por delante. Es un poco como la caza del zorro. El pitido inicial es como el toque de corneta (o de cuerno), tras el que empieza la batida. Antes del minuto diez ya eran cuatro las entradas que había sufrido el brasileño. Un partido premundial, preparón, donde solo los más sabios, o los más serenos, saben cómo afrontar en esta lenta desconexión por el embrujo mundialista.

Modric era uno de ellos, que se anticipó lo justo al remate en la apertura del Cádiz para taparlo. Espino rozó el larguero de Courtois en un zurriagazo sobrevenido. Trataba el Madrid de encontrarse a sí mismo. Rodrygo ya había aparecido y luego lo hizo Vinicius en una internada fulgurante que terminó difuminada entre las piernas cadistas.

Caños de tacón

Se encontraba el Madrid en la elaboración que apuraba a los visitantes. Kroos dibujaba con escuadra y cartabón y Luka con caños de tacón. Vini y Rodry superaban todas las líneas menos la penúltima donde se perdían los balones como en los cuerpos de los bustos a carboncillo de Ramón Casas. A la amarilla increíble a Militao no le sucedió la amarilla mucho más que correspondiente al derribo impúdico a Mendy.

La cacería a Vinicius continuaba, mientras tanto: la forma del sistema de paliar lo bueno que es. Algo sistemático, sistémico, casi ya atávico, incluso diferido en el codazo de Fali a Rodrygo (una agresión salvaje que pudo verse en grabaciones piratas a posteriori, puesto que la realización no la repitió, quizá para no abrumar a las almas sensibles) que enervó desesperadamente a la presa favorita de los sabuesos. Una amarilla para Fali y otra para Vinicius, que no falte.

Vinicius es amonestado

Vinicius es amonestadoAFP

Balliu puede decirse que es ya un jugador genérico en esta competición maltratada. El Balliu de la noche era Alejo, y el arbitraje el de cada jornada, también el genérico: el escándalo por el que el Bernabéu volvía a gritar: ¡Fuera, fuera! Pocas veces se había visto una cacería tan desigual. Los dos centrales del Madrid amonestados en medio de la somanta de golpes contrarios.

Obstrucciones constantes, marrullerías variadas ante la mirada de vaca del colegiado. Fue en la vuelta del córner cuando Kroos vio a Militao adelantarse para enviarle la pelota directamente a su cabeza para marcar a placer como si diera un pase a la red, sencillo: todo lo había hecho el alemán. El mismo Militao le pasó por debajo a Sobrino y este le bajó la barrera para obligar al árbitro en directo a sacarle la amarilla. Magia. Milagro.

Una parada cubista

En el reinicio Lucas seguía siendo la aguja de tocadiscos del Madrid, que empezó a dominar seriamente en los medios. Justo cuando se escribía esto el Cádiz enhebró una jugada que salvó Courtois con una manopla salida de no se sabe dónde: una parada cubista. Lo que vino después fue la contra escrita en la pizarra mental del doctor Toni Kroos que Carcelén desvió al final tras el remate de Valverde. El pasillo de escuela seguía para Vinicius, fajándose en su particular lucha olvidada, pero no acabada, desesperante e infinita.

No todo lo encontraba el Madrid, pero sí a Lucas. Aparte de en el caso de Vinicius, el reparto gaditano había cesado por el dominio claro del Madrid. Una cuestión a tener en cuenta más allá o a propósito de arbitrajes. No el antídoto, pero si un potente analgésico contra las irregularidades. Rodrygo se movía por el campo como un pez en una película de Disney.

Kroos dispara a gol desde fuera del área

Kroos dispara a gol desde fuera del áreaAFP

Y cómo movían los blancos el balón en los tres cuartos y más adelante con Vinicius y Rodrygo buceando, aturdiendo a los rivales. Fue el preámbulo del rebote que cazó Kroos al vuelo para fusilar a Ledesma desde Greifswald, su ciudad natal. Vinicius corrió y se llevó todo por delante, incluida la puntería de Modric a puerta vacía, quien fue coreado por el público igual que si hubiera marcado el gol de su vida.

Pero de cerrar el partido con el tercer tanto local, se pasó al dos a uno tras dos rechaces/paradas de Courtois, que no pudo con la tercera. Quien iba a decir que Modric iba a poner en peligro un triunfo incontestable de su equipo. Pero no era Modric, sino el fallo garrafal, humano. Hubo nervios, sobre todo en los cuatro minutos de añadido en los que el Cádiz incluso pudo empatar, pero no lo hizo para despedir La Liga por la extraña, inédita y polémica, inoportuna de cualquier modo, Copa del Mundo otoñal.

Ficha técnica:

Real Madrid 2: Courtois; Lucas (Nacho, m. 87), Militao, Alaba, Mendy; Kroos, Tchouaméni, Modric (Camavinga, m. 85); Valverde, Rodrygo (Ceballos, m. 82), Vinicius.

Cádiz 1: Ledesma; Espino, Cala (José Mari, m. 73), Fali, Carcelén; Sobrino (Negredo, m. 77), Alcaraz (Ocampo, m. 56), Fede, Alejo (Bongonda, m. 56); Lozano (Lucas Pérez, m. 72), Álex.

Goles: 1-0 (Militao, m. 40). 2-0 (Militao, m. 70). 2-1 (Lucas Pérez, m. 81).
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