El vestuario del Real Madrid es sagrado: las razones por las que no dejan entrar a la televisión
El club blanco rechaza emitir imágenes de la intimidad del vestuario; consideran que es para «hacer sobreactuaciones y exageraciones»
Florentino Pérez pierde 13 millones por negar la entrada de cámaras y demanda a la Liga por un reparto televisivo
El vestuario es solo «nuestro». Detrás de esa puerta se viven cosas que son sagradas para «nosotros». No quieren que nadie las vea. No desean compartir ese sentimiento. El vestuario del Real Madrid es como la Champions: «Nuestra, indiscutible».
El club madrileño no permite la entrada de la televisión para emitir la charlas del entrenador con sus jugadores antes o durante de los partidos. Tampoco admitirá televisar otros momentos del fútbol.
Diversos profesionales de la entidad consideran que lo que se emite en este sentido tiene un buen porcentaje de «sobreactuación y exageración». Analizan que para ofrecer las imágenes dentro del vestuario se hace una señal de advertencia por la que todos saben que se está televisando y desde ese momento se pierde la naturalidad de esas situaciones.
«Vemos cosas que quizá sin las cámaras no serían así, exaltaciones y gritos que pueden hasta falsear la realidad, que parecen artificiales», reflexionan estas personas del club. Que rematan: «El vestuario es inviolable. El propio entrenador (Ancelotti) lo ha dicho. Allí no entra nadie y ya está».
No entran ni los nuestros
Es verdad que el vestuario del Real Madrid es algo muy privado, selectivo. No acceden a él siquiera muchos profesionales de la casa que trabajan con el técnico y con los futbolistas diariamente. No van a permitir entonces que entren cámaras de televisión ajenas al equipo.
El cuerpo técnico indica que en el seno del vestuario se buscan momentos de mucha concentración y piensan que la incursión de la televisión puede provocar la desconcentración, que es lo peor para un entrenador.
Hay un dato importante para negarse a emitir las charlas del técnico con su plantilla. Las cosas importantes no se ofrecen por televisión. La charla táctica, la forma de jugar, el estilo de atacar y de presionar, los datos de vigilancia y de marcaje, las palabras en las que se citan nombres de contrarios, en definitiva los hechos principales del relato que se produce en el vestuario nunca se emite. «Por eso pensamos que lo que se ofrece por televisión es algo superfluo que puede falsear la realidad de lo que sucede verdaderamente dentro de un vestuario».
Hay un santo y seña: «Las conversaciones del entrenador con sus jugadores son íntimas, propias, privadas, sagradas».
El cuadro técnico valora también que los futbolistas están más tranquilos si no hay tele interior. Actúan como son y sin el temor de una cámara perenne que grave en directo expresiones o gestos que no sean bonitos.
La guerra Liga-Real Madrid
Tampoco nos engañamos nosotros y no podemos falsear otra realidad. Esta negativa del Real Madrid a permitir cámaras en sus vestuarios es una batalla más de la guerra de los cien años que protagonizan la Liga Profesional y el Real Madrid. Su enfrentamiento por el reparto televisivo existe desde hace lustros, con más de 50 demandas en curso periódicamente, y se agrava ante cualquier cambio en la normativa de porcentajes de dinero o de la pura emisión televisiva.
Ahora, la casa blanca ha demandado a la patronal del fútbol ante la Justicia por un cambio en el reparto económico de televisión que está relacionado con la entrada de cámaras en los vestuarios.
La junta de división de los clubes aprobó hace un mes que 130 millones de los ingresos por retransmisiones se reservarán para premiar a los equipos que mejor vendan el producto.
Vender mejor el producto significa que los clubes permitan entrar las cámaras para ofrecer las charlas previas a los partidos en el vestuario y también las conversaciones del técnico con sus jugadores en las pausas de hidratación. Se pagará aún más dinero a los equipos que permitan hacer reportajes y entrevistas en profundidad a lo largo de la semana.
La entidad que preside Florentino Pérez se ha negado a cumplir estos parámetros y perderá por ello 13,5 millones de euros. Presenta demanda judicial contra la Liga porque considera que no se le pueden quitar derechos televisivos que el propio equipo produce por decisiones aleatorias como premios de este tipo.
Madrid y Barcelona, sin cobrar más
Esta confrontación es eterna y se enmarca en una lucha perenne del Real Madrid y del Barcelona frente a la Liga desde que Javier Tebas adujo que los dos clubes no podían cobrar más dinero y que cada aumento de ingresos debería repartirse entre los demás. Los dos grandes perciben 144 millones fijos y es su tope. Posteriormente, los derechos de transmisiones permiten que un club como el Real Madrid alcance finalmente los 160 millones anuales, como sucedió en la Liga 2021-22, que ganó.
Hay que decir que Real Madrid y Barcelona perciben 144 millones porque todos los equipos aprobaron en su día que se hiciera el reparto según los pinchazos televisivos. Y los espectadores fueron los que demostraron que veían los partidos de Real Madrid y del Barcelona muy por encima del resto.
Creador del G-30 cuando todavía no era presidente de la Liga, Tebas siempre luchó para que el resto de clubes recibieran más dinero. Y es lo que está haciendo desde que dirige la patronal.
La visión económica del Real Madrid es que la Liga se vende nacional y sobre todo internacionalmente gracias al conjunto blanco. Es el enganche a la competición, el reclamo, el punto fuerte en el mundo. Lo dijo la señora Pimienta, la sucesora de Mino Raiola en su empresa de representación, en sus debates en la televisión inglesa: «Hoy en día el fútbol, los futbolistas, se centra en los grandes equipos de la Premier y en el glamour del Real Madrid. Todos tienen ese deseo de jugar en el Real Madrid».
En este contexto, la casa blanca considera que no se calcula bien su valoración económica en la Liga. Lo mismo piensa el Barcelona. La gran mayoría de los equipos de Primera y de Segunda cubren el 95 por ciento de sus presupuestos con los ingresos televisivos y los grandes piensan que son ellos los que generan esos rendimientos televisivos.
Para el Real Madrid los ingresos televisivos son el 33 por ciento de su presupuesto. La partida de mercadotecnia ya supera a la televisiva desde hace años. Es otro mundo. Por eso el Real Madrid aboga por una Superliga Europea. Tebas está en contra porque perjudica los intereses de la Liga. Desde este punto de partida, todos los vectores acaban en enfrentamientos. Televisivos y económicos. Siempre estarán en guerra. Tienen intereses contrapuestos. Incluso dentro del vestuario.