Brahim lidera a un sólido Real Madrid en la cómoda victoria al Granada

El Real Madrid no olvida el camino que está obligado a cumplir en Liga. Ganar y más en encuentros en los que no cabe fallar. El equipo de Ancelotti ha superado el trámite ante el Granada sin complicación (2-0) en un encuentro en el que ni ha tenido que esforzarse. A medio gas este equipo también gana.

Líder de la Liga (con los mismos puntos que el Girona), el Madrid ha hecho esté sábado lo que tenía que hacer. Ha sido simple. Llegó al Bernabéu, supo que era un partido fácil y se fue con los tres puntos. Se sabía y se cumplió. El Granada no fue rival y al menos para ellos no se llevaron una goleada. Partido muy sencillo sin alardes y adornos que no se recordará ni la próxima semana.

El primer gol llegó de las botas de Brahim. Poco se le puede criticar al malagueño, que aprovecha todos los minutos que le da Ancelotti. Se quedó en mano a mano ante el portero Ferreira y definió a la perfección. Mucho mérito en la jugada tuvo Kroos, que se inventó un pase de esos que solo saben hacer los genios.

Con el resultado ya a favor el Madrid jugó excesivamente tranquilo, sin prisas, aunque nervioso ante uno de esos árbitros, González Fuertes, que sacan de quicio a los jugadores. Sacó amarilla a Bellingham y Rüdiger de golpe por protestar y todo lo que pitaba ya molestaba al Bernabéu, entre ellos un posible penalti a Bellingham que obvió. En ese ambiente Jude rozó el gol tras un precioso taconazo de Brahim, pero falló lo que no venía fallando.

El partido era plácido para el Real Madrid antes incluso de empezar. No está en el calendario que un duelo ante el Granada en el Bernabéu pueda ser complicado. Y más ante este Granada que estrenaba entrenador y que está hundido en la clasificación. Las diferencias entre unos y otros era evidente.

Rodrygo, en un espectacular estado de forma, certificó la victoria en el minuto 57. Fue una jugada de Brahim –el mejor del partido– en la que peleó ante la extenuación. Quien pelea lo consigue y regaló el gol a Bellingham, que falló el mano a mano ante el portero, cuya parada acabó en las botas de Rodrygo, que fusiló la portería andaluza sin compasión.

Y ya el partido se quedó sin historia. No hubo nada más. El Madrid tampoco es que quisiera más al darse cuenta del esfuerzo físico que eso conllevaba y los riesgos de lesión que podía haber. Carvajal, por ejemplo, fue cambiado al descanso y a Bellingham se le vio cansado. Sin historia acabó el partido. Tres puntos para el Madrid, liderato y a descansar esta semana.