La transformación del Real Madrid en las segundas partes: 22 puntos ganados, el 40 % del total en Liga

«Noventa minuti en el Bernabéu son molto longo» dijo Juanito en 1986, y es una frase que se sigue aplicando como el primer día al Real Madrid, sea local o visitante. El conjunto de Carlo Ancelotti se encuentra plenamente metido en la pelea por el campeonato nacional y es así gracias a no bajar los brazos jamás, a seguir peleando cuando parece que el destino te da la espalda, a confiar cuando el resto dejaría de hacerlo. En las segundas partes de lo que va de liga, el Real Madrid ha logrado 22 puntos. Si la clasificación solo contara las primeras partes, el equipo blanco marcharía sexto en el campeonato.

De las 21 jornadas que llevamos de liga, el Real Madrid solo se ha ido venciendo el descanso en ocho de ellas. La historia en las segundas partes es bien diferente, habiendo permitido al Real Madrid ganar nueve de los 13 partidos en los que llegó al descanso empatando o perdiendo. Mentalidad de campeón.

Se necesitan muchas cosas para remontar un partido. La primera, obviamente, es creer en tus posibilidades. Para ello, tienes que haber remontado muchas veces previamente, tener la historia de tu lado. Ahí el relato del Real Madrid no miente. Son incontables las veces que el conjunto de Chamartín ha dado la vuelta a situaciones imposibles, construyendo su relato en torno a ello. Los jugadores del Madrid creen porque ya lo han hecho mil veces antes.

La segunda norma es creer en tu juego. Confiar en tus posibilidades. Saber que si sigues haciendo lo que sabes hacer el resultado llegará. En este sentido, la manera de afrontar este tipo de encuentros del Real Madrid choca radicalmente con la del Barcelona. El conjunto de Xavi, cuando necesita remontar, incapaz de creer en su propio juego, convierte los partidos en una montaña rusa donde pasan muchísimas cosas: eso les puede salir bien, como atestiguan algunas victorias agónicas que han logrado este curso, pero también mal como el último partido ante el Villarreal.

El Real Madrid no. No caen en la precipitación, empiezan a encadenar pases y confían en que la oportunidad llegará. El rival se hunde atrás y siente que el partido se le hace eterno, que el reloj no corre. No basta con querer remontar, hay que saber remontar. Y nadie sabe como el Real Madrid.

Para ganar trofeos necesitas situaciones así. No únicamente por el factor numérico, de sumar más puntos y tomar ese impulso en la clasificación, sino también por el factor anímico. No hay nada más desmoralizante para un equipo que está esperando que pierdas puntos que te vea ganarlos, una y otra vez, en las postrimerías de los encuentros. Y desde el punto de vista personal, el impulso que te da ganar de esa manera cambia dinámicas por completo.