El Atlético de Madrid golea al Girona y abre a lo grande el año en el Metropolitano

La media inglesa consiste en puntuar fuera y ganar en casa. Esa regla define a los grandes equipos y el Atlético se la sabe muy bien. El pasado lunes se fue de Villarreal sabiendo que tenían que ganar ante su gente para sumar cuatro puntos de seis posibles en dos partidos. Y eso es lo que ha hecho este domingo. Los pupilos de Simeone aprovechan el acierto de Griezmann, Llorente y Koke en los momentos clave del partido y consiguen los tres primeros puntos de la temporada en el Metropolitano (3-0)

Por primera vez en esta temporada, el Atlético de Madrid jugó en el Metropolitano y, después de un mercado de fichajes ilusionante, ningún colchonero se quería perder el debut de Julián Álvarez, su nuevo ídolo. El templo rojiblanco estaba lleno hasta la bandera. Poco o nada importó que a las 21:30 de la noche el termómetro marcara 30 grados. Haga calor o haga frío, la afición colchonera nunca va a dejar solo a su equipo. You'll never walk alone que dirían los aficionados del Liverpool.

Enfrente estaba el Girona de Míchel, la revelación de la pasada temporada, que se presentó en el Metropolitano con algunas caras nuevas. A priori, el Atlético era favorito para llevarse la primera victoria de la temporada ante su gente, pero nunca conviene subestimar a los equipos del técnico vallecano. Tienen fútbol de sobra para sorprender.

Los dos equipos apostaron por un fútbol rápido y vertical. Y en base a ese estilo de juego, el objetivo era golpear primero, marcar pronto el 1-0 y quitarse la presión que suele ser típica en esta clase de partidos. No se podía ni pestañear porque tanto Atleti como Girona estaban robando muy rápido el balón. Y para tratar de sorprender al conjunto catalán, los de Simeone volcaron todo el juego ofensivo hacia la banda izquierda, donde Riquelme y Lino combinaban para tratar de buscar los espacios que, presumiblemente, iba a dejar Arnau Martínez, un lateral que busca la profundidad el 75% de las veces que avanza hacia arriba para atacar.

Igualdad. Esa era la palabra que mejor definía lo que se estaba viendo en el Metropolitano. Pero en el minuto 38 se vio la acción polémica del partido. Gazzaniga tocó el balón fuera del área con la mano, Martínez Munuera le sacó tarjeta amarilla al portero argentino (la afición rojiblanca reclamó roja. Bastante clara, por cierto) y pitó falta para el Atleti. Griezmann cogió el esférico y para dentro. El francés la coló por el palo del portero y la grada del Metropolitano levantó los brazos. 1-0 para el Atlético. El '7' rojiblanco consiguió lo que se conoce como gol psicológico. Descanso en el distrito de San Blas-Canillejas.

Marcos Llorente encarrila el duelo

La recta final de la primera parte del Atlético había sido francamente buena. Y la lógica invitaba a pensar que el resultado se iba a mover. En la primera jugada del segundo acto, Marcos Llorente volvió a demostrar su gran disparo desde fuera del área y mandó el balón a la jaula. Golazo del centrocampista español y partido prácticamente encarrilado.

Con 2-0 en contra, a Míchel no le quedó otra que hacer cambios para tratar de buscar ese gol que le diera una ligera opción de remontar un encuentro que se le había puesto muy cuesta arriba. Y el Atlético le dio la pelota al equipo catalán. Todo formaba parte del plan de partido que había trazado Diego Simeone en su cabeza.

La entrada al campo de Portu le sentó bien al Girona. El extremo murciano consiguió en pocos minutos lo que Tsygankov no había sido capaz de hacer en casi 70. Eso es lo que hay que hacer para buscarle las cosquillas al equipo colchonero. Llevarle hasta línea de fondo y sacar centros laterales para hacer trabajar a la zaga.

Pero no había manera. El Atlético de Madrid tenía claro que iba a dejar su portería a cero y no le dejó ni media al Girona. El resultado no se iba a mover y la afición colchonera ya empezaba a celebrar el primer triunfo del año en casa. Y lo que llegó en la recta final del encuentro fue el gol de Koke para ponerle el broche a una noche perfecta.