El Real Madrid se abona a los zapatazos de Valverde y Vinicius para tumbar al Villarreal

«Hay que ganar». Esa era la frase que más se repetía en las gradas del Santiago Bernabéu. El Real Madrid recibía al Villarreal después de una semana de dudas en su juego y tocaba sacar adelante el partido. Lo hizo con mucha personalidad y oficio y después la calidad individual de Valverde y Vinicius ayudó a que se llevaran por 2-0 un bonito duelo.

Sabía el equipo de Carlo Ancelotti que los castellonenses esta temporada son uno de los mejores equipos y que tocaba elevar el nivel para evitar dudas y sustos. Es cierto que todavía lejos de la excelencia, pero respondiendo en un duelo de muchos quilates.

Se jugaba mucho el Real Madrid y el Santiago Bernabéu lo sabía. El empate en el Metropolitano y la derrota en Champions ante el Lille provocó algunos nervios en la hinchada madridista. Realmente, por como está ahora mismo la temporada, ganar no era cuestión de vida o muerte, pero no lograr el triunfo iba a hacer muy largo el parón de selecciones.

Salieron con intensidad los hombres de Ancelotti y Mbappé mandó un primer aviso a la salida de un córner que se fue por encima de la portería. Aun así, el Villarreal estaba más cómodo en el terreno de juego y los primeros 10 minutos fueron amarillos. Tenían la bola y generaban peligo peligro, algo que el Madrid no lograba hacer.

El misil de Valverde

Había sensación de mosqueo en la grada porque el juego no era bueno, pero Valverde se encargó de acabar con eso. Un córner sacado en corto que terminó con la pelota en los pies del uruguayo bastante alejado del área acabó con un cañonazo marca de la casa que sorprendió por completo a Diego Conde. Tuvo algo de fortuna Valverde con su tanto porque la pelota tocó en, curiosidades de la vida, Alex Baena y envenenó el chut. Otra vez el Madrid sacando petróleo a balón parado.

Despertó el gol al equipo blanco, aunque el Villarreal no tardó en despertar y Pépé se estrelló con el travesaño segundos después de que se adelantara el vigente campeón de liga. Después fue Barry quien la tuvo, aunque no fue igual de clara. Estaba el partido bonito y Vinicius se puso el traje de jugón para buscar el segundo.

Lo tuvo el brasileño dos veces en sus botas en menos de un minuto. Ambas jugada muy parecidas, llegando a línea de fondo, y buscando el gol casi sin ángulo. Después se vistió de pasador y Mbappé tiró una pared con él para plantarse solo delante del portero. Conde ganó la batalla al francés al rebañarle la pelota cuando se disponía a disparar. Minutos antes, había sido Bellingham quien probó suerte desde lejos intentando emular a Valverde. Estaba bonito el partido y cualquier podía marcar.

Ocasiones para ambos

La intensidad se mantuvo durante la segunda mitad, aunque los primeros minutos fueron más de ovacionar a Toni Kroos que de estar pendientes a lo que ocurría en el terreno de juego. El videomarcador 360º enfocó al exfutbolista alemán en uno de los palcos y se cayó el Bernabéu. Por poco no se interrumpen los aplausos para sufrir un penalti en contra. Cuadra Fernández señaló pena máxima de Tchouaméni sobre Barry, pero la asistente había levantado la bandera y el VAR confirmó que había fuera de juego.

El ritmo seguía siendo alto, pero las ocasiones ya no caían con tanta facilidad. El partido se volvió más ordenado y la más clara hasta el minuto 60 fue una falta directa de Alex Baena que se marchó por poco. Sustito en el cuerpo y de nuevo Vinicius dispuesto a echarse el equipo a la espalda y liderar el ataque. Lo tuvo con un disparo al palo largo que se fue al lateral de la red y tres minutos después, en el 72, lo consiguió con un zapatazo lejano que puso en la mismísima escuadra.

Aguantar el resultado

Justo después del gol, Vinicius se marchó con molestias en su hombro. Aprovechó Ancelotti –que ya había sentado a Mbappé– para aguantar el resultado. El trabajo ya estaba hecho y solo quedaba esperar al pitido final. No hubo sustos con el marcador y el Madrid duerme empatado a puntos con el Barça, pero se va al parón preocupado por la lesión de Dani Carvajal en el tiempo de descuento.