El Barcelona saca el rodillo y mantiene la distancia con el Real Madrid antes del clásico

Va muy en serio el FC Barcelona de Hansi Flick. Con una plantilla prácticamente idéntica a la que dirigió Xavi Hernández la temporada pasada, el técnico alemán ha desarrollado una máquina de ganar y de aplastar que en esta ocasión le ha tocado al Sevilla sufrirla. 5-1 y un monólogo azulgrana de principio a fin con Lewandowski de dulce. Es otro el delantero polaco.

La Ciudad Condal vivió una nueva fiesta y ya van unas cuantas esta temporada. El Barça no solo está ganando sus partido sino que está goleando y mostrándose muy superior a todos sus rivales. Tienen muy claro los futbolistas de Flick a qué deben jugar y esta noche solo hubo un equipo sobre el césped. El Sevilla no compareció o, mejor dicho, no le dejaron hacerlo. Un ciclón azulgrana se los llevó por delante.

Comenzó el partido antes de que echara a rodar el balón. Eric García se lesionó en el calentamiento y tuvo que dejar su lugar a Ansu Fati. Poco importó este contratiempo, Flick reorganizó el once e igual le salió la jugada hasta mejor que el plan inicial. No porque el '10' del Barça se saliese (no estuvo mal) sino porque su equipo fue amo y señor del encuentro desde que el arbitró ordenó que comenzara el duelo.

Aun así les costó encontrar el primer gol y llegó gracias a un regalo de Peque. Una jugada rápida del Barça en la frontal terminó con Raphinha controlando solo en el pico del área y se lanzó al suelo tras notar el golpe del ex del Racing, que le golpeó con su rodilla abajo. Penalti discutible, pero no dudó en señalarlo De Burgos Bengoetxea y Lewandowski lo convirtió engañando a Nyland como quien no quiere la cosa.

Se hundió el Sevilla

No supo reponerse el conjunto hispalense y el Barcelona se desató. Tras el primer gol quiso más protagonismo y no tardó ni cinco minutos en hacer el segundo. Pedri amplió el castigo al Sevilla con una jugada marca de la casa en la era Flick. El propio jugador canario recuperó el balón en el centro del campo, cedió a Lewandoski, este abrió a la derecha para Lamine, que le puso el pase raso en la frontal. Allí estaba Koundé, que no prolongo sino que echó la bola hacia atrás para que Pedri metiera el interior de su diestra y encajara el balón en la escuadra corta.

Todavía tenía más el Barça para los primeros 45 minutos y Lewandowski redondeó una magnífica primera parte. Esta vez con algo de fortuna, pues en una segunda jugada tras un córner, Raphinha se animó con un disparo raso, le salió malo, pero apareció el pie del ariete polaco para redirigir el esférico y hacer de ese chut defectuoso una asistencia. 3-0 y la máquina de Flick desatada.

Quiso el Barcelona redondear la goleada nada más comenzar la segunda mitad. En absoluto salieron con la idea de guardar fuerzas para una semana en la que esperan Bayern de Múnich y Real Madrid. La cabeza estaba en el partido ante el Sevilla y nada más volver del vestuario Lamine Yamal se sacó un nuevo truco de la chistera y, en parado, se inventó un latigazo a la escuadra con el exterior que Nyland evitó que se colara con una mano espectacular.

Minutos después un fuera de juego milimétrico anuló el gol de Raphinha, que acto seguido lo volvió a intentar pero el disparo se le marchó por centímetros. Seguía con ganas de goles el Barcelona y en solo cinco minutos tuvo incontables ocasiones. Sin embargo, tras no conseguirlo en esos primeros compases, bajaron revoluciones y comenzaron a jugar con el tiempo.

Gol de Pablo Torre y regreso de Gavi

Los minutos pasaban y el partido perdía ritmo. Tuvo el Sevilla la opción de recortar distancias con un penalti a favor y un gol de Lukebakio, pero en ambos casos había fuera de juego previo. No era la noche del Sevilla y sí la del Barça, por lo que Pablo Torre aprovechó una buena jugada entre Pedri y Koundé para, con un zurdazo que rebotó en Marcao, cerrar la goleada.

Todavía quedaba una última alegría para el Barcelona y Flick dio entrada a Gavi. El centrocampista español, 348 días después, regresa a los terrenos de juego, aunque apenas tuvo protagonismo. De hecho, vio como Idumbo recortó distancias y privó al equipo catalán de firmar portería a cero, aunque después festejó otro gol más, este de falta directa, de Pablo Torre. El Barça es un ciclón. Tres puntos más, a cuatro del Real Madrid y lanzados al clásico.