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Rodrygo Goes conduce un balón ante Josko Gvardiol

Rodrygo Goes conduce un balón ante Josko GvardiolEFE

Rodrygo, el cuarto magnífico se hace trabajando

  • Tiene un talento único: se transforma en el cuarto centrocampista para defender y después crear en ataque con una magia en el regate que nadie tiene; Ancelotti y sus compañeros ensalzan su clase y su capacidad de sacrificio

  • Vive su mejor etapa precisamente cuando más competencia tiene, pero se ha ganado el sitio entre ellos y es la cuarta estrella del equipo

El fútbol cambia en una hora, en un día, marcando dos goles al Manchester City hace tres años en dos minutos o firmando un triplete nada más debutar en la Champions en una noche de pasión turca. Rodrygo Goes nunca lo ha tenido fácil en el Real Madrid. Vinicius se ganó el puesto un año antes de llegar él y formaba un dúo perfecto con Benzema. Aterrizó Rodrygo, desde el Santos, y su objetivo fue conseguir la tercera plaza en el esquema de tres puntas, primero con Zidane y luego con Ancelotti, quien ha sabido sacar lo mejor de su talento en cuatro temporadas magníficas. A sus 24 años puede decir con el orgullo de su pueblo brasileño, de Osasco, que lo ha conseguido.

La carrera de Goes se ha definido por una progresión constante ante unas dificultades máximas.

Su explosión de calidad total la demuestra por la banda izquierda. Es su flanco natural. Pero Vinicius es el dueño de ese perfil, por lo que Rodrygo demostró su clase técnica al ganarse el puesto de la banda derecha. Su reto fue ser el tercer delantero en el despliegue ofensivo y el cuarto mediocampista en la estrategia de recuperación de balón. Debía hacer las dos misiones.

Talento en ataque y sacrificado en defensa

Ancelotti comprobó muy pronto que Goes realizaba las dos facetas de manera perfecta. Es el atacante que mejor defiende. El italiano siempre subrayó ese trabajo sin balón del número once. Es el cuarto medio cuando el Real Madrid no posee la pelota. Su banda está bien cubierta con él y con Valverde, como antes estuvo bien taponada con él y con Carvajal. Y no digamos ya cuando el lateral era Dani, el medio derecha era 'Fede' y el extremo Rodrygo. No le entran al conjunto blanco por ese flanco, no.

Los compañeros reconocen su alto nivel

Muchos aficionados no se dan cuenta del cometido que Rodrygo ejecuta en el césped. Sus compañeros de vestuario elogian su calidad extrema con el balón en sus botas y su capacidad de desdoblarse físicamente para convertirse en un centrocampista de presión. El desgaste es enorme.

Rodrygo tiene poderío. Antonio Pintus le puso en forma nada más llegar al Real Madrid y trazó un plan con él para adquirir cuatro kilos de músculo progresivamente. El esfuerzo programado dio resultado. Es evidente.

El cuarto magnífico, o el primero

El vestuario alaba su finta genial, su juego con las dos piernas, su regate impredecible, ese talento para salir por uno y otro lado del defensa con el plus extraordinario de una rapidez excelente. Pero lo que más ensalzan en la cocina de Valdebebas es esa entrega intachable para bajar, morder, presionar y luego tener resuello para atacar con ese arte que no acusa el cansancio. Le sale solo.

El balance de este desarrollo físico, técnico y personal es muy meritorio. La clase ya venía de serie y había que pulirla. Lleva trece goles y siete asistencias esta temporada. Va a mejorar sus mejores cifras, los 19 tantos que rubricó hace dos campañas y los 17 anotados en la anterior.

Su mejor temporada con la mayor competencia

En realidad vive su mejor temporada en el Real Madrid, precisamente cuando más competencia tiene por jugar.

Es tal su nivel que Ancelotti se ha negado a quitarle para colocar un cuarto mediocampista puro en los grandes partidos. Miren que las lesiones han provocado que los resultados no llegaran a favor del entrenador en algunas fases del curso. Lo fácil habría sido situar un cuarto hombre del centro del campo y sentar de salida a Goes.

Rodrygo no se merecía perder la titularidad

Carlo tuvo la valentía de mantener al chaval en el once contra viento y marea. Su postura era clara: 'Rodrygo se merece jugar, no lo voy a quitar'. Y ha jugado. Y ha sido centrocampista. Y un gran delantero.

Goes es también fundamental en el estallido de Mbappé. El esquema juega para buscar al ariete, que es Kylian, y Rodrygo genera muchas jugadas que el francés remata.

Sólo tiene 24 años y está en el esplendor de su rendimiento. Bellingham lo ha dicho: Rodrygo es un jugador que no tiene el reconocimiento externo que se merece. Subraya que es un futbolista como la copa de un pino. El futbolista total.