Novak Djokovic agradece a Dios su triunfo olímpico

Novak Djokovic agradece a Dios su triunfo olímpicoAFP

Djokovic, creyente cristiano, se persigna y agradece a Dios su triunfo olímpico

Novak Djokovic fue uno de los muchos cristianos, en su caso ortodoxo, a los que no les sentó bien la representación de La última cena en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París. El serbio, al igual que la mayoría de la comunidad cristiana, no entendió la necesidad que había de hacer esa burda representación y lo ha dejado claro durante todos sus partidos en estos Juegos.

El campeón olímpico jugó todos sus encuentros con la cruz ortodoxa en el cuello y se encargó de mostrarla en cada entrevista post-partido. Un gesto discreto pero que en seguida se viralizó y dio la vuelta al mundo. El tenista más laureado de la historia desafiando a la organización de los Juegos Olímpicos por una ceremonia muy polémica y por la que han pedido unas disculpas que no parecen sinceras.

Tras su victoria por 7-6 y 7-6 en la final olímpica, Djokovic fue a más y se persignó en el centro de la pista para agradecer a Dios por este triunfo. El único gran título que le faltaba y que ya es una realidad. Una medalla olímpica que le había sido esquiva hasta ahora y que la consigue cuando ya parecía imposible, con 37 años y en la recta final de su carrera.

Sin embargo, si algo ha demostrado Djokovic durante todos los años que lleva jugando al tenis es que siempre tiene fe. Nole va siempre acompañado de su cruz cristiana y se agarra a ella cuando las cosas no salen. Si de algo está orgulloso Nole en su vida es de creer en Dios y está seguro de que gracias a creer ha conseguido ser el mejor tenista de la historia.

La medalla de oro sirve a Djokovic para completar el 'Golden Slam' y convertirse en el tenista más laureado de todos los tiempos. Ya no hay ningún gran título que le falte, aunque él quiere seguir jugando al tenis. Es su pasión y a pesar de su edad se sigue viendo capaz de ganar más.

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