España remonta con autoridad a Marruecos, asegura medalla y va lanzada a por el oro

Lo han vuelto hacer. Tres años después la España sub 23 estará de nuevo en la final olímpica y peleará por hacerse con una medalla de oro que se resiste desde Barcelona 92. Se escapó en 2021 ante Brasil y se intentará conseguir ahora en París después de haber logrado ante Marruecos una remontada que parecía imposible (1-2).

Los Leones del Atlas eran uno de las favoritos al oro, de hecho por nombres eran quienes mejores futbolistas llevaban. Achraf Hakimi, gran estrella del torneo o Ez Abde entre otros. Un equipo muy sólido y que tras adelantarse parecía difícil que fuesen a dejar escapar la final. Eran 11 en el campo y 60.000 en la grada, pero España siempre creyó que la final iba a ser suya.

Contra el árbitro, contra el ambiente hostil de la grada y contra el espíritu antideportivo de Marruecos. A todo eso se ha impuesto España en un encuentro que comenzó siendo una pesadilla. Ilgiz Tantashev, árbitro del encuentro, fue el primer protagonista, primero por perjudicar a España con varias decisiones y después por chocarse con Pubill y marcharse lesionado. A todo eso le dio tiempo en solo 12 minutos.

Entró en su lugar Glenn Nyberg, que se presentó pitando un penalti a favor de Marruecos después de que el VAR le avisara. Pablo Barrios hizo una fea entrada y se castigó con pena máxima. Allí aparecieron Achraf y Rahimi para despistar a Arnau Tenas sobre quién iba a ser el lanzador. Terminó tirando el segundo y lo metió, pero lo que llamó la atención fue la forma de celebrarlo que tuvo el delantero marroquí, directo a reírse del guardameta español

Reaccionó España

El gol cayó como un jarro de agua fría a los de Santi Denia y la afición de Marruecos enloqueció. Durante unos minutos era más notorio lo que pasaba en las gradas, todo lleno de bengalas y de petardos, que lo ocurrido en el terreno de juego. España estaba tocada y Marruecos veía posible matar el partido. Aun así, los españoles lograron rehacerse y terminaron encerrando en el área a sus rivales, que pedían el descanso a gritos.

Llegó el descanso y España siguió creciendo. Es cierto que los minutos pasaban, pero se mascaba el gol. Envidó Santi Denia para ganar aún más metros y obtuvo su recompensa. Fermín López, sí, otra vez Fermín, apareció en una indecisión de Marruecos en su propia área y definió con su zurda para igualar el encuentro.

Ya llovía menos y ahora quien estaba segura de ganar este partido era España. De hecho, Marruecos despareció del terreno de juego y las únicas noticias del conjunto africano que se tenían era en la grada, igual de irrespetuosa que en anteriores partidos. Cuesta entender que no les haya caído ninguna sanción.

Aun así, los españoles siguieron a lo suyo y no se dejaron intimidar por la grada. Estaban siendo mejores y era cuestión de tiempo que acabara cayendo el gol. Eso sí, a punto estuvo de irse por la borda todo el trabajo después de un error de Miguel Gutiérrez que aprovechó Richardson, pero echó fuera su disparo. Se salvó España y ahí fue consciente de que había que dar un paso adelante si se quería el partido.

Los cambios de Denia

Fue precisamente uno de los cambios de Santi Denia, Juanlu, quien reinó en el ida y vuelta que estaba siendo el encuentro y aprovechó un robo y un pase de Fermín, estrella del equipo, para mandar el balón a la cepa del poste y asegurar la medalla de plata a tan solo cinco minutos del final.

Tocaba aguantar y aunque con sufrimiento. España sacó su billete para la final y se asegura al menos repetir el resultado de Tokio. El oro no será fácil, sobre todo si es ante Francia, pero el combinado español con esta victoria no solo ha ganado medalla, sino que se ha curtido en un ambiente hostil. Huele a histórico verano para el fútbol español.