La china He Bing Jiao consuela a Carolina Marín después de su lesión

La china He Bing Jiao consuela a Carolina Marín después de su lesiónAFP

Las lágrimas de He Bing Jiao, rival de Carolina Marín, después de revelar el gesto que tuvo la española con ella

Carolina Marín es una figura icónica del deporte español. Aunque tal vez no goce de la misma notoriedad que Rafa Nadal, Fernando Alonso o Pau Gasol, la onubense es inigualable y este domingo experimentó el lado más duro del deporte, una lesión. Esto no es algo inédito para ella, pues ya ha sufrido dos roturas del ligamento cruzado, y otra vez le ha vuelto a suceder en el peor momento posible: en unas semifinales de los Juegos Olímpicos.

La onubense estaba a solo 11 puntos de volver a la final de unos Juegos Olímpicos. Ocho años después Marín iba a volver a pelear por una medalla de oro, ya la ganó en Río y quería la segunda. Cuando de repente notó un chasquido en la rodilla y se tiró al suelo. Por desgracia, un mal apoyo terminó con su partido y lo que estaba siendo un cuento de hadas pasó a ser una pesadilla.

«Me he roto», le dijo a su entrenador. A pesar de ponerse una rodillera y jugar los dos siguientes puntos, Carolina Marín no pudo más y se retiró entre unas lágrimas que conmocionaron a todo el mundo del deporte. Sus lágrimas fueron las de toda España. Otra vez las lesiones vuelven a frenar a una jugadora a la que solo ellas han podido tumbar. Así es a veces el deporte.

He Bing Jiao, la rival de Carolina en las semifinales, abrazó en varias ocasiones a la española e intentó consolarla, pero Marín estaba desolada. Después del partido, cuando la china acudió a zona mixta para responder a las preguntas de la prensa, Bing Jiao no pudo contener las lágrimas y rompió a llorar después de recordar el gran gesto de deportividad que tuvo Carolina Marín a pesar del momento dramático que estaba viviendo.

«Realmente no quiero que suceda este tipo de cosas. Carolina, incluso, me animó después, diciéndome que jugara bien en la final», dijo entre lágrimas Jiao. La onubense le deseó suerte para la final de bádminton femenino, en esa final en la que podría haber estado ella si no fuese por la lesión.

La historia de superación de Carolina Marín es un ejemplo para todos. Una demostración de que nunca se debe tirar la toalla, aunque por desgracia, eso tampoco garantiza el éxito. La onubense también tuvo un gesto de grandeza con su rival a pesa del momento dramático que estaba viviendo. Todo un ejemplo de deportividad.

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