Carolina Marín se fue lesionada de la semifinal olímpica

Carolina Marín se fue lesionada de la semifinal olímpicaAFP

Las lágrimas sin consuelo de Carolina Marín tras la lesión con la que dice adiós a los Juegos

La mala suerte se volvió a cebar con Carolina Marín. La onubense ha vuelto a vivir la peor cara del deporte y se tuvo que retirar lesionada de la semifinal que estaba disputando contra la china Bing Jiao He, a la que iba ganando por 21-14 y 10-5. Es decir, Marín estaba a nada de volver a jugar una final olímpica.

Pero en el momento más inoportuno, Carolina hizo mal un apoyo, la rodilla le volvió a fallar y se cayó al suelo, lo que le hizo llorar de manera desconsolada. No se lo podía creer. La lesión tenía muy mala pinta. La onubense intentó seguir por el amor profundo que siente hacia España, pero se dio cuenta de que era imposible.

La rodilla le había vuelto a jugar una mala pasada. Cabe recordar que Marín ya se había roto dos veces el cruzado y la onubense sabía que no había nada que hacer. Así se lo dijo a su entrenador Fernando Rivas cuando sucedió el infortunio. Lo primero que hizo Carolina fue pedir perdón a los españoles presentes en el Arena Porte de la Chapelle y acto seguido salió del pabellón en muletas. No quería irse en silla de ruedas. La ovación que le dedicó el público presente en el estadio fue emocionante. Era todo un reconocimiento a una de las mejores jugadoras de bádminton del mundo que se había quedado sin la posibilidad de volver a conseguir una medalla de oro.

Carolina Marín es una de las mejores jugadoras del mundo y que haya tenido que decir adiós antes de tiempo es un jarro de agua fría para la delegación española presente en los Juegos de París. Se daba por segura la medalla de la jugadora onubense, pero cuando hay lesiones inoportunas de por medio no hay nada que hacer. Lo que es seguro es que Marín lo va a volver a intentar. Ya se levantó varias veces en el pasado. La onubense es una persona resiliente y este 'palo' en forma de lesión le va a servir para volver mucho más fuerte. De eso no hay ninguna duda.

Fue un final muy injusto para una de las mejores deportistas españolas de la historia. La onubense estaba en un estado de forma excepcional y la ilusión se había vuelto a instalar en nuestro país. Marín fue capaz de hacerse un hueco en un deporte que ha sido históricamente dominado por jugadoras asiáticas y gracias a su carisma y sonrisa permanente consiguió conquistar los corazones de muchos aficionados de nuestro país.

«Carolina está hundida. Esto ha sido injusto, muy cruel. No tenemos palabras para describir esto, por el nivel con el que había venido, cómo ha ido de menos a más a lo largo de la competición y con la determinación con la que estaba afrontando la semifinal. Es muy duro». Estas palabras las pronunció Fernando Rivas al término del encuentro. Y el sentir del técnico granadino es el mismo de cualquier aficionado español que se quedó helado cuando vio a Marín salir del pabellón desolada.

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