España 23-22 Eslovenia
Los 'Hispanos' se hacen con un meritorio bronce tras una batalla a cara de perro ante Eslovenia
El balonmano español vuelve a sonreír después de pelar con todo por un bronce que tiene un mérito incalculable
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Los Juegos Olímpicos llegan a su fin y todo sigue igual para los 'Hispanos'. Da lo mismo donde jueguen, quienes vayan convocados o las expectativas que haya sobre ellos. Siempre cumplen. Nadie en los análisis previos sobre balonmano daba a España opciones de llevarse una medalla a casa y con una lección de lucha han demostrado que se equivocaban después de vencer por 23-22 a Eslovenia.
Está claro que no es un oro, pero el bronce tiene un valor incalculable, primero porque se convierte en la decimoctava medalla de la delegación española y después por lo difícil que lo han tenido los 'Hispanos'. Sufrieron en el preolímpico, fueron cuestionados en la fase de grupos, pero a la hora de la verdad los hombres de Jordi Ribera han respondido y vuelven a triunfar en unos Juegos Olímpicos.
Salieron los dos equipos como se suele salir siempre que hay una medalla de por medio en los Juegos Olímpicos. Es verdad que no era una pelea por el oro, pero a diferencia de lo que sucede en otros campeonatos, en los Juegos un tercer y cuarto puesto puede terminar sabiendo a oro. De hecho, es el partido más cruel en el que se puede estar, pues el perdedor es el único semifinalista que se va con las manos vacías.
Lo sabía España pero también Eslovenia, de ahí que fuese una tremenda batalla donde la igualdad estuvo presente en todo momento. Ambos equipos se mimetizaron y cuando uno estaba enchufado en ataque el otro también y al revés. Mackovsek era la gran inspiración ofensiva eslovena, mientras que los 'Hispanos' estuvieron liderados por Agustín Casado en los primeros compases.
Nadie se despegó en el marcador
Los minutos de la primera mitad pasaban y ningún equipo dio un golpe al marcador. La máxima diferencia fue de dos tantos y la tuvieron tanto españoles como eslovenos. Primero la tuvo Eslovenia, con el 4-6, gracias a la buena actuación de Ferlin, que se encargó de frenarlo ataques españoles.
Aun así, su buen hacer no iba a ser eterno y Alex Dujshebaev y Aleix Gómez devolvieron la igualada. Ahora era España la que iba lanzada y se llegó a poner 10-8 y 12-10, pero el encuentro estaba destinado a decidirse en el último minuto y Eslovenia reaccionó para poner el 12-12 con el que nos fuimos al descuento.
30 minutos quedaban por delante para decidir la medalla de oro y el encuentro siguió la misma tónica que en el primer acto. España llevaba normalmente una pequeña ventaja, pero no conseguía despegarse en el marcador. La diferencia era casi siempre de un gol, con eslovenos y españoles tratando de aprovechar sus superioridades y peleando en cada jugada a cara de perro. Todos los ataques eran una batalla, con faltas, agarrones y cualquier cosa que se necesitara para evitar el gol. De ahí que las faltas y las expulsiones tuvieran un papel protagonista.
Ahí parecía sentirse más cómoda Eslovenia, que además recibió algún que otro favor de los colegiados y tomó ventaja en un momento de la segunda parte (19-20). Miedo para España, que llevaba muchos minutos sin verse por debajo en el marcador y tenía que gestionar sin nervios esa nueva situación. Lo supo hacer. Primero por medio del incombustible Aleix Gómez, que terminó el encuentro lesionado, y después con un impenetrable Gonzalo Pérez de Vargas. El portero azulgrana demostró que es uno de los mejores del mundo y apareció en el momento que se le necesitaba.
Así llegó España a poner hasta dos tantos de ventaja (máxima en todo el partido) con el 23-21. Restaban solo tres minutos y el bronce estaba cerca. Recortó distancias Eslovenia con un cuestionable lanzamiento de 7 metros, pero no pudo empatar a pesar de tener pelota para ello. Partido agónico que se lleva España para seguir dando alegrías a su país. Los 'Hispanos' son eternos y el bronce ya es real.