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Pedro Acosta celebrando el triunfo

Pedro Acosta celebrando el triunfoEFE

Pedro Acosta, el nuevo «Tiburón Blanco», gana el mundial de motociclismo

Pedro Acosta sumó su primer título mundial en su primer año en el campeonato del mundo de motociclismo, en Moto3, en 2021, y dos años más tarde, en 2023, se ha proclamado campeón de Moto2

El español Pedro Acosta (Kalex), natural del Puerto de Mazarrón, en Murcia, donde nació el 25 de mayo de 2004, puede ser ya considerado un «Tiburón Blanco» del motociclismo, al haber conseguido su segundo título mundial en tres años y continuar mostrando su crecimiento como piloto con su paso a MotoGP en 2024.

El ritmo de crecimiento del «Tiburón Blanco» del Puerto de Mazarrón ha alcanzado unos niveles que no han logrado grandes nombres propios del motociclismo de las últimas décadas, como los del italiano Valentino Rossi o el español Marc Márquez.

Pedro Acosta, reconocido seguidor de dos mitos de motociclismo como el australiano Casey Stoner y el estadounidense Kevin Schwantz, sumó su primer título mundial en su primer año en el campeonato del mundo de motociclismo, en Moto3, en 2021, y dos años más tarde, en 2023, se ha proclamado campeón de Moto2.

Además, el «Tiburón Blanco» del Puerto de Mazarrón goza ya del «visado» para ascender hasta MotoGP de la mano de Gas Gas, una de las marcas de «Pierer Mobility Group», que tiene también KTM, Husqvarna, CFMoto y MV Agusta, entre otras de menor entidad.

Acosta (KTM) es ya merecedor del calificativo de «Tiburón Blanco», tras el dominio que ha mostrado a lo largo de la temporada 2023, que ha sido realmente abrumador, y con ello ha evidenciado un crecimiento directamente proporcional a sus resultados, lo que ha «convencido» a la exigente y exclusiva categoría de MotoGP de que era el momento de estar junto a los más grandes del motociclismo mundial.

Acosta, un «don especial»

La historia de Pedro Acosta, el pequeño y único varón de tres hermanos, pues María del Mar y Miriam son mucho mayores que él, no es fácil de explicar, pues sus propios padres y familiares nunca pensaron que pudiera llegar a convertirse algún día en campeón del mundo de motociclismo, ni por sus aptitudes ni por su carácter, travieso, quejica y algo llorón, según señaló, ya cuando fue campeón del mundo de Moto3, su propia madre, Mercedes Sánchez.

Pero su padre, del mismo nombre que él, Pedro, hasta hace poco pescador de profesión y armador de su propio barco, el «Pesquero Peretujo», que ahora acompaña a su hijo a todas las carreras, se empeñó en intentar hacer realidad el sueño de su hijo, de la mano inicialmente de otro de sus valedores, Paco Mármol.

Pedro Acosta «senior» tuvo que «hipotecar» su propio barco, el sustento principal de la familia durante décadas, para poder financiar la carrera del joven piloto del Puerto de Mazarrón, que ahora ya tiene en su «zurrón» dos títulos mundiales, con apenas 19 años, y un futuro garantizado en la élite del motociclismo mundial, MotoGP.

Lo cierto es que el «Tiburón Blanco» Acosta disfruta de su pasión por las motos gracias a la afición de su propio padre, un habitual de los fines de semana en «rodadas» en el circuito de Cartagena.

Aunque el ya campeón del mundo de Moto2 no parecía querer saber nada de motos, a pesar de tener la primera con cuatro años, o bien la perseverancia de su padre o de quien le vio rodar por primera vez, «Pakote» Mármol, lo cierto es que el niño debía tener un «don especial» y acabó «envenenándose» con la pasión por las motos.

En no pocas ocasiones y en tono jocoso Pedro Acosta recuerda que practicó otros deportes, como las artes marciales, sin precisar claramente cuál de ellas, aunque le duró poco esa afición pues a su modo de ver le «calentaban» demasiado.

En cuanto Acosta se dio cuenta que lo suyo era el motociclismo, no hubo tiempo para nada más, motos por la mañana, por la tarde y casi, casi, por la noche, sin tiempo para conocer lo que el denomina «la fiesta» o lo que es lo mismo, salir de juerga con los amigos por la noche.

Para esos primeros pasos su madre fue un apoyo imprescindible, pues fue la encargada de llevarle a diario a los entrenamientos.

Luego, fue «Pakote» quien comenzó a trabajar con Acosta, pues inicialmente sus padres dieron un paso al lado, aunque ahora Paco Mármol ya no acompaña al campeón y es su padre quien ejerce esos menesteres, pero no impidió que aquél fuese uno de los pilares iniciales del éxito de Acosta, ahora bajo el paraguas de su nuevo representante y director de equipo, el finlandés Aki Ajo.

Acosta ha demostrado y ha mostrado a todos los grandes especialistas del motociclismo que por sus venas corre sangre de campeón, de uno de los campeones del mundo más jóvenes de la historia, y el único que en su debut en el campeonato del mundo logró subirse al podio en las cuatro primeras carreras.

Su carrera hacia el podio

La carrera hacia el título mundial marchaba a muy buen ritmo, a pesar del sexto puesto logrado en Cataluña, pues las siguientes citas se saldaron con dos victorias, República de San Marino e India, un tercero en Japón, y una nueva victoria en Indonesia.

Sólo la lluvia y las muy adversas condiciones atmosféricas le hicieron «poner el freno de mano» en Australia -en donde sólo se repartieron la mitad de los puntos al no cumplirse los dos tercios de carrera por el intenso viento en la zona-, para pilotar de manera muy conservadora.

Acosta no quiso arriesgarse a una caída, por lo que se conformó con la novena posición, que a pesar de la victoria de su rival más directo, el italiano Tony Arbolino (Kalex), le permitía mantener 56 puntos de ventaja.

La carrera de Tailandia era la primera «bola de partido», pero en el circuito «Chang International» de Buriram, Pedro Acosta se encontró con un «pletórico vecino», el también murciano Fermín Aldeguer (Boscoscuro), que ganó la carrera de manera inapelable, lo que obligaba al «Tiburón Blanco» a ser segundo, un objetivo que cumplió, mientras que su único contendiente por el título, Tony Arbolino, debía acabar decimoquinto o no puntuar pero tampoco falló el transalpino, que fue cuarto.

Ese resultado «forzó la prórroga», que ahora «se ha jugado» en el Gran Premio de Malasia, en donde Pedro Acosta lo ha tenido mucho más fácil pues le bastaba con perder un máximo de trece puntos con Tony Arbolino para lograr matemáticamente su objetivo y la segunda posición del podio le garantizó el título, independientemente del resultado del italiano, que fue décimo.

Pedro «Tiburón Blanco» Acosta demostró en su primer año que tenía mentalidad de campeón, una faceta ahora remarcada con su segundo título, y que ha sido determinante para el crecimiento del piloto, el único piloto que en 2024 subirá a la categoría de MotoGP.

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