Las cuatro cosas que España tiene que mejorar si quiere ganar el Mundial

Acabados los cuatro partidos de la Liga de las Naciones a Luis Enrique tan solo le faltan dos antes del Mundial de Qatar. Será a finales de septiembre y los rivales serán los mismos que ha tenido España en estos últimos días: ante Suiza en Zaragoza y en Braga contra Portugal. Tras esos dos encuentros ya no quedará ninguno más. Esta vez no hay una preparación previa con amistosos.

Una vez terminada esta larga concentración, la Selección deja varias certezas pero también dudas. España es líder de su grupo de la Liga de las Naciones y eso hay que destacarlo, pero lo es cediendo dos empates y tras haber mostrado en algunos momentos carencias que en el Mundial se pueden pagar caras. El equipo de Luis Enrique no es ni mucho menos un drama, todo lo contrario, pero está bien señalar algunos problemas que tiene que corregir si quiere competir por la victoria final en el Mundial, donde ya tiene una dura prueba nada más comenzar en un grupo con Alemania, Japón y el ganador de la eliminatoria Costa Rica - Nueva Zelanda que se disputa este martes.

La defensa

Es lo más prioritario y la que debería ser la gran preocupación de Luis Enrique. España cede mucho en defensa y en estos cuatro partidos se ha comprobado que hay que mejorar mucho en esta línea. No ha habido encuentro en el que la Selección no haya tenido errores de bulto ya sea a la hora de sacar el balón jugado, en las marcas o en las jugadas rápidas. Siempre ha habido ese error, no forzado que una selección candidata al Mundial no puede cometer.

España no ha sufrido en exceso en ninguno de los cuatro partidos –Portugal, Suiza y el doble duelo ante República Checa– pero sí ha dejado jugadas en las que sus rivales con más efectividad podrían haberlo aprovechado. Estos tres países han tenido alguna que otra ocasión clara que si no acabó en gol no fue por mérito español, sino por demérito del contrincante. Y la pregunta es si Alemania, por ejemplo, será tan benévola como lo fue la República Checa en Praga, por citar un ejemplo.

En esta defensa Luis Enrique igual juega con la pareja Diego Llorente-Pau Torres que con Iñigo Martínez-Eric García. Este último es el que ha demostrado estar a un nivel inferior, pese a que el seleccionador nacional se empeña en ver aquello que la inmensa mayoría no encuentra.

Más definición y más verticalidad

España no ha jugado mal en ninguno de sus recientes compromisos, pero ha tenido una falta de ideas que se basaba principalmente en hacer del plan A el único estilo posible. Eso no es ni mucho menos algo negativo, pero está bien siempre tener alternativas para cuando no salgan los planes iniciales. Luis Enrique juega de una forma determinada, con el control apabullante de balón y la posesión como ADN (este domingo, en Málaga, llegó a tenerlo hasta en un 70 %), pero se queda siempre en la horizontalidad: pases de un lado a otro para cansar al rival.

La Selección no es ni mucho menos un drama, todo lo contrario, pero está bien señalar algunos problemas que tiene que corregir si quiere competir en el Mundial

El problema del gol, por su parte, lo lleva arrastrando desde hace ya tiempo. Y sigue sin solucionarse. En estos cuatro partidos España ha realizado un total de 41 remates y solo ha hecho seis goles. Es una cifra baja para una selección de primer nivel. De esos remates, además, la inmensa mayoría no son a puerta (14). Es decir, no son de gran peligro.

No depender de individualidades

Tener grandes jugadores es, evidentemente, una gran noticia. España los tiene. El problema es que la Selección necesita de una actuación individual muy destacada para ganar partidos. En estos partidos ha sido especialmente de Gavi, pero por ejemplo Asensio fue la figura ante la República Checa. Si no hay una gran actuación de algún futbolista, es difícil que el equipo carbure.

España ganó el Mundial 2010 –y las Eurocopas– sin una gran figura en su equipo. Era más el bloque el que llevaba al éxito. Indiscutible las figuras son fundamentales, y entonces también las había, pero España debe ganar también sin que a un jugador en concreto le venga la inspiración. Hay que hacer más bloque.

Un once claro

Posiblemente, Luis Enrique sí tenga claro cuál es su once inicial y con que futbolistas jugará en Qatar, pero lo que está claro es que los aficionados no. La Selección ha cambiado continuamente de equipo inicial y en estos cuatro partidos ha ido cambiando de jugadores como nunca antes se había visto.

Luis Enrique pasó de tener un once con Portugal a hacer hasta ocho cambios en el siguiente encuentro en Praga. Para jugar en Suiza realizó otros ocho cambios, regresando algunos de los que habían jugado en el inicio de concentración. Y para acabar en Málaga este domingo realizó otras nueve modificaciones. Una continua rueda que se puede entender como prueba para el Mundial, pero que también da sensación de improvisación y más cuando solo quedan cinco meses para el inicio de la cita de Qatar.