Bale rescata a Gales y penaliza la pasividad americana

Tras la goleada de Inglaterra tanto Gales como Estados Unidos se jugaban mucho en su debut en Qatar. El que saliera derrotado del Ahmad Bin Ali iba a tener muy difícil estar en la siguiente fase. Quien hoy perdiera iba a tener que luchar mucho para estar en la siguiente fase.

Gales tenía tantas de ganas de estar en el Mundial que la afición entonó La Tierra de mis Padres con tanta fuerza que se temió por las venas de algunos aficionados. Y sin cerveza en la grada, lo que da más mérito todavía.

El ritmo del partido lo marcaba el equipo estadounidense con el combinado galés esperando sorprender a balón parado.

Pero el que sorprendió fue Estados Unidos gracias a Timothy Weah –hijo del mítico delantero del Milan– con un centro al área que despejó Hennessey, pero que a punto estuvo de costarle caro ya que golpeó en su compañero Davies y no entró en la portería americana por poco. El peligró continuó y Sargent envió un disparo a la madera. La suerte se aliaba con Gales.

La respuesta galesa llegó mediante un disparo lejanísimo de Ampadu.

Bale, que estaba deseando que llegara este Mundial, mostraba durante el transcurso de la primera parte su 'versión Real Madrid', es decir, pasivo y contando sus errores por pares ante una selección en la que había más de un compañero de equipo de la MLS.

Estados Unidos dominaba pero sin concretar ante una Gales que no pasaba de medio campo. Sin embargo, antes del descanso, Timothy Weah batió por bajo a Hennessey –emulando a su padre– con un disparo raso y ajustado.

Davies intentó la igualada antes del descanso mediante la única opción con la que Gales podía anotar: a balón parado. Ni con esas. Llegaba el descanso con un resultado que reflejaba lo vivido en el césped.

La segunda parte comenzó con la afición galesa rugiendo con la firme intención de contagiar a los suyos.

Los Dragones Rojos se activaron y protagonizaron sus mejores minutos ante unos Estados Unidos que desprendían algo inédito hasta ahora: miedo escénico. La selección galesa ahogó a los americanos, pero en el fútbol no se sobrevive a base de intención, sino a base de goles, algo de lo que adolece el combinado entrenado por Rob Page.

Gareth, el príncipe de Gales

Gales hizo del balón aéreo su mejor baza, pero Turner y el nulo acierto galés de cara a puerta despertaron del sueño a un equipo que visibilizaba el empate que llegó en el 82, gracias a Gareth Bale, quién si no. Fue víctima de un penalti que le hizo Zimmerman. El ex del Real Madrid se lo guisó y se lo comió. El 'príncipe del golf' despertó de su letargo, fusiló a Turner y volvió a convertirse en salvador de los suyos.

El gol sirvió para que Gales se terminara de desmelenar, pero le faltaron minutos para culminar una remontada que hubiera sido histórica. La selección galesa salva un punto de oro y pone fin a una segunda jornada donde lo vivido durante los segundos cuarenta y cinco minutos en el Ahmad Bin Ali, unido al despliegue ofensivo de Inglaterra, fue lo único salvable. Un día más propio del bostezo que del disfrute.