El tenis masculino se llena de dudas: ¿Quién acabará triunfando en Roland Garros?
Queda una semana para que empiece el segundo Grand Slam de la temporada y la imprevisibilidad del deporte hace imposible predecir quién va a ganar en París
Visto lo visto en las últimas temporadas, nadie se hubiera imaginado ver en pleno 2024 un circuito masculino de tenis con tantas incógnitas y con pocas certezas. Simplemente, estábamos malacostumbrados a la tiranía llevada a cabo por dos fueras de serie como Rafael Nadal y Novak Djokovic. Y cuando se produce un bajón tenístico de los dos, el aficionado se lleva las manos a la cabeza.
La buena noticia es que hay alternativas por si alguno de los dos falla. En los últimos dos años, Carlitos Alcaraz y Jannik Sinner han irrumpido con fuerza, pero son tan jóvenes que por mucho que hayan conseguido todavía les queda mucho por demostrar. Y esta temporada esto se está comprobando. Los contratiempos físicos y la presión les están perjudicando más de la cuenta y ya han perdido partidos importantes cuando todo el mundo los daba por ganados.
Pero al final el tenis es un deporte tan imprevisible que no se sabe por dónde te va a sorprender. Esto se ha comprobado en la presente gira de tierra batida. En Montecarlo fue Stefanos Tsitsipas el ganador; Casper Ruud levantó el trofeo en Barcelona; Andrey Rublev en Madrid. Y a todo esto hay que añadirle las incógnitas físicas de Rafael Nadal y el inesperado bajón de Novak Djokovic. En definitiva, el tenis masculino ha entrado en un tramo de incertidumbre total.
A la espera de lo que suceda en el Masters 1000 de Roma, torneo que ganará o bien el alemán Alexander Zverev o bien el chileno Nicolás Jarry, lo siguiente en el calendario es Roland Garros, el segundo Grand Slam de la temporada. Y la pregunta que surge es la siguiente: ¿Quién va a ganar en la capital francesa?
Si llegan en un estado físico óptimo, los candidatos para triunfar sobre la tierra batida de Roland Garros están bastante claros. En primer lugar, nunca hay que descartar a Rafa Nadal. Si termina jugando, el rey de París es el rival a batir por cualquiera de sus rivales y sería maravilloso volver a ver al tenista balear triunfar en la capital francesa después de estar más de un año y medio lesionado.
Luego está Novak Djokovic. El serbio está viviendo una temporada muy mala y aún no ha sido capaz de llegar a ninguna final, algo insólito para el tenista de Belgrado. Lo que no se sabe es si está mal de verdad o si todo forma parte de una estrategia para despistar a sus rivales. Y en eso, Nole es un experto.
Tampoco hay que descartar a Carlos Alcaraz. Cierto es que el tenista murciano viene arrastrando problemas en su antebrazo derecho y no se sabe cómo va a llegar a Roland Garros, pero lo que está claro es que si lo juega no va a dar su brazo a torcer. Alcaraz va a ir a por todas y quiere triunfar por fin en la tierra batida parisina.
Y por último está Jannik Sinner. El italiano también ha tenido problemas físicos en su cadera y parece que sí va a jugar en París. Esta temporada ya ha triunfado en el Open de Australia y ya ha demostrado en más de una ocasión que es un gran jugador sobre polvo de ladrillo.
Los tenistas tapados
El tenis tiene ese componente de sorpresa en el que si se tiene suerte se puede llegar lejos. Y a eso se aferran los tenistas que no llevan el cartel de favorito. Ese es el caso de Stefanos Tsitsipas, Casper Ruud, Alexander Zverev, Andrey Rublev, Daniil Medvedev... Es decir, tenistas que ya cuentan con cierta experiencia en los Grand Slams, pero que nunca han sido capaces de sacar su orgullo en los momentos decisivos.
Estos jugadores saben que los cuatro principales favoritos para ganar Roland Garros no están en su mejor momento y que si tienen el día pueden dar la sorpresa, como ya ha sucedido en algún que otro torneo en el pasado. Están listos para cualquier cosa.
En definitiva, Roland Garros está a la vuelta de la esquina y este es el año en el que no queda claro quién va a acabar triunfando en la capital francesa. Esto es lo bonito del tenis. El segundo Grand Slam de la temporada busca dueño.