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08 de septiembre de 2024

Carlos Alcaraz celebra el pase a la final de Wimbledon

Carlos Alcaraz celebra el pase a la final de WimbledonAFP

Alcaraz derriba el muro y las faltas de respeto de Medvedev y acaricia Wimbledon

Está siendo un Wimbledon con mucho menos brillo pero con más madurez para Carlos Alcaraz. Su tenis no fluye como lo hacía la temporada pasada ni falta que le hace. El murciano, sin sacar su mejor nivel en ningún momento, suma y sigue y ha derrotado a Daniil Medvedev en un partido que no pasará a la historia por su nivel, sino por la falta de respeto del ruso a la juez de silla.

Acostumbrados a batallas épicas del tenista español, esta semifinal ha dejado con sabor a poco. Tuvo que remontar Carlitos para terminar venciendo por 6(1)-7, 6-3, 6-4 y 6-4 en un choque con más errores que aciertos. Se esperaba un duelo vibrante, pero se jugó a lo que el ruso quiso, un partido feo que lo perdiera el primero que fallara. Es la táctica del ruso, aunque tampoco en su terreno fue capaz de ganar y prolonga su mala racha con Alcaraz.

Lo mejor del partido se vio en la primera manga. No por el tenis, que en ningún momento fue brillante, pero si por la igualdad y las oportunidades de uno y otro. Medvedev salió con todo desde la primera pelota, pues sabía que sus opciones pasaban sobre todo por ganar el primer set y así hacer dudar al murciano, que ha estado durante las dos semanas de torneo con constantes altibajos.

Le salió bien al ruso, que impuso su ley en el primer set y fue siempre por delante. Consiguió dos breaks por uno del español y todo apuntaba a que se iba a llevar la manga con bastante facilidad. Aun así Alcaraz remó y recuperó el segundo break, lo que provocó que Medvedev se saliese del partido e insultara a la juez de silla al desperdiciar una oportunidad única para apuntarse este capítulo. Se debatió con el supervisor si descalificarle, pero optaron por dejarlo en un aviso. Decisión discutible.

Esa pausa, sorprendentemente, le vino mejor al ruso, que se reordenó y se terminó llevando la manga en el tiebreak. A Alcaraz le tocaba remontar nuevamente, aunque lo iba a hacer sin problema. Su tenis es mucho mejor que el de Medvedev y más aún en hierba. Provocar los fallos de Carlitos le podía valer para un primer set, pero para plantarse en la final hace algo más en este torneo.

Carlos Alcaraz en la semifinal de Wimbledon

Carlos Alcaraz en la semifinal de WimbledonAFP

Poca historia hubo tras el primer set. Ocurrió ante Tommy Paul y ha vuelto a pasar con Daniil Medvedev. Alcaraz remonta cómo y cuando quiere y ahora mismo nadie le tose en hierba. Quizás Djokovic, aunque eso será el domingo si es que el serbio termina llegando a la gran final, pues antes tendrá que derrotar a Lorenzo Musetti.

Al igual que pasó ante el norteamericano, el español elevó su nivel al saque, muy pobre en la primera manga, y dejó de dar opciones de quiebre al ruso, mientras que él seguía disfrutando de bastantes oportunidades. Así ganó el segundo set, con solo un break, e igualó el partido, pero realmente llevaba desnivelado desde que se adelantó en esta segunda manga.

Un paseo a la final

Igual de placido fue el tercer set, con resultado idéntico además. Un break del murciano fue suficiente para adelantarse y mirar liberado hacia su box, donde además de sus padres y su entrenador, Juan Carlos Ferrero, estaba animándole Luka Modric. Sabía el murciano que ya estaba tocando la final con las yemas de los dedos y no lo iba a desaprovechar.

Aun así, en el cuarto tuvo que trabajar más de lo esperado. Logró el break muy rápido, pero se precipitó por el ansia de cerrarlo cuanto antes e inmediatamente regaló su servicio. Tampoco fue un drama, se tranquilizó de nuevo y volvió a aprovechar las opciones que tuvo para, ahora sí, romper a Medvedev y cerrar el pase a la final. El domingo puede ser un día histórico para el deporte español.

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