El despertar de Alcaraz tras un mal final de verano y el deseo de «ganarlo todo» de aquí a fin de año
El tenista murciano ha recuperado la confianza perdida y afronta la recta final del curso tenístico con esa versión dominadora y demoledora a la que nos tenía acostumbrados
¿Falta de respeto o genialidad?: el punto de Carlos Alcaraz que ha abierto un debate en el tenis
El ganar la Laver Cup le ha venido de maravilla a Carlos Alcaraz. El murciano ha recuperado la confianza que perdió después de los Juegos Olímpicos, periodo de tiempo en el que tan solo consiguió ganar un partido de los tres que disputó, el de la primera ronda del US Open contra el tenista australiano Li Tu. Los otros dos acabaron en derrota (contra Gael Monfils en el Masters 1000 de Cincinnati y frente a Botic van de Zandschulp en la segunda ronda del grande neoyorquino).
Se sabe que la confianza en el tenis es un elemento vital. Si sientes que la cabeza no te responde, no hay absolutamente nada que hacer. Y en la mencionada Laver Cup, se volvió a ver esa versión dominadora y demoledora a la que nos tenía acostumbrado Carlos Alcaraz. Solo hubo que ver que no tuvo demasiadas dificultades para ganar a dos cañoneros de la talla de Ben Shelton o Taylor Fritz. Y eso fue visto como un avance importante teniendo en cuenta de dónde venía.
Carlos Alcaraz ha despertado tras un mal final de verano y afronta la recta final del curso tenístico con la moral por las nubes y con toda la ambición del mundo. Porque el tenista murciano quiere ganar todo lo que pueda jugar de aquí a que acabe el año. Así lo confirmó el número tres del mundo con la Laver Cup bajo el brazo. «Yo intento ganar todos los torneos a los que voy. Como he dicho, tuve un momento difícil en la gira americana donde no tuve consistencia ni encontré mi buen juego y ahora quiero ir a mejor y disfrutar de los partidos y cuando entro a pista».
Lo más inmediato en el calendario del tenista murciano es el ATP 500 de Pekín. Ha optado por no descansar después de la Laver Cup y hacia allí ha volado para empezar una gira asiática cargada de ilusión y en la que espera y desea volver a resurgir, aunque en realidad nunca se fue. En un deporte como el tenis es normal experimentar bajones. Sólo hay que ver la temporada de Novak Djokovic, uno de los mejores de la historia. El serbio sólo fue capaz de conseguir el oro olímpico. Que tampoco está nada mal, todo sea dicho.
Alcaraz quiere triunfar en tierras chinas. Primero buscará ganar el mencionado ATP 500 de Pekín, que se disputa en el complejo tenístico en el que Rafa Nadal consiguió la medalla de oro en 2008. Cabe recordar que en la capital china defiende las semifinales del año pasado. Y del 2 al 13 de octubre, el murciano buscará poner su nombre en la lista de campeones del Masters 1000 de Shanghái y, de paso, conseguir su sexto torneo en esta categoría.
Una vez concluida la gira asiática, Alcaraz regresará a suelo europeo y allí, si nada se tuerce, podría jugar el ATP 500 de Basilea y el Masters 1000 de París-Bercy, un torneo que nunca se le ha dado del todo bien por las características engañosas de la pista dura indoor. Y luego la temporada tenística llegará a su fin con la Copa de Maestros (Nitto ATP Finals de Turín), torneo en el que aún no tiene asegurada al 100 % su presencia. Pero si no sucede nada raro, podrá jugar este torneo que te acredita como maestro de la temporada.
Y ya fuera del calendario ATP, en el horizonte aparecen las finales de la Copa Davis, que se disputan en Málaga del 19 al 24 de noviembre y en el que España sabe que en cuartos de final se enfrentará a Países Bajos, una selección a la que debería de superar sin demasiados problemas.
Lo que está claro es que Carlos Alcaraz ya ha olvidado el bajón que sufrió en la recta final del verano y afronta el último tramo del año con plena confianza, con ganas de seguir demostrándole al mundo por qué es uno de los mejores jugadores de la actualidad y con el objetivo de reivindicarse en un tipo de superficie en el que necesita mejorar sus prestaciones si quiere ser lo suficientemente competitivo.