Alcaraz resucita ante Rublev y mantiene vivas sus opciones de pasar a semifinales

Nunca hay que dar por muerto a Carlos Alcaraz. Puede tropezar una vez estando resfriado, pero dos no. Subestimarle no es la mejor opción. Por algo es uno de los mejores tenistas del mundo. El tenista murciano firmó una gran actuación ante Andrey Rublev y se jugará el pase a la penúltima ronda del torneo contra Zverev el próximo viernes (6-3 y 7-6(8).

Después de tropezar en su primer partido contra Casper Ruud, Carlos Alcaraz sabía que no podía volver a fallar. Se jugaba seguir con opciones de meterse en semifinales ante un Andrey Rublev que no le iba a poner las cosas sencillas. Todo hacía indicar que iba a ser un duelo muy igualado y disputado.

Esa igualdad se palpó desde el inicio. Los dos jugadores no tuvieron demasiados problemas para salvar sus turnos de saque y, superada la barrera del primer cuarto de hora de encuentro, el marcador reflejaba un 2-2. Había que esperar para ver las primeras opciones de rotura.

En el quinto juego y saque para Rublev, Alcaraz salió decidido a por el break. El de El Palmar gozó un 15-40 muy apetecible para poner tierra de por medio, pero un par de errores no forzados le perjudicaron y el ruso acabó salvando la papeleta. No pasaba nada. Las oportunidades iban a llegar. Era cuestión de tener paciencia.

El punto positivo es que a Alcaraz se le veía mejor física y anímicamente. Daba la impresión de que los remedios habían surtido efecto. La actitud del murciano era otra (para bien, lógicamente) y se le veía más fresco y decidido a la hora de pegarle a la bola. Y eso se notó en el séptimo juego del primer parcial. Levantó un 40-15 a favor de Rublev para acabar consiguiendo el break y ponerse 4-3 arriba con saque.

Ese quiebre le dio confianza al español. Sobre todo cuando empezó 0-30 abajo en su turno de saque. Parecía que Rublev no iba a tardar demasiado en subsanar sus errores, pero Alcaraz salvó esa situación desfavorable para colocar el 5-3. El primer parcial estaba cada vez más cerca. Y en el siguiente juego lo consiguió. Rublev perdió la concentración y Carlitos pudo celebrar el set con su grito de guerra característico.

Actitud ganadora

Llevarse el primer set le vino de lujo a Carlitos Alcaraz. Se le veía con mucha confianza y sabía que la victoria dependía de él. El murciano estaba jugando de maravilla y no le estaba dando demasiadas concesiones a Andrey Rublev.

Como ya sucedió en los primeros compases del encuentro, la historia se volvió a repetir. El número tres mundial seguía inabordable con su servicio y el ruso hacía lo mismo, aunque sufriendo algo más, gesticulando más de la cuenta cuando fallaba los puntos fáciles y buscando soluciones con alguna que otra mirada hacia su banquillo.

Con 2-2, Rublev hizo un amago de amenaza al resto y estuvo cerca de lograr el quiebre. Sin embargo, como ya le sucedió anteriormente, Carlos Alcaraz mantuvo la calma y logró sacar adelante esa situación adversa para poner el 3-2. Hoy no había motivos para preocuparse.

Los juegos pasaban y el empate en el marcador se mantenía, a diferencia de la primera manga. El break estaba algo más caro. Rublev no se quería rendir tan fácilmente. Eso sí, por fallos de Alcaraz no iba a ser. Había que picar piedra. No se contemplaba otra opción.

En el Inalpi Arena de Turín empezó a oler a tie-break. Se palpaba en el ambiente. La cosa es que tampoco había que adelantarse a los acontecimientos. Como era previsible, se llegó al desempate.

En la muerte súbita, el jugador español confirmó las buenas sensaciones mostradas a lo largo de todo el encuentro y logró la victoria con un tanteo de 10-8. Juego, set y partido para el murciano, lo que le da opciones de seguir soñando con las semifinales.