La ausencia de ego de Rafa Nadal para afrontar su posible último día como tenista profesional
El deportista más importante de la historia de España colgará la raqueta esta semana y este martes podría ser su último partido
Rafa Nadal rebaja las expectativas de cara a la Copa Davis: «No sé si jugaré o no algún partido»
Llegó la semana clave. Rafa Nadal pondrá fin a su exitosa carrera tras las finales de la Copa Davis que comienzan este martes para España. Será el último torneo del ganador de 22 títulos de Grand Slam como profesional y el día de su adiós podría ser este martes, el viernes o el domingo, día donde se celebra la serie por el título y donde toda España espera que esté el balear para colgar la raqueta por todo lo alto.
El balear afronta este evento como uno más de todos los que ha tenido que representar a España a lo largo de sus 20 años como tenista profesional. Es decir, Nadal considera que el equipo está por encima de todo, incluso de su retirada. Por mucho que sus compañeros le hayan hecho saber que no es una Copa Davis más, Rafa no quiere exceso de protagonismo y ni siquiera tiene claro si saltará a pista en algún momento.
Queda poco para salir de dudas, tan solo unas horas. Pronto sabremos lo que ahora mismo solo conoce David Ferrer, capitán del equipo, y quizás los jugadores. El Martín Carpena espera ver a Nadal en acción este martes, ante Botic van de Zandschulp, para vibrar por última vez con el mejor tenista de la historia de España. No obstante, es posible que ese lugar lo ocupe Roberto Bautista, que ha hecho un fin de curso espectacular.
Rafa Nadal no ha pedido jugar. Cree, como ha creído siempre, que eso debe ganárselo y demostrar que está preparado. Por ello, asegura que si le toca saltar a pista en algún partido lo hará con «la máxima ilusión» pero considera que no solo por su nombre ni por ser su retirada debe saltar a pista a luchar por la ensaladera. «Los finales de película son para Hollywood, aquí debemos centrarnos en competir y hacer cada uno lo mejor para el equipo», considera.
Sin ego en el final de su carrera
Resultó sorprendente que Nadal escogiera la Copa Davis para colgar la raqueta. Es cierto que era el último torneo que quedaba este año donde podía ir y darse un baño de masas. El balear tardó en decidir su retirada y por ello las opciones de hacerlo en Barcelona, Madrid o en Roland Garros quedaron descartadas. Sin embargo, podía haber continuado la próxima campaña y acabar en París, la ciudad donde forjó su leyenda.
En cambio, Nadal ha dejado claro que «no tiene ese ego», que no necesita ser reconocido en cada pista a la que vaya y que su misión en este último torneo que le queda es conseguir el título. Sumar una nueva ensaladera a su palmarés.
«No tengo el ego para necesitar despedirme en cada torneo. Podría jugar un año más y decir adiós a los eventos más especiales de mi carrera, pero no tiene sentido para mí seguir en activo cuando soy plenamente consciente de que mi cuerpo no me deja luchar por los objetivos que me motivan», reflexionó.
Y es que en eso se resume todo. Realmente Nadal ya se considera un tenista retirado. Desde que se lesionó del psoas ilíaco en el Open de Australia 2023, el balear no ha podido entrenar con regularidad. Lleva dos años inactivo, pero en cada torneo que ha podido jugar se ha llevado unos homenajes increíbles. Pasó en Madrid, en Roma o en París por dos veces. Tres de las ciudades más importantes en la carrera de Rafa que ya tuvieron la oportunidad de decirle adiós, porque esos raquetazos sonaban a despedida aunque diese miedo decirlo.
Ahora le queda disfrutar de la última semana y, si le toca, dar un último servicio a España. Lleva un mes y medio preparándose para la cita, pero ni él mismo sabe donde está su nivel, pues no es lo mismo entrenar que competir.
Su carrera es de leyenda y este martes podríamos presenciar el adiós del más grande de todos los tiempos. Como cuelga la raqueta un hombre que durante 20 años ha llevado con orgullo la bandera de España por todo el mundo. Se despide en Málaga, con su gente y sin ego, porque hasta para eso es un ejemplo. Los baños de masas ya están dados y ahora quiere marcharse con un último título bajo el brazo.