El tenis sin Nadal: los planes de la ATP para sobrevivir al final de una época dorada
La marcha del manacorí confirma el adiós a la mejor generación de la historia del deporte rey de la raqueta y les toca reinventarse
¿Y ahora qué?: la nueva vida de Nadal en el deporte tras su retirada del tenis
Rafa Nadal ya está «jubilado», tal y como dijo en su llegada a Mallorca después de que España cayera eliminada de la Copa Davis. El tenista balear ya no volverá nunca más a jugar un partido profesional y eso es un gran problema para el deporte rey de la raqueta, que deberá reinventarse para no perder aficionados. Se necesitan nuevas rivalidades y en eso está trabajando la ATP.
El Big 3, con Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic, o Big 4 si incluimos a Andy Murray, ha marcado una época, posiblemente la mejor en la historia del tenis. Rivalidades que han trascendido el deporte y que han logrado que el tenis sea uno de los deportes con más aficionados alrededor del mundo. Se estima que alrededor de 1.000 millones de personas ven tenis en el mundo, lo que lo convierte en el quinto deporte con más seguimiento y el primer a nivel individual.
De todos los grandes de esta última época solo queda en activo Djokovic, que cada vez juega menos torneos. Por tanto, para mantener esa audiencia, la ATP lleva años impulsando algunos proyectos con los que intentar crear nuevas rivalidades que generen emociones similares a las de los partidos entre Federer, Nadal y Djokovic. Una competencia sana que llevó a los tres a ser mejores cada día.
El primero de ellos, el de la Next Gen, fracasó estrepitosamente. La ATP intentó impulsar una generación que desbancara a las caras conocidas y salió fatal, pues siguieron ganando los mismos, a los que solo han frenado las lesiones. Los Tsitsipas, Medvedev, Zverev o Rublev se instalaron en puestos de arriba, pero no comían en la mesa del Big 3.
A esto se suma que ni siquiera igualaron lo que había antes, tenistas de la talla de Wawrinka, Monfils, Nishikori, Cilic Gasquet, que eran grandes animadores del circuito y en alguna ocasión lograban dar la sorpresa. La nueva generación se mostraba muy frágil mentalmente a pesar de las grandes facilidades que les puso la ATP, priorizándoles en las pistas principales de los torneos por delante de los veteranos y promocionándoles constantemente en redes sociales.
La llegada de Sinner y Alcaraz
Tuvieron que ser Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, dos jugadores que tardaron en estar en el radar de la ATP, los que cogieran el testigo. Ambos están recordando a los inicios de Federer y Nadal y pueden tener batallas épicas. El problema es que están a años luz del resto de jugadores del circuito –excluyendo a Djokovic–, por lo que se necesita una hornada de talento que les obligue a dar su mejor nivel en cada partido. Está por ahí Holger Rune, llamado a ser parte del nuevo Big 3, pero en los dos últimos años ha dado un bajón considerable.
Andrea Gaudenzi, presidente de la ATP, ya ha trazado un plan para que el tenis no pierda interés con los jugadores actuales. Sobre todo es consciente de que con los Grand Slams, hay picos de audiencia que luego no se mantienen durante el año. Es por ello que busca dar un impulso a los Masters 1000 y recuperar las finales a cinco sets para vivir más batallas épicas, también en estos torneos.
«Es un tema que estuve hablando con Roger Federer. Ambos coincidíamos en que los mejores partidos de nuestro deporte se han jugado siempre al mejor de cinco sets, nadie pone en duda esta afirmación. ¿Existe la posibilidad recuperar las finales a cinco sets en los Masters 1000? La respuesta es sí, pero tendría que ser una decisión nuestra», explicó hace una semana.
La amenaza de Arabia Saudí
Por otro lado, está el tema de la inversión millonaria de Arabia Saudí. El país de Oriente Medio está sabiendo llevarse con dinero los deportes que pasan por una crisis. Por eso Gaudenzi es consciente de que debe conseguir que el tenis mantenga su interés aun sin Nadal, Federer y dentro de poco Djokovic y además mantener tranquila a Arabia y que dejen la idea de crear un circuito paralelo.
Para ello, se está barajando crear a partir de 2028 un nuevo Masters 1000 –sería el décimo– y darles presencia en el circuito con un gran torneo que se jugaría en el mes de febrero. «Queremos tender puentes, no barreras. Cuando jugué por primera vez en Dubái y en Doha en los años 90, las cosas eran diferentes, pero han progresado mucho. Arabia Saudí tiene ese deseo de cambio», explicó.