La industria cerámica pide diplomacia «urgente» antes de que Argelia cambie el azulejo español por el italiano

Las empresas españolas ya temen las consecuencias del conflicto diplomático entre Argelia y España, que ha llevado al país magrebí a congelar las domiciliaciones bancarias para realizar los pagos de las importaciones y las exportaciones, por lo que se ha visto interrumpido el comercio de bienes entre ambos países.

Mucho se habla desde el punto de vista de las importaciones del caro precio que va a tener que pagar España por su afrenta con el cambio de postura histórico sobre el Sáhara Occidental y el acercamiento a Marruecos después de un año de crisis diplomática, especialmente en el terreno gasístico, en el que Argelia era el referente.

Sin embargo, poco se comenta el problema que van a afrontar las empresas exportadoras españolas con la cancelación del Acuerdo de Cooperación y Amistad bilateral y sus primeras consecuencias económicas, en las que Argelia no está dando su brazo a torcer, pese a los esfuerzos de la Unión Europea a instancias de España para que recule.

Uno de los sectores que se puede ver más afectado es el cerámico, concentrado principalmente en la provincia de Castellón. Las empresas azulejeras, esmalteras y fabricantes de maquinaria especializada en el tratamiento de estos productos ya están dando la voz de alarma.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (ANFFECC) emitió hace un par de días un comunicado en el que se mantenían «cautelosos hasta conocer el impacto real de la medida», pero donde reclamaban con urgencia «una intervención diplomática por parte de la Administración».

Argelia se abastecía principalmente de España para comprar estos productos y para los ceramistas españoles, Argelia era el segundo destino más importante para sus exportaciones. Solo el año pasado se realizaron ventas por valor de unos 90 millones de euros, según datos del ICEX.

Azulejos turcos, chinos e indios

Un negocio que se puede ir al traste por completo, ya que las empresas del país norafricano ya buscan nuevos proveedores, ante la negativa del Gobierno de hacer las paces con sus vecinos del norte.

Así lo confirmó ayer en el diario argelino TSA el presidente de la Asociación de Operadores Económicos Argelinos (ANOEA), Smail Namane. «Nos adaptaremos a esta nueva situación. Y ver a qué opciones podemos acudir», explicaba, en referencia a la nueva situación con España, y citaba el caso concreto de la cerámica.

Según declaró, entre las vías barajadas para compensar el bloqueo al producto español se encuentran las industrias de países como Italia, que está siendo el principal beneficiado de la difícil situación con España. La cerámica italiana tiene la ventaja de que es fácil de transportar hasta Argelia, dada la cercanía geográfica.

El problema de sustituir la cerámica española por la italiana es que ésta es más cara. Sin embargo, los argelinos también tienen en el punto de mira los productos turcos, chinos e indios, según el portavoz de la citada asociación, que añade que para sustituir las importaciones de carne española el país puede hacerlo desde Brasil o China.

Ayudas que no llegan

Las empresas españolas del sector llevan meses tragando con un encarecimiento del gas que ha repercutido directamente sobre sus cuentas y denuncian que no han recibido el colchón económico prometido por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para paliar la situación inflacionaria, agravada con la invasión de Ucrania, que ha disparado los precios de los combustibles e hidrocarburos.

«Más de dos meses después de la publicación del Real Decreto-ley 6/2022, de 29 de marzo, por el que se adoptaban medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, la gran mayoría de las empresas del sector cerámico siguen sin haber recibido ningún pago», denunciaba, por ejemplo, hace unos días la patronal ASCER.

La nueva crisis surgida con Argelia no ha hecho más que empeorar los ánimos entre los protagonistas del sector cerámico, que al efecto indirecto de la subida de precios del gas se suma ahora el veto directo a las exportaciones españolas.