La semana económica
¿Por qué Ford no quiere las subvenciones de Pedro Sánchez?
Deja escapar una ayuda de 106 millones de euros y provoca el nerviosismo por la decisión del resto de empresas
Seat con 167 millones de euros y Mercedes con 159 millones lideran las ayudas aprobadas al vehículo eléctrico y conectado. También Nissan tiene concedidos 105 millones. La que ya no quiere saber nada de los 106 millones de euros es Ford que el miércoles negó al Ministerio de Industria la ayuda y provocó la alerta en el Gobierno ante otro agujero en sus planes de futuro.
El 2 de agosto Ximo Puig se mostraba encantado con el acuerdo porque se apuntaba el tanto de salvar la planta de Ford en Almussafes (Valencia). El tanto llegaba después de cinco meses de negociaciones entre UGT y la empresa en Colonia. El Acuerdo por la Electrificación acabó convenciendo a la empresa de no ejecutar su plan de contención salarial aunque las pérdidas en España son alarmantes con 35 millones de euros en 2021 y un 17 % menos de facturación.
Subvención
Ford quería salir de Valencia y de España porque las cifras no le cuadraban. La subvención de más de 100 millones de euros era el salvavidas para todas las partes y un brete para la empresa. Pedro Sánchez sumaba a otra compañía a su programa, Puig se colgaba la medalla y, lo más importante, se mantenía el trabajo de cientos de trabajadores a costa de dinero de otros.
Aunque la gestión de Ford Europa está localizada en Colonia (Alemania) la mentalidad sigue siendo muy norteamericana. Henry Ford y su Ford T dan buena cuenta de ello. Un modelo barato, producido en cadena y puesto en manos del conductor sin posibilidad de mejoras.
Ford no está dispuesta es a pasar por la maraña de burocracia que tiene preparada el gobierno
Ford ha tomado esta decisión con los números en la mano. Su estrategia es inamovible porque de ello depende su imagen de marca y su cuenta de beneficios. A lo que no esta dispuesta es a pasar por la maraña de burocracia que tiene preparada el gobierno de Pedro Sánchez para empezar a cobrar esa subvención.
Si las ayudas del ministerio de María Jesús Montero a las comunidades autónomas pasan por unas artesanales hojas de Excel y el dinero no llega, Ford no quiere verse en la situación de una bajada de ventas por la falta de chips, pero a tener que mantener todo el entramado laboral por unos compromisos que no se pueden cumplir.
Lo público
Ford sabe de los problemas de la Administración española para financiar proyectos privados. Demasiadas prevenciones y suspicacias sobre a dónde irá a parar ese dinero. No sienta bien a los gobiernos socialistas entregar ayudas a empresas privadas. Prefieren engordar la Administración con partidas poco útiles y vender lo bien que funciona la 'cosa pública'.
El problema no es la decisión de Ford, por mucho que Puig y el ministerio hayan querido justificar la decisión a la carrera. Ahora toca esperar para saber qué harán Seat, Mercedes o Nissan con esas supuestas ayudas.
Después llegará Europa. Desde la UE ya han advertido al Gobierno que empiece a facilitar y a agilizar los procesos para acceder a los fondos Next Generación que siguen en un terrible embudo administrativo.
La industria del automóvil en España vive a la espera de una huelga o de un cierre desde la noche de los tiempos. Ahora no se cree que el reguero del dinero vaya a llegar en plazo y prefiere renunciar y rehacer sus cuentas porque con la burocracia de Sánchez no se puede contar.