La realidad de la inflación: por qué España no está tan bien como dice Calviño

El índice de precios al consumo, tal como indica su nombre, es un índice que muestra la evolución mensual de los precios a lo largo del tiempo.

Hay momentos en el tiempo en los que, por diferentes razones, se decide volver a colocar el índice en nivel 100. Eso pasó en el año 2021 en España: el Instituto Nacional de Estadística decidió, al realizar una serie de cambios en el cálculo, poner como base 100 el índice en enero de 2021. Por lo tanto, si hoy miramos el índice de precios del INE, no tiene nada que ver con el Índice de Precios que tiene Eurostat y los dos, a su vez, son correctos.

Los cálculos para obtener los índices son exactamente los mismos. Mensualmente se mira el incremento sobre el mes anterior para ver cuánto han subido los precios.

El INE realiza el cálculo de la subida de precios estimada cada final de mes. Los días 13/14 anuncia la subida definitiva, que coincide con la publicación de los resultados de los diferentes subíndices que componen el cálculo del IPC.

El día 29 de noviembre el INE anunció que el IPC mensual había caído un 0,1 %. Por lo tanto, el anual se quedaba en un 6,8 %. Al no publicar los resultados de los subíndices es muy difícil saber por qué se produce en noviembre la bajada de los precios.

Ese mismo día, el INE informa a Eurostat, cuya base 100 es 2015, y este realiza el cálculo para obtener el nuevo índice, publicándolo en sus informes de la inflación de cada país de forma inmediata.

Lo que se informa a Eurostat es lo que se llama IPC armonizado. Es el cálculo que se realiza de acuerdo al modelo que ha definido la Comisión Europea, y es el que tienen que reportar todos los países. España siempre es de los primeros en facilitar la información. La obligación de los países es proporcionarla, como máximo, el día que es definitivo; o sea, a mitad de mes.

En España, uno de los motivos del cambio de base del índice fue para que el IPC español fuese igual al armonizado y no tener que ir recalculando índices, sino estar ya al nivel de las exigencias europeas.

Si hoy cogemos las estadísticas de inflación de los países que envían su información a Eurostat; de los 31 países que informan solo han publicado resultados 16. Por lo tanto, para este artículo voy a utilizar los datos de octubre.

El objetivo que tengo es que veamos en dónde está el índice de precios que tiene Eurostat y cuáles son los países con mayor índice y menor índice. Nos dirá cómo se está comportando la inflación de una manera comparada con el resto de los países de la Unión Europea.

La tabla que publico a continuación es la del Índice de Precios al Consumo Armonizado para la Unión Europea, con base 100 en enero de 2015.

Suiza es el país con el índice más bajo. Desde 2015, su inflación acumulada ha sido de un 4,62 %, que es en definitiva lo que significa este índice.

Le siguen a continuación Chipre y Grecia con índices muy parecidos. Están en una inflación acumulada histórica de menos del 14 %.

España, que ocupa la posición número 10, con una inflación acumulada de un 17,61 %, está por detrás de Islandia, Finlandia, Francia, Portugal y Malta.

Los países bálticos y los países próximos a Rusia son sin duda los que más están sufriendo la crisis energética. Por supuesto, la gran culpable de que estemos donde estamos en estos momentos es Alemania, en connivencia con la Comisión Europea. Las decisiones de la Agenda 2030, ser el gran valedor de Rusia, de su gas y su petróleo barato y por haber cerrado sus centrales térmicas y sus centrales nucleares, le sitúan en este índice del 23,5 % de inflación.

Cuando Sánchez sustituye a Rajoy con la moción de censura y el apoyo de los que hoy son sus socios, España era el quinto país con menor inflación en Europa, detrás de Islandia, Chipre, Irlanda y Suiza.

Desde que ha llegado al poder todo ha ido de mal en peor. En la inflación nos ha hecho perder 5 puestos en el ranking europeo, y eso que estamos en un país alejado totalmente de la guerra, que no sufrimos las inconveniencias climáticas que tienen los países del centro de Europa y mucho peor los ya próximos a la frontera rusa.

En el momento que escribo esto, en Madrid hay 8º centígrados, mientras que en Varsovia hay 0, en Tallín hay -4º y en Málaga 14.

En definitiva, las decisiones de nuestro Gobierno asumiendo la Agenda 2030 en lo referente al modelo energético las estamos pagando, menos que los alemanes, pero teniendo que revalorizar las pensiones por una inflación media del 8,5 %, en octubre con una subida del 2,2 % en un mes de los alimentos, del 8,5 % en la ropa y calzado.

Entiendo que el sacar pecho sobre cualquier cosa que va mal se ha convertido en la costumbre de las ministras de Economía y Hacienda. La realidad es que, aunque no estemos sufriendo como lo están haciendo los polacos, húngaros, alemanes y otros muchos, sí lo estamos haciendo porque la inflación de los bienes de primera necesidad sigue creciendo y no tiene viso de parar.

El tope del gas está favoreciendo a corto plazo a las familias, pero no nos olvidemos de que en algún momento habrá que pagar la factura. Parece que se nos han olvidado las facturas que hemos pagado para tener energía eólica y fotovoltaica y los miles de millones que hemos desembolsado los españoles para que se desarrollasen todos esos parques, que cuando vienen mal dadas, solo nos dan el 15 % del suministro.

El tope del gas hoy está sirviendo para que la situación no parezca tan dramática, pero cuando vuelva como el boomerang que es, volveremos a pagar por todo: gas, eólica y fotovoltaica.