Qué es el calor negro y cómo puede ayudarte a ahorrar este invierno

Si por algo ha estado marcado el 2022, que ya llega a su fin, ha sido por el aumento de los precios de la energía, que ha hecho que la factura eléctrica de los europeos alcance récords históricos. Por todo ello, los consumidores buscan alternativas para calentar la casa con la llegada del frío del invierno y evitar, de este modo, un gasto extra ante el alza inflacionista.

Según un reciente informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los hogares españoles gastarán una media de 750 euros anuales en calefacción. Por ello, quizás uno de los primeros caminos para ahorrar en el recibo de la luz sea, precisamente, encontrar un sustituto de la misma.

Braseros eléctricos

Una de las alternativas a los calentadores de combustión y gas son los braseros eléctricos, más seguros que los primeros, los cuales pueden ser realmente peligrosos y producir intoxicaciones por acumulación de monóxido de carbono e incendios.

Los braseros eléctricos, por regla general, pueden calentar un metro cuadrado con 10 W de potencia. Así, un brasero de 900 W es capaz de calentar una habitación de 9 metros cuadrados de forma más o menos rápida. Son muy habituales debajo de las mesas en muchas zonas de España, las conocidas como mesas camilla, pero, si se levantan 'las faldas' de las mismas, el calor no solo se acumula bajo la mesa, sino que se distribuye por la estancia.

Según explican desde el departamento de Hogar de Seguros Mapfre, los braseros eléctricos «conservan una estructura similar a los tradicionales, pero para calentar utilizan una resistencia eléctrica blindada de acero». El funcionamiento de estos aparatos es sencillo y son más seguros, ya que «no usan gases, carbón u otros combustibles sólidos generadores de monóxido de carbono».

Además de ser efectivos, no deterioran los suelos de madera, tarima o cerámica, por lo que pueden colocarse en cualquier estancia.

¿Qué es el calor negro?

El conocido como 'calor negro' es aquel que se produce cuando la resistencia de un brasero se calienta sin llegar a ponerse al rojo vivo.

Esta circunstancia se produce cuando el brasero funciona a baja potencia, a unos 250 W, por lo que no llega a su máxima eficacia pero sí puede hacernos ahorrar unos euros en esta época de altos precios.

El calor negro puede utilizarse cuando no hace demasiado frío en el ambiente o cuando estos están colocados debajo de una mesa camilla, en las que el calor se acumula y no hace falta tenerlo a máxima potencia.