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Desde 2018, el SMI ha incrementado un 52,6 %, provocando la destrucción de miles de empleos

Desde 2018, el SMI ha incrementado un 52,6 %, provocando la destrucción de miles de empleosPaula Andrade

La subida del SMI, «pan para hoy y hambre para mañana»

Desde 2018, los incrementos del salario mínimo han provocado la desaparición de 256.200 puestos de trabajo

El salario mínimo interprofesional (SMI) ya es el «más caro» de España. En apenas siete años ha subido un 64,8 % mientras que la productividad de las pymes, que representan el 99,8 del tejido empresarial español, cayó en el mismo periodo un 3,6 %. Y eso sin contar las desigualdades existentes entre las comunidades, donde miles de empleos están en juego con este aumento.

Yolanda Díaz no estaba dispuesto a escuchar, y mucho menos negociar, las propuestas de la CEOE y Cepyme, que habían planteado una subida del 4 %, por encima de los incrementos firmados con los funcionarios. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los 2,3 millones de trabajadores que podrían beneficiarse de esta medida son un jugoso caladero para un Ejecutivo necesitado de victorias. Por eso la patronal prefirió mantenerse al margen de un acuerdo que cerraron Trabajo y sindicatos con un aumento del 8 % hasta los 1.080 euros.

Desde 2018, el SMI ha incrementado un 52,6 %, provocando la desaparición de 256.200 puestos de trabajo y agravando las tensiones salariales en las empresas de menor tamaño. Las pequeñas empresas, al ser menos productivas, tienen un salario medio inferior al promedio nacional, por lo que cualquier aumento tiene un impacto mayor. El actual SMI equivale al 70,4 % del salario medio de las empresas pequeñas, frente al 51,2 % de las grandes.

El informe de Cepyme sobre el impacto de la actualización del salario mínimo destaca que en seis secciones de actividad, el salario de 1.080 euros supera el 60 % de la remuneración promedio, siendo las más afectadas la Hostelería, el Comercio, las Actividades Administrativas y Otros servicios.

Pero lo más preocupante son las desigualdades entre comunidades. El aumento del SMI ha provocado que supere el 60 % del salario promedio en 13 comunidades. Solo en Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña el salario mínimo se mantiene por debajo del 60 %. En Extremadura, por ejemplo, supera el 70 %.

«Va a dificultar mucho a los empresarios la mano de obra, pero también que las familias puedan contratar empleadas del hogar, cuidadores para personas dependientes…», explica Rafael Pampillón, catedrático de Economía de la Universidad CEU-San Pablo. «En algunas comunidades, cuando vemos que el número de autónomos está reduciéndose, demuestra que será pan para hoy y hambre para mañana».

«Estamos en una situación muy complicada con cierres de empresas y pérdida de autónomos, por lo que subir el salario mínimo 80 euros es muy perverso para el tejido empresarial. Hay mucha gente que puede sortear la vida sin necesidad de trabajar, no hay incentivos; al final vemos un aumento del desempleo», señala.

SMI para jóvenes

En Europa, los límites del salario mínimo son más difusos. Sin contar los países donde no existe (Austria, Italia, Suecia, Finlandia, Dinamarca y Chipre), en otros está topado por sector o por edad. Por ejemplo, en Holanda varía de los 3,04 euros la hora a los 15 años hasta los 10,14 a partir de los 21 años, con variaciones para los tramos intermedios. Algo similar ocurre en Reino Unido, Francia o Alemania.

Para Pampillón, una limitación a la baja por edad podría resultar interesante en un país donde la tasa de paro juvenil supera el 30 %. «Esa gente de 18 a 24 años tiene una gran capacidad de adquirir conocimientos, pero carece de experiencia y por eso los empresarios tienen reticencias para contratarlos», comenta.

«Es gente que quiere trabajar, que busca trabajo pero no lo encuentra. Y la solución pasa por la reconversión de los grados universitarios para adecuarlos a las necesidades de las empresas. Ahí un salario mínimo para la gente joven es interesante», concluye el economista.

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