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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa en Bruselas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa en BruselasAFP

Análisis económico

La herencia económica del sanchismo

Sea el que sea el nuevo gobernante, tiene una ardua tarea por delante

Estamos ya a punto de celebrar, por segunda vez en este año, el momento en el que los ciudadanos podemos manifestar quien queremos que nos gobierne, es el único momento de verdad en que la democracia se coloca al 100 % de su capacidad y podemos decidir quienes van a ser los políticos en que confiamos.

Desde este artículo, que va a ser publicado en período de reflexión, no voy a pedir el voto para nadie –ni siquiera para aquellos con los que comulgo– ya que, a diferencia de otros, para mí el cumplimiento de las reglas completas de la democracia es sagrado.

Pero eso no quita que haga un análisis económico de lo que le espera a la economía española y a quien la tenga que gestionar, porque lo que le espera es la herencia de quien ha gobernado durante estos 5 últimos años y que la sociedad ha terminado denominando sanchismo.

La herencia del sanchismo, tanto si son los mismos los que gobiernan, como si son los otros que se proponen para gobernar, va a ser una pesada losa con la que avanzar. Una losa que se ha ido forjando a lo largo de los 5 años y que transformarla en oportunidad de cambiar va a suponer mucho tiempo y mucho esfuerzo.

Veamos que nos ha dejado el sanchismo:

  • El PIB que, según el INE, en el primer trimestre de este año ha crecido un 0,6 % y estamos entre las 9 economías que más lo han hecho en este periodo. La realidad es que somos el país 27 de la Unión y el único que todavía no ha alcanzado el PIB del 2019. Seguimos 0,7 % en decrecimiento sobre esa fecha. Por otro lado, hay cantidad de indicadores que nos dicen que la economía se está parando y que lo único que está funcionando, y muy bien, es donde no ha tocado el sanchismo, el turismo, que veremos si por sí solo es capaz de aguantar el crecimiento del segundo trimestre.
  • En el PIB per cápita la situación es todavía mucho peor. Hemos cerrado el año 2022 con una bajada del 2,3 % y de nuevo nos vamos a la cola de la Unión Europea. Si utilizamos nuevos métodos de cálculo, como es el Paridad del Poder Adquisitivo, resulta que nuestro PIB per cápita ha caído un 6,5 % sobre el de 2019 y la situación económica del ciudadano ha empeorado de forma sustancial.
  • El Gasto Público es claramente uno de nuestros graves problemas, que nos deja como herencia el sanchismo. Este grupo se ha gastado 2,855 billones de euros en 5 años, para conseguir que nuestra economía sea la número 27 de la Unión Europea. Para que pongamos en su contexto el gasto, en 2017 el Estado español necesitó para funcionar 480.000 millones de euros; en 2022 hemos necesitado, para estar peor, 634.000 millones; y en el 2023 vamos a ritmo de llegar a los 680.000 millones. ¿Para que se han utilizado esos 200.000 millones más de este año, y los 154.000 millones del 2022 y los 130.000 millones de 2021? ¿A dónde han ido y para que han servido el medio billón de más que nos hemos gastado en los últimos 3 años después de la pandemia? Desde luego no a la economía real porque, si no, nuestra economía sería la primera de la UE en crecimiento. ¿Nos lo hemos gastado en lo que ya todo el mundo empieza a conocer como gasto político, que lo único que sirve es para pagar prebendas?
  • Pero mientras nos estábamos gastando 2,855 billones estábamos drenando la economía con 2,526 billones de impuestos. En 2017, el Estado recaudó 444.000 millones en impuestos a todos los españoles, en 2022 con una economía que ha crecido un 3,7 % respecto de esa fecha ha recaudado 570.000 millones que supone una subida impositiva del 28,4 %. El sanchismo ha quemado todas las naves del crecimiento, con un gasto público no productivo y unos impuestos que han dejado sin fuelle a los trabajadores, a la clase medias, a los autónomos y a las pymes que está todos asfixiados sin poder hacer otra cosa que sobrevivir.
  • Como consecuencia de un gasto desproporcionado e inútil y a pesar del incremento de la recaudación impositiva, nos hemos visto obligados a endeudarnos en una auténtica barbaridad de dinero. En 2017 la deuda española era de 1.183 billones de euros, a cierre de 2022 habíamos llegado a 1,502 billones. Hemos necesitado endeudarnos en 319.000 millones, pero a mayo de 2023 la deuda oficial ha alcanzado 1,541 billones que sumados a los 319.000 millones nos dan una deuda nueva total del sanchismo de 358.000 millones. Añadiendo los 25.000 millones de junio que ha publicado el Tesoro Público, llegaremos oficialmente a mitad de año con 383.000 millones de euros más.
  • La Seguridad Social, que la cogieron con una deuda de 47.000 millones de euros, la han dejado tiritando con una deuda de 107.000 millones y un problema mucho más grave y es que para aguantar, hay que transferirle 42.000 millones de euros al año para que esta pueda pagar las pensiones.
  • Hemos recibido 78.000 millones de euros de la Unión Europea para Agricultura y para desarrollo económico de las regiones y 37.000 millones de Next Generation, que se han perdido en el limbo de la inoperancia del sanchismo. Estos fondos deberían haber generado ellos solos un crecimiento del PIB del 6 % y, si no lo han producido, es porque no han llegado a la economía real.
  • Del paro mejor ni hablamos, porque no sabemos cuál es la realidad y nos tenemos que quedar con la EPA del INE, que dice que tenemos un 13,3 % de paro y que seguimos igual que siempre, ser los peores de la UE en paro, en paro femenino y en paro juvenil. De nuevo 5 años perdidos con el sanchismo que ha sido incapaz de, con casi 3 billones de gasto, hacer una reforma estructural de nuestro sistema de empleo. Mucho larailo, pero poco lerele a la hora de la verdad, pero con una verdad absoluta, ya nadie sabe cuantos parados tenemos de verdad.
  • La inflación, que por si a alguien se le olvida es el peor impuesto que existe para la gente con pocos recursos, no está controlada. Tenemos una subyacente por encima de la media de la UE que en el primer semestre ha llegado a un 2,2 % y lleva una tendencia de llegar al 4 % a final de año, todavía el doble de la deseada y sin haber querido tomar ninguna medida en bajar el IVA de la carne y el pescado.
  • Como consecuencia de todo, el gasto en exceso, la expoliación de los impuestos, y la coyuntura y la inflación, hemos conseguido volver al 26 % del total de la población en riesgo de exclusión social y de pobreza. 1 de cada 4 habitantes de nuestro país se encuentra en esa situación terrible de no poder llegar a final de mes y tener que vivir de la ayuda de terceros.

En definitiva, sea el que sea el nuevo gobernante tiene una ardua tarea. Hay que bajar gasto que no sirve para nada, hay que bajar impuestos, hay que reducir déficit y, por lo tanto, deuda, hay que elaborar un nuevo plan para hacer viables las pensiones a futuro, hay que saber cual es de verdad nuestra situación de paro y tratar de tomar medidas de incentivación para la creación de puestos de trabajo y habrá que hacer un plan para reducir de forma drástica el riesgo de exclusión social.

La pregunta del millón: ¿Será capaz el sanchismo de hacer lo contrario de lo que ha hecho hasta ahora y que por las buenas o por las malas le tocará hacer a los nuevos gobernantes?

En cualquier caso, si pierde las elecciones, que no apague la luz al salir, a este país le queda mucha vida por delante, aunque vengan vacas flacas y no sea nada fácil lo que nos espera.

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