El País Vasco, entre las CC.AA. incapaces de pagar sus propias pensiones si Sánchez rompe la caja común
El déficit de las pensiones vascas alcanza los 4.850 millones de euros al año
La trampa que esconde la cesión al PNV de la gestión de la Seguridad Social
A los independentistas catalanes les gusta mucho jugar con Pedro Sánchez a arrancarle concesiones. Lo que no saben es que los mayores virtuosos en este juego han sido siempre los dirigentes del PNV, que lo han practicado, con prácticamente todos los presidentes del gobierno de este país.
El último en practicar este juego con Sánchez ha sido Andoni Ortúzar, que a pesar de su magnífica planta de aizkolari, no hay que olvidar que lleva desde enero de 2008 como Presidente del Bizkaia Buru Bartzar, que no es otra cosa que ser el presidente del PNV en la provincia de Vizcaya y desde enero de 2013, presidente del PNV.
A Andoni Ortúzar no se le vio muy cansado en rueda de prensa donde habló de lo que había conseguido en una rápida sesión de teto con Sánchez. En dos años, como máximo, el País Vasco deberá tener el derecho de recaudar las cotizaciones sociales, quedárselas, pero no pagar las pensiones.
Total, que ya todo poco importa, pueden pensar mis lectores, pero cuando vean los datos que les voy a presentar, lo mismo me tienen que reconocer que esta vez el receptor del teto, el que se ha agachado para recibir, en este caso, los 5 votos del PNV, lo mismo se ha pasado de disfrute en el juego de la sodomía política.
Los ingresos por cotizaciones sociales en el País Vasco, este año, van a superar los 6.120 millones de euros, que van a ser todos para el País Vasco, que al romper la caja única de la Seguridad Social, pasa a recaudar el 100 % de los impuestos que se generan en esa región de España.
Pero, por otro lado, no asumen, ni tienen la obligación de pagar las pensiones de los jubilados vascos que este año alcanzarán 10.970 millones y que tendrá que seguir pagándolos el organismo de la Seguridad Social, que habrá visto como se le amplía el agujero en más de 6.000 millones de euros al año, más las revalorizaciones de las pensiones.
La jugada es maestra para el País Vasco, porque en lugar de asumir 4.855 millones de déficit que es lo que generan las pensiones vascas, se llevan 6.120 millones en ingresos para dedicarlos a lo que les dé la gana.
Eso sí, tiene un precio. Con esta medida el País Vasco no puede independizarse, salvo que se lleve un agujero en pensiones irreversible. Los vascos van a ser la región que mejor viva, que más le va a subir la renta per cápita, pero ya nunca serán un pueblo independiente, dejarán la economía de España exhausta, ellos vivirán como generales y el resto de los españoles les mantendremos, como hasta ahora hemos mantenido a Cataluña y a estos mismos, porque los que pagábamos el peso de las pensiones, hasta ahora eran los impuestos de los españoles.
Pero para que no quede ninguna duda veamos los datos de los que hablo:
Los gastos en pensiones contributivas se dividen en 5 conceptos: invalidez, jubilación, viudedad, orfandad y favor de familiares. En los nueve primeros meses del año, se han distribuido en 1.186 millones para Álava, 2.729 millones para Guipúzcoa y 4.317 millones para Vizcaya, que suman en total 8.232 millones de euros.
Por otro lado, los ingresos por cotizaciones sociales se dividen en el régimen general, que es lo que se recauda el mayor porcentaje de los ingresos, en el caso del País Vasco llega al 83,7 %. Los autónomos son la segunda partida y representa el 9,4 %.
Entre estos dos conceptos se recauda el 93 % de los ingresos por cotizaciones sociales. El resto, por el régimen agrario, el del mar, el del carbón, el de los empleados de hogar, accidentes de trabajo, fomento del empleo y equidad intergeneracional suman el restante 7 %.
Los ingresos que produce el País Vasco con su actividad económica llegan, en los nueve primeros meses, a 4.590 millones de euros.
Así vemos que las pensiones vascas están generando un déficit de 409 millones en Álava, 1.194 millones en Guipúzcoa y 2.039 millones en Vizcaya, sumando 3.641 millones en los 9 primeros meses del año, a razón de 405 millones de euros al mes, que anualizado nos lleva a no menos de 4.850 millones de déficit al año.
A Pedro Sánchez le aplican el jueguecito todos los días que le ven y se reúnen con él, le tienen pillado el truco y parece que como todo le da lo mismo con tal de dormir en La Moncloa se aviene a todo. El problema es que al final y cuando él se vaya, que esperemos que lo haga pronto, los sodomizados seremos el resto de los españoles, que tendremos que pagar todas las facturas que nos habrá endosado durante su tiempo de mandato.
Estas facturas son demasiado grandes para que las paguemos todos menos los catalanes y los vascos y, en algún momento, alguien tendrá que decirles que el jueguecito se ha acabado y que tendrán que empezar a devolver todo aquello que se han llevado y que no es suyo.