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El presidente del Gobierno en funciones y candidato a la reelección, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno en funciones y candidato a la reelección, Pedro Sánchez.Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

La economía española se estanca pese a la euforia económica de Sánchez y Yolanda Díaz en la investidura

España pierde posiciones en relación con Europa en los últimos años, pese a la euforia económica del presidente en funciones y de Yolanda Díaz en el debate de investidura

Más gasto. En eso se resumen las propuestas económicas de Pedro Sánchez en la primera jornada de su debate de investidura. Ello pese a que entidades como el Banco de España o la OCDE han recomendado al Gobierno eliminar ya las medidas que se pusieron en marcha para reducir el efecto de la inflación y poder así empezar a disminuir el elevado déficit español.

La OCDE recalcaba además que las ayudas apenas han llegado a los más vulnerables. A pesar de ello, Sánchez ha prometido una rebaja del IVA de los alimentos hasta junio de 2024 y transporte gratis a jóvenes y parados, entre otras iniciativas.

El candidato también ha anunciado su intención de elevar el umbral de renta de 29.500 euros a 38.000 euros para acogerse al Código de Buenas Prácticas para deudores hipotecarios en riesgo de vulnerabilidad. Asimismo se comprometió durante su discurso de investidura a incrementar el Bono Alquiler Joven y a habilitar hasta 183.000 de viviendas públicas.

La economía española, a peor

La mera comprobación de la evolución de los datos demuestra que la economía española durante los últimos cinco años no solo se ha estancado, sino que va a peor, pese a la euforia económica que mostraron este miércoles el presidente en funciones y su vicepresidenta económica, Yolanda Díaz.

La pandemia, la invasión de Ucrania o la guerra en Israel han dañado a todos los países, pero el efecto en nuestro país ha sido notorio viendo el camino que han seguido otros países comparables al nuestro. No hay más que ver el gráfico que hay bajo estas líneas.

El PIB per cápita español, principal indicador de la riqueza del país, estaba en 1960 un 32 % por debajo de la media de los 19 países que hoy componen el área euro. En 2005 la distancia se había reducido a un 8 % gracias a nuestra entrada en la Unión Económica y Monetaria. La evolución posterior no ha sido igual de positiva, y hemos vuelto a alejarnos.

En 2019, primer año de Sánchez en el Gobierno, estábamos un 13 % por debajo, y en 2022 hemos caído al 17 %. La baja productividad de la economía española y nuestra reducida tasa de empleo son las principales causas de este alejamiento en la convergencia con Europa. Como dice el Banco de España, corregir estas deficiencias debería ser uno de los objetivos fundamentales de la política económica en España y exigirá cambios significativos en muchos aspectos estructurales de nuestra economía.

Además de este dato, que nos pone en contexto con otras economías, son llamativos los que pasamos a enumerar a continuación.

De los últimos en recuperar el PIB prepandemia

Nuestro PIB se situaba a final de 2022 todavía un 0,2 % por debajo del nivel de prepandemia. En el área euro se ubicaba un 2,5 % por encima. Así lo reconocía el Banco de España en su informe anual de 2022. El INE señalaba en septiembre que ya se había recuperado, pero la OCDE lo desmintió en noviembre: señaló que el PIB per cápita aún no había llegado al de 2019, aunque por poco. España se consolida así como uno de los últimos países de la UE en recuperar el PIB prepandemia. Todo un logro de Nadia Calviño y el Gobierno de Sánchez.

Líderes en paro

Aunque Sánchez promete conseguir el pleno empleo en su próxima legislatura, está muy lejos de conseguirlo. España sigue muy por encima de la tasa de paro media en la eurozona y en la OCDE. Nuestro 11,8 % está lejos del 6,7 % de media en la eurozona y el 5 % de la OCDE, la organización conocida como la de los países ricos, compuesta por 38 estados. Nuestra situación es especialmente preocupante en el paro juvenil, relacionado con los menores de 25 años. En este capítulo somos líderes destacados de la eurozona y la OCDE, con una tasa del 27,8 %. La media en la eurozona está en el 14,2 %.

La deuda, disparada

La deuda pública crece mes tras mes en volumen total con el Gobierno de Sánchez. En agosto, último dato disponible, alcanzó los 1,56 billones de euros, 400.000 millones más que cuando el actual presidente en funciones llegó al poder en 2018, y está significativamente por encima de los 384.661 millones que teníamos en 2007, antes de la crisis. En porcentaje sobre el PIB ha pasado del 90 % hace diez años al 111,2 % actual. Entre 2019 y 2023, años en los que ha gobernado Sánchez, la deuda ha pasado del 95, 5 % sobre el PIB al 111,2 % actual, con el pico del 120,4 % en 2020. La deuda per cápita estaba en torno a los 9.000 euros en el año 2000 y ahora rebasa los 31.000. Por otra parte, la deuda de la Seguridad Social se ha triplicado desde que llegó Sánchez y rebasa holgadamente los 100.000 millones de euros.

Los impuestos, disparados

El sector público ingresó 489.000 millones en el año 2019. El Plan Presupuestario que el Gobierno ha enviado a Bruselas prevé unos ingresos de 648.000 millones. Sánchez ha aumentado en 159.000 millones la recaudación procedente de los españoles: un 32,5 % más. Si se divide el coste entre todos los españoles, aumenta de 10.400 a 13.800 euros por persona.

Cae el poder adquisitivo de los trabajadores y pensionistas

La inflación está haciendo mella y seguirá haciéndolo. El poder adquisitivo de los pensionistas ha descendido un 6 % desde que Sánchez está en el Gobierno, como contábamos en este artículo. Es la diferencia entre el ritmo al que han aumentado las pensiones y al que lo ha hecho el IPC. El hecho supone un empobrecimiento de los pensionistas, que también afecta a los trabajadores. En España hay actualmente 9,1 millones de pensionistas. El 59,4 % percibe una pensión inferior al salario mínimo interprofesional. La mayor parte, el 18 %, se sitúa entre los 700 y los 800 euros de pensión. El descenso progresivo en el incremento de la inflación y la subida de los salarios hace esperar que la pérdida de poder adquisitivo pueda resolverse pronto.

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