Varapalo de Bruselas a Ribera: no ve claro de dónde sacará el dinero para su inversión en renovables

La Comisión Europea ha publicado una evaluación de los planes nacionales de energía y clima (PNIEC) de los países de la Unión Europea, y España no sale bien parada. Bruselas pide a la ministra Teresa Ribera que aclare cómo movilizará la inversión en renovables, cómo y cuándo acabará con los combustibles fósiles y cómo pretende fomentar la reducción de la demanda de gas, entre otras cuestiones.

«El plan no explica con suficiente detalle cómo prevé España movilizar el nivel necesario de financiación privada, estimado en un 85 % del total. Esto es particularmente relevante para aquellas medidas cuyos beneficiarios finales son ciudadanos o pequeñas empresas», señalan en el informe.

La Comisión Europa da un auténtico varapalo a Ribera. Lo expresa a través de las múltiples dudas que les suscita su plan. Entre otras cuestiones le solicitan que incluya un desglose de las necesidades totales de inversión con información adicional sobre las fuentes de financiación nacionales, regionales y de la Unión, así como sobre las fuentes financieras privadas que deben movilizarse. También le reclama que añada una breve descripción del tipo de régimen de apoyo financiero elegido para aplicar las políticas y medidas, que se financian a través del presupuesto público, y el uso de instrumentos financieros mixtos que hacen uso de subvenciones, préstamos, asistencia técnica y garantías públicas.

La Comisión da un auténtico repaso a Ribera y expone múltiples dudas sobre su plan

Asimismo le solicita que explique con más detalle cómo y cuándo tiene previsto España eliminar gradualmente las subvenciones a los combustibles fósiles; que diga cómo pretende España fomentar la reducción de la demanda de gas, así como desarrollar políticas y medidas detalladas para alcanzar este objetivo de aquí a 2030.

En un auténtico repaso, la Comisión también exige a Ribera que evalúe la adecuación de las infraestructuras petrolíferas (refinerías, reservas de petróleo) a la disminución prevista de la demanda de petróleo y a la evolución hacia alternativas con menor contenido de carbono; que complete la información sobre las políticas y medidas existentes y previstas que se espera contribuyan a alcanzar el objetivo nacional de gases de efecto invernadero; que explique claramente su alcance, calendario y el impacto previsto en la reducción de emisiones; que indique la cantidad de emisiones de CO2 que podrían capturarse anualmente de aquí a 2030, incluida la fuente; que proporcione detalles sobre cómo se transportará el CO2 capturado; que identifique la capacidad global de almacenamiento de CO2.

Plazos y consecuencias sin detallar

La Comisión anima asimismo a Ribera a proporcionar trayectorias estimadas y un plan a largo plazo para el despliegue de tecnologías de energías renovables en los próximos 10 años, con una perspectiva hasta 2040, y a incluir un objetivo indicativo de tecnologías innovadoras de energías renovables para 2030.

También le incita a proporcionar información más detallada sobre las consecuencias sociales, laborales y de cualificación, o cualquier otro impacto distributivo, de la transición climática y energética, y sobre los objetivos, políticas y medidas previstos para apoyar una «transición justa»; a especificar la forma de apoyo, el impacto de las iniciativas, los grupos destinatarios y los recursos dedicados; a incluir indicaciones sobre cómo evaluar los retos y las repercusiones sociales en los más vulnerables del régimen de comercio de derechos de emisión para la combustión de combustibles en los edificios, el transporte por carretera y otros sectores adicionales, y a determinar los posibles beneficiarios y un marco político pertinente.

Como se ve, Bruselas pide a la ministra más concreción, y lo hace en muchos otros terrenos. Le solicita incluir un nivel de ambición actualizado para garantizar un parque nacional de edificios altamente eficientes energéticamente y descarbonizados y transformar los edificios existentes en edificios con cero emisiones para 2050; incluir hitos intermedios para 2030 y 2040, y una comparación de estos hitos con la estrategia de renovación a largo plazo más reciente; garantizar que el papel de la cooperación regional para la Interconexión en el Suroeste de Europa se refleje adecuadamente en el PNIEC final actualizado; proseguir los esfuerzos para firmar acuerdos bilaterales de solidaridad para la seguridad del suministro de gas con sus vecinos (Francia y Portugal); clarificar aún más los objetivos nacionales en materia de investigación, innovación y competitividad para desplegar tecnologías limpias, estableciendo una senda para 2030 y 2050 con vistas a apoyar la descarbonización de la industria y la transición de las empresas hacia una economía neta cero y circular.

La ministra tiene, sin duda, una lista larga de deberes por delante.