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21 de septiembre de 2024

Análisis económicoJosé Ramón Riera

854.000 contratos basura en el sector público

Hay una sorpresa que hasta ahora no se había producido: la inclusión de las Fuerzas Armadas en este tipo de contratación

Actualizada 04:30

Explicaba hace unos días en un artículo que, en la Administración Pública, habían aparecido 236.000 empleados públicos más, así como el que no quiere la cosa.

Veíamos también que 12.700 correspondían a la Administración General del Estado, que 228.000 habían aparecido en las comunidades autónomas y que se habían reducido en 4.200 los efectivos en las corporaciones locales, que eran los únicos que parecían tener la cabeza sobre los hombros, y no para llevar un sombrero.

Hoy vamos a ver otro enfoque completamente diferente que tiene una connotación muy doliente de cómo actúan las Administraciones Públicas.

Lo que vamos a ver a continuación es, de esos 236.000 empleados nuevos, cuántos han sido contratados por el modelo digital, que no es otro que a dedo.

Decíamos en unos de esos artículos que en la Administración Pública hay 3 tipos de empleados públicos: los que han ganado una oposición y son funcionarios de carrera, que han pasado de 1.457.311 efectivos en julio de 2022 a 1.472.277 en julio de 2023: es decir, han aprobado oposiciones y han ocupado sus plazas 14.966 nuevos efectivos.

La segunda categoría es la de contratados laborales, que pasan una selección para incorporarse a su puesto de trabajo en las mismas condiciones que cualquier trabajador de la empresa privada. En julio de 2022 España tenía 609.083 efectivos, y un año después ha pasado a tener 641.599, con una subida de 32.516 efectivos en esta categoría.

Y la tercera categoría es la de Otros, que como ya explicaba son aquellos contratos que se hacen a dedo, por ser cargos de confianza, o para sustituir a funcionarios o laborales que se han jubilado o retirado y que se necesita cubrir su puesto, pero que en lugar de convocar una oposición o realizar una selección en condiciones para ofrecer un contrato laboral, se decide ofrecer un contrato en el que se puede despedir sin contraprestación pero el candidato entra sin ningún tipo de control.

La gran barbaridad de este tipo de contrato es que en el caso de las universidades se denomina interino, y que el día que se convoque la oposición, si el candidato no gana el concurso, pierde todos sus derechos.

Y aquí es donde desde las diferentes Administraciones se han terminado volviendo locos: en julio de 2022 había en esta categoría 664.723 efectivos, y un año después en esta categoría se había llegado a 853.702, con una subida de 188.979, que como hemos visto es, con diferencia, la mayor parte de incremento, un 80 %.

Veamos dónde se han producido estos incrementos y comprobaremos que es una auténtica barbaridad:

En la Administración Central del Estado se han incorporado, por esta puerta especial, 7.373 efectivos, que equivale al 3,9 %. De ellos, 4.882 efectivos han sido acogidos en los ministerios a modo de decisión unilateral. En los Organismos Autónomos han sido 1.852 (asombra que se acojan a esta fórmula), y el resto son número más pequeños. Donde hay una sorpresa, ya que hasta ahora no se había producido este tipo de contratación, es en las Fuerzas Armadas, que han contratado a 5.694 efectivos, la Policía Nacional, con 2.399 efectivos, y la Guardia Civil, con 1.883.

Pero donde la fiesta de la contratación de Otros se va a las nubes es en las comunidades autónomas, con un incremento de 146.947. Aquí ya están acostumbrados a utilizar esta fórmula, y superan por primera vez los 700.000 contratados, hasta llegar a los 709.156.

El incremento de estos efectivos en la categoría de Otros en las comunidades supone el 78 % del total de los contratados con esta fórmula.

Por otro lado, aunque en las corporaciones locales han bajado sus efectivos totales, posiblemente por jubilación de empleados públicos, la fórmula de este contrato ha colado 25.694 nuevos efectivos, de los cuales 22.744 han ido a los ayuntamientos y 2.950 a las diputaciones, cabildos y consejos insulares.

Hay fórmulas que se establecen para, en un momento, salvar una coyuntura o resolver un problema puntual, incluso de un político, pero con el paso del tiempo esto se convierte en una manera de solventar el día sin tener que dar explicaciones, contratando a quien se quiere sin pasar ningún filtro en la contratación.

Y queriendo, o sin querer, nos encontramos que en julio de 2023 tenemos 853.702 empleados de las Administraciones Públicas que tienen este tipo de contrato.

Si todos esos puestos son necesarios, que se saquen las oposiciones pertinentes y que los ocupen los ganadores de estas. Lo que no puede ser es que tengamos dentro de nada 1 millón de trabajadores que se han colado por una puerta giratoria sin ningún control.

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