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El nuevo presidente de Correos, Pedro Saura, junto al ministro de Presidencia, Félix Bolaños.

El nuevo presidente de Correos, Pedro Saura, junto al ministro de Presidencia, Félix BolañosEduardo Parra / Europa Press

Correos entierra la era del amigo de Sánchez, pero mantiene a dos de sus directivos clave

El nuevo presidente renueva la cúpula directiva con algunos aciertos, pero también con algunas sombras que en la empresa no acaban de entender

El nuevo presidente de Correos, Pedro Saura, ha tardado solo dos meses en decidirse a reorganizar la cúpula directiva de la empresa para intentar arreglar el desaguisado que le dejó Juan Manuel Serrano, el amigo de Sánchez, que la condujo cuantiosas pérdidas. Entre los nuevos nombramientos hay aciertos y aparentes errores, según ha podido saber El Debate previa consulta a lo largo del día de ayer con diferentes profesionales que no han querido significarse, pertenecientes a áreas organizativas diversas y de procedencias geográficas variadas de la organización postal.

El acierto más destacado parece ser el de Olga García, la nueva directora de Operaciones, un área clave en la empresa. García trabaja en Correos desde el año 1999 y es conocida por ser una profesional seria y solvente. Como ingeniera postal llegó a tener entre sus funciones realizar informes técnicos que avalaran la compra de tecnología relacionada con la clasificación, pero en un momento determinado se negó a hacerlos por no ver claras las decisiones que tomaban Juan Manuel Serrano y una de sus personas de confianza, Avelino Castro. Como consecuencia fue cesada de la noche a la mañana junto con otra ingeniera. Ahora es repescada por Saura para dirigir esta área clave en la compañía.

Correos Express ha resultado ser un fiasco de servicio y ha provocado un deterioro formidable de calidad e imagen para su matriz Correos.

García releva en el cargo a Antonio Rueda, un ingeniero aeronáutico que venía de Airbus y que ha durado solo diez meses en su cargo. Llegó por petición de la SEPI y de la mano del director de Recursos Humanos, Fernando Ramírez, a quien conocía de Airbus. En la compañía se rumoreaba que Rueda no sabía mucho de Operaciones, y de ello se aprovechó José Luis Nistal, el hombre que Juan Manuel Serrano quería como director de Operaciones. Nistal fue director de Distribución de Correos en Madrid, jefe de la compañía en Andalucía y se estrelló con Nexea, una filial que hubo que integrar en Correos por su mala evolución. Aunque la SEPI impuso a Rueda a Serrano, el ex presidente colocó a Nistal en Operaciones, y su hombre acabó imponiéndose sobre Rueda. Impulsó Correos Express, que ha resultado ser un fiasco de servicio y ha provocado un deterioro formidable de calidad e imagen para su matriz Correos.

Errores en el área comercial y en Estrategia

El área comercial ha sido una de las grandes cruces de Correos en los últimos años. Su mala gestión ha hecho que la compañía pierda clientes en favor de la competencia. Ahora se ha tomado la decisión a priori acertada de separar el área comercial de la de Estrategia, en donde estaba integrada de mala manera, pero fuentes internas estiman que no se ha puesto al frente al perfil apropiado. La nueva directora comercial, Yolanda Orcajada, estaba en un segundo-tercer nivel del departamento de Estrategia, que ha fallado estrepitosamente con Serrano por un diseño en el que ella participó. Ahora tiene una buena oportunidad para recuperar su imagen.

El departamento de Estrategia fue dirigido primero con poco acierto por Avelino Castro, hombre confianza de Juan Manuel Serrano, y luego fue relevado por el periodista Enrique Cervera, que venía de la Agencia EFE tras haber trabajado en la Junta de Andalucía con Manuel Chaves y con la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de quien es amigo. Aunque no sabía nada de la materia, Cervera fue enviado por la SEPI y colocado por Serrano como director de Estrategia, un cajón de sastre en el que cupo de todo: los aviones de Correos, su red de oficinas, la internacional...

Como no sabía de la materia, Cervera se asesoró con el personal de Correos de segundo-tercer nivel en el departamento, entre el que se encontraba la nueva directora comercial, Yolanda Orcajada. Cervera cesará ahora en su cargo y, según fuentes de la empresa, será nombrado director de Correos Telecom, una filial de Correos que tiene 4.000 kilómetros de fibra óptica que revende a operadores, tiene un negocio de apenas 14 millones y es un balneario en el que encontrará buen acomodo. Por supuesto, a Cervera no se le conocen en principio grandes conocimientos sobre el negocio que va a dirigir.

Su relevo al frente del departamento de Estrategia será José Miguel Moreno, que ocupaba el mismo puesto en Paradores, la empresa pública de la que venía el nuevo presidente de Correos, Pedro Saura. En Correos no tienen claro que quien dirigió la estrategia de Paradores, una compañía mucho más pequeña y de un sector totalmente distinto, sea capaz de dirigir la estrategia de su nuevo destino. Consideran que podría no tener el perfil adecuado, que era lo que se criticaba a Serrano en su elección de directivos.

Moreno es una de las personas de confianza que Saura ha traído de Paradores. La otra es Francisco Ferrer, nuevo responsable de Secretaría General y de Políticas Públicas, un cargo en el que es más lógico tener una persona cercana. Es de Murcia, como Saura.

Otros nombramientos con lógica, o no tanta

El nuevo director de los Servicios Jurídicos es Rafael Domínguez. Es Abogado del Estado y viene de ser jefe de esta área en el Ministerio de Fomento. Estaba allí desde 2002. Este cambio está bien visto en la compañía. Los abogados del Estado habían sido eliminados de la compañía por Juan Manuel Serrano y Julio González, el anterior secretario general. Estimaban que restaban flexibilidad a la gestión, pero hubieran puesto trabas a desmanes sin justificar.

Como director financiero se ha situado a Javier Monzó, que había sido director de Auditoría y Control en los últimos cinco años. En la empresa se preguntan si viene a hacer de perro de presa, algo que podría venir bien, teniendo en cuenta la evolución de las cuentas de la compañía. Sustituye en el cargo a Santiago Ferrer, que fue puesto por la SEPI, llevaba poco tiempo en el cargo y no se le puede considerar responsable de la mala marcha económica de la empresa. Se considera un relevo extraño.

En su empeño por eliminar vestigios de la época de Serrano, Pedro Saura también ha relevado al director de Tecnología: Sergio Peinado. Profesional joven, de mucha confianza con Serrano, es licenciado en Dirección y Administración de Empresas. Se consideraba que tampoco tenía el perfil. Le sucede Isabel Alcantarilla, licenciada en Informática por la Politécnica de Madrid y perteneciente al Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información de la Administración del Estado. Es la tercera mujer que Saura sitúa en un puesto clave de la compañía, junto a Olga García (Operaciones) y Yolanda Orcajada (Comercial). Poner a mujeres en puestos clave parece haber sido un objetivo de Saura, quizá indicado por el Gobierno.

Herencias de Serrano

Pese a la reorganización de Saura, en la empresa quedan algunos profesionales que han sido claves con Serrano. Uno de ellos es Javier Monzó, ahora director financiero. Otro es Fernando Ramírez, director de Recursos Humanos. Muy apoyado por María Jesús Montero en su labor de control de Serrano, ha ido acumulando poder tanto de la mano del Ministerio como de la SEPI, hasta el punto de llegar a ser considerado potencial sucesor de Serrano, según fuentes cercanas al ex presidente.

Junto con ellos quedan otros profesionales que han sido importantes con Serrano, como Juan Carlos Nistal (Operaciones) o Leire Díez. A Díez la introdujo el propio Serrano a través de contactos políticos como militante y activista destacada del PSOE en Cantabria. En el tiempo que ha estado en la empresa ha demostrado un desconocimiento absoluto en los cargos encomendados, según fuentes de la compañía. Su última función ha sido coordinar la maltrecha red de oficinas, que ha tenido unos resultados catastróficos y ha sembrado el desánimo y la desmoralización en una gran mayoría de jefes intermedios y de personal básico de las oficinas.

Como se puede comprobar, Pedro Saura ha echado a andar la reorganización de Correos, con algunas luces, y con algunas sombras. Mientras tanto, los empleados de Correos esperan que tenga éxito con sus nuevas ideas y ayude a recuperar e impulsar de nuevo la compañía.

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