Casi 900.000 parados, en el aire por las divergencias entre el INE y el SEPE
870.000 personas están apuntadas en las listas del servicio de empleo o las de la EPA, pero no en las dos a la vez
Fedea ha vuelto a poner en liza los datos de paro y empleo ofrecidos por las distintas fuentes oficiales. No tanto por su veracidad, que no se discute, pero sí por los métodos que muestran unas divergencias de casi un millón de personas.
Según ha explicado Florentino Felgueroso, investigador de esta institución, durante la presentación del Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo correspondiente al primer trimestre de 2024, tras varios años de convergencia, las series de paro y empleo de la Encuesta de Población Activa (EPA) y las procedentes de registros administrativos como el servicio de empleo (SEPE) o la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) «han vuelto a divergir».
Así, la diferencia entre paro de la EPA y el paro registrado disminuyó durante la fase expansiva iniciada en 2014, pero, una vez superada la pandemia y con la aplicación de la reforma laboral, «se produce el fenómeno contrario, con un paro EPA creciendo más que el registrado».
Felgueroso ha incidido en que las diferencias son más evidentes en su composición por edad, donde los desempleados de 45 o más según el SEPE son mayores que en la EPA. Por el contrario, los grupos más jóvenes –de 16 a 25 y de 25 a 44– son más numerosos en las cifras del INE.
De esta manera, la suma de diferencias de edades en valor absoluto entre el paro EPA y el registrado ha oscilado en torno a las 870.000 personas desde 2019. «Hay casi 900.000 personas que están en el paro SEPE o en el paro EPA pero no en las dos a la vez», ha asegurado el investigador de Fedea, que ha añadido que este diferencia entre las fuentes se debe a la distinta propensión a registrarse como demandantes y a buscar activamente empleo.
La mitad de los demandantes de empleo de 45 años o más (1,3 millones) no son considerados como parados en la EPA. Además, en torno a 240.000 activos potenciales –desean trabajar, están disponibles para hacerlo, pero no buscan activamente por desánimo u otras razones– en la EPA no están inscritos como demandantes en las oficinas de empleo; un 62 % de los cuales tiene 45 o más años.
Las discrepancias se deben a tres grupos principalmente: los ocupados del sector público afiliados a mutuas de funcionarios, los trabajadores del sistema especial agrario inactivos y aquellos en situación de pluriactividad, que sesgan el alza de las afiliaciones y que ha crecido un 23 % desde 2019. Además, la pluriactividad entre los afiliados ha crecido más que el pluriempleo entre los ocupados EPA, lo que ha ampliado la discrepancia entre las fuentes.