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08 de septiembre de 2024

Análisis económicoJosé Ramón Riera

El gasto público en Europa, al borde del 50 % del PIB tras crecer un 63 % desde 2019

Lo que fue razonable y aceptable que sucediese en 2020 y hasta estoy dispuesto a aceptar en 2021, tuvo que haberse frenado en 2022 y en 2023

Actualizada 04:30

Publiqué ayer que el Valor Agregado de la economía europea, en los cuatro años de gestión de los actuales miembros de la Comisión Europea, es decir de 2019 a 2023, solo había crecido un 4,3%.

Que además de solo haber crecido un 4,3 %, uno de los sectores clave, si algún día viene una crisis de cualquier tipo y hay problemas de suministros alimenticios, es nuestro sector primario, que ha sido castigado de forma especial, por la decisión de adoptar un Pacto Verde, que lo único que nos ha traído son dolores de cabeza y así la agricultura, la ganadería y la pesca han sufrido un deterioro y la producción se ha visto reducida en este período en un 2,5 %.

Pero que además el primer sector de generación de valor, la industria solo ha crecido un 1,9 %, lo que ha provocado que este sector que representaba un 20,5 % del total del valor en 2019, ha perdido un 0,5 en su peso total y lo que ha perdido se ha ido al mundo de los servicios, que en los momentos de crisis suelen verse mucho más afectados que algunos de los sectores industriales.

En definitiva desde el punto de vista de la producción, crecer solo un 4,3 % en cuatro años es realmente un problema porque las regiones con las que tenemos que competir, Estados Unidos y China, han crecido mucho más que nosotros.

Cómo continuación del artículo, hoy quiero hablar de lo que ha pasado con el gasto Público en la Unión Europea.

La decisión de la Comisión Europea de saltarse el pacto de convergencia, que obligaba a los países miembros a no superar el 3 % del déficit y el 60% de la deuda sobre el PIB nominal, provocó que todos los países hiciesen, con la llegada de la pandemia, lo que tuviesen que hacer, tanto en gasto, como en déficit y con la ayuda del Banco Central Europeo, los países se endeudaron y gastaron como si no hubiese un mañana.

Lo que fue razonable y aceptable que sucediese en 2020 y hasta estoy dispuesto a aceptar en 2021, tuvo que haberse frenado en 2022 y en 2023, pero la excusa de guerra de Ucrania y la crisis energética provocada fundamentalmente por los errores de la energía verde, se permitió a los países miembros seguir gastando sin control, aumentando el déficit público y por ende el porcentaje de la deuda sobre el PIB nominal.

La cordura que debería haber sido lo que reinase en Bruselas a partir de la salida de la pandemia, no ha aparecido hasta el fin del 2023 e inicios del 2024, en la que se va a exigir un plan a todos los países para reducir su déficit, hasta el 1,5 % como máximo, en los siete próximos años, para ir generando capacidad económica en una nueva crisis.

Esto lo dice todo, la Comisión Europea ya es consciente de que la Unión Europea está en el borde del precipicio y si seguimos así vamos a tener una crisis peor que la de la pandemia y la del 2008.

En Economía hay una teoría que han estudiado muchos economistas que es la de los Ciclos Económicos y es que periódicamente aparecen crisis en las economías mundiales, unas muy graves como la de 1929 y la gran depresión, como, la del 2008 una crisis financiera global, la pandemia de 2020 o crisis importantes, pero no tan brutales como la de 1973 la primera crisis del petróleo o la de invasión de Kuwait por Irak en 1990.

Por ello tomar medidas de reducir el déficit es absolutamente necesario, aunque llegue con dos años de retraso.

Vean ustedes lo que ha pasado con el gasto público entre 2019 y 2023, que mientras el Valor Agregado de la economía Europea crecía en términos reales un 4,3 %, el gasto público lo hacía un 28,5 % y se colocaba al borde del 50 % del PIB Nominal, subiendo en solo cuatro años, casi tres puntos.

Así tenemos que el Total del Gasto Público en 2019 fue de 6,5 billones y se va a 8,4 billones de euros en 2023, creciendo en 4 años 1,9 billones.

Como podemos ver, este gasto en 2019 representaba un 46,5 % del PIB nominal de los 27 países, para terminar en 2023 en un 49,4 %.

Pero esto en sí que ya es una auténtica barbaridad, lo es más si vemos que el incremento del gasto supone un 63,1 % del incremento del PIB. Es decir, en los marginales nos estamos gastando 6,3 euros de cada 10 que generamos, lo que nos demuestra que el crecimiento de la economía europea está dopado por el gasto público.

Si viene una crisis, cosa que puede suceder en cualquier momento, la capacidad de gasto de muchos de los países miembros de la Unión se ha agotado, porque como veremos en otro artículo la deuda ya no da más de sí y menos si pensamos que en las arcas del Banco Central Europeo están más de 4,3 billones de deuda pendiente de vencer y que el BCE no va a poder renovar.

Sólo 8 países de los 27 han gastado menos que la media de la Unión Europea, o lo que es lo mismo, 19 países han gastado más y el gasto ha llegado al 49,4 % y el incremento marginal es de un 63,1 %, debería poner los pelos como escarpias a todos los responsables de esta locura.

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