La inversión extranjera cae a niveles del 2011
Doce años después hemos vuelto a la casilla de salida del 2011 y lo que es peor, con todos los juicios perdidos en el mundo sajón
«Aló Moncloa, aquí Houston, hay un cohete espacial, que ha perdido el rumbo, está fuera de control, tiene prevista su entrada en la atmósfera el 9 de junio y las predicciones actuales es que explotará en el recinto de La Moncloa».
«Se aconseja su desalojo de aquí a esa fecha y la recogida de todos los efectos personales, la potencia destructora es difícil de prever, pero tendrá efectos muy serios en el recinto de la Presidencia del Gobierno».
«Sentimos informar, que dado, que el gobierno español, considera que la propiedad del cohete es únicamente del Presidente del Gobierno y no de su Estado, no se puede intervenir para realizar un derribo controlado, sugerimos que se aplique el protocolo de auto destrucción y que según las informaciones que disponemos, las claves para la misma solo las disponen una tal Begoña Gómez y un tal David Azagra. En caso de tener alguna novedad adicional, procederemos a informar desde este observatorio».
Hay un cohete espacial, que ha perdido el rumbo, está fuera de control, tiene prevista su entrada en la atmósfera el 9 de junio
Nuestro presidente ha entrado en una deriva muy preocupante y quizás sería el momento de pedirle que, por el bien de su familia y el suyo propio, aplique el protocolo de destrucción del cohete que tiene y active su auto explosión, dando todas las explicaciones pertinentes, sobre la situación real de la economía española, que no para de acumular desastres.
Hoy les voy a mostrar un desastre de tal tamaño y tal calibre que nos muestra una de las realidades más crudas y de peor resultado que tiene la economía española: LA INVERSIÓN EXTRANJERA.
La inversión extranjera es una de las claves del crecimiento de cualquier país, que afecta de forma directa al crecimiento del PIB y de forma indirecta en la creación de puestos de trabajo fijos y estables, no de parados discontinuos. En el caso de España en el que el Valor Agregado del sector industrial crece por detrás del crecimiento del PIB, es clave y fundamental, para no perder el tren de tener una industria en condiciones.
La inversión extranjera es una de las claves del crecimiento de cualquier país
En la Unión Europea, la industria supone el 19 % del total del PIB, mientras que en Alemania supera el 24 % y en España apenas llega al 14 % y en donde Irlanda reina con un 46 % de su PIB generado por el sector industrial.
Pero desde que Pedro Sánchez llegó al poder, los inversores extranjeros han empezado a pensar que no es tan bueno invertir en nuestro país y la inversión ha caído a la mitad de 2018 y se ha vuelto a colocar en niveles de 2011.
Y para enseñárselo he montado este gráfico, con los datos obtenidos del Ministerio de Economía, de su base de datos DataInvex que, por cierto, convendría ya empezar a actualizar algún dato del 2024, estamos a finales de mayo y el ministerio de Carlos Cuerpo no ha publicado ni un solo dato de este año, cosa que es ciertamente preocupante.
Así tenemos que en 1995 el año se cierra con 5.020 millones de inversiones extranjeras, que aumentan hasta los 34.852 millones que es el pico en la gestión de José María Aznar, que, sin embargo, no consigue sostener el crecimiento y termina su período de gestión con 11.382 millones.
El pico de Zapatero se produce en 2008 con 36.345 millones, justo en el año que empieza la crisis financiera y se va con un año en el que deja 27.167 millones de euros que han venido del exterior para inversiones.
Rajoy, a pesar de la crisis, poco a poco consigue darle la vuelta y se va a mitad de 2018, dejando la inversión extranjera encaminada a conseguir una cifra histórica, dado que en ese año llegamos a 58.937 millones.
El pico de Zapatero se produce en 2008 con 36.345 millones, justo en el año que empieza la crisis financiera
Y desde entonces y con Sánchez, que nunca le ha interesado la economía, por mucho que diga, y con una Calviño cuyo único interés era abrirse camino para el BEI, empieza nuestra decadencia actual, terminando en 2023 en 28.588 millones, una cifra ligeramente superior a la del 2011 cuando Zapatero abandona el gobierno.
Esto quiere decir que 12 años después hemos vuelto a la casilla de salida del 2011 y lo que es peor, con todos los juicios perdidos en el mundo sajón, Estados Unidos y Reino Unido, por las inversiones extranjeras en energías renovables, con la decisión de Sánchez de no pagar, con los embargos generados por juzgados británicos contra propiedades del gobierno español y cuentas corrientes en bancos, los inversores extranjeros no parecen muy convencidos de seguir invirtiendo en nuestro país. Si a esto añadimos el clima de inseguridad jurídica y las trifulcas con gobiernos extranjeros, me parece que el cohete de Pedro Sánchez tiene poco porvenir.
¿Se destruirá, el solo, el 9 de junio?