China amenaza a Bruselas con represalias contra los agricultores por la investigación de los coches eléctricos
Pekín pone también en su punto de mira al sector de la aviación en el caso de que continúe la guerra comercial con la Unión Europea
Cuando el pasado mes de septiembre Ursula von der Leyen anunció la apertura de una investigación contra China por los coches eléctricos, en Bruselas sabían que en el horizonte se vislumbraba una guerra comercial inminente y una reacción por parte del gigante asiático. Ocho meses después y sin que la Comisión Europea haya hecho público aún su veredicto sobre la investigación, las consecuencias se empiezan a notar.
A través de una carta del ministro de Comercio dirigida al comisario europeo Valdis Dombrovskis, China advierte que el sector de la agricultura y de la aviación sufrirán las consecuencias de la investigación que se está llevando a cabo en Bruselas a menos que la UE cese de forma inminente la guerra comercial.
En la misiva, que aún no ha tenido respuesta por parte de la Comisión Europea, queda claro que Pekín está muy molesto con el desarrollo de las investigaciones comerciales que ha iniciado la UE y solicita un «reinicio», una especie de tregua para evitar que siga aumentando la tensión, según ha adelantado Politico.
Pero China no se limita simplemente a pedir una paz temporal sino que advierte de las consecuencias que tendría no hacerles caso. Las hostilidades «comenzarían» con el sector agrícola y el de la aviación y dejan abierta la puerta a que después haya otros que sufran el efecto dominó.
Las últimas señales de Bruselas apuntan a que la investigación sobre los coches eléctricos chinos desembocará en sanciones y aranceles. No obstante, la presidenta Ursula von der Leyen ha desechado la opción de imponer aranceles generalizados a todos los productos que procedan del gigante asiático, como sí ha realizado Estados Unidos, ya que considera mejor hacerlo producto por producto.
Esa diferencia con respecto al mercado estadounidense no ha contentado a los chinos, que siguen indignados con la Unión Europea después de ocho meses de investigación. Algo ayudó a calmar las aguas la última visita de Xi Jinping al continente, donde se reunió con Macron y Von der Leyen, pero el anuncio del fin de la investigación volverá a removerlas.
Se desconoce aún qué tipo de consecuencias acarreará la investigación, pero en el sector solicitan que se aumenten los aranceles de importación del 10 % actual hasta el 50 % para así nivelar los costes y que haya realmente un mercado competitivo.
Para evitar llegar a ese punto, Pekín pide en su carta que se busque una solución pactada basada en nuevas ideas que pongan fin a numerosos desencuentros. En caso de no hacerlo, señala a dos sectores estratégicos para Europa.
China es el tercer destino de las exportaciones agroalimentarias de la Unión Europea y representa más del 6 % del comercio del sector. En cuanto a la aviación, el principal perjudicado podría ser Airbus, que es el mayor proveedor del mercado chino.