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El presidente de la CNC, Pedro Fernández Alén

El presidente de la CNC, Pedro Fernández Alén

Entrevista | Pedro Fernández Alén (Confederación Nacional de la Construcción)

«Tenemos un problema de mano de obra, en la construcción faltan 700.000 trabajadores»

  • El presidente de la Confederación Nacional de la Construcción lamenta la retirada de la reforma de la ley del suelo ante el grave problema de inseguridad jurídica del sector, que dificulta la construcción de nuevos pisos

  • Tilda de «error histórico» la primacía de los convenios autonómicos sobre los estatales

Pedro Fernández Alén (Badajoz, 27 de agosto de 1974) preside desde 2021 la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), la organización más representativa del sector. En su entrevista con El Debate, lamenta la retirada de la reforma de la ley del suelo ante el grave problema de inseguridad jurídica del sector, que dificulta la construcción de nuevos pisos, aboga por un pacto de Estado entre partidos para resolver el problema de la vivienda y pone el foco en el grave problema que atraviesa el sector por la escasez de mano de obra. Ello pese a que, como subraya, «tenemos buenas condiciones laborales, buenos horarios y buenos sueldos. El que menos cobra el 30 % más del salario mínimo interprofesional. Eso no lo pueden decir en todos los sectores».

¿Consideraban positiva la reforma de la ley del suelo? ¿Qué supondrá su retirada?

–Desde el sector lamentamos que se haya retirado. La ley del suelo es una buena ley para empezar a solucionar el problema de la vivienda. La base es una ley que elaboró el PP, el PSOE la mejoró y la volvió a poner sobre la mesa. Se basa sobre todo en la reducción de plazos, la simplificación administrativa y en dar seguridad jurídica. Ahora mismo cualquier defecto de forma detrae los itinerarios urbanísticos a un momento previo, con lo que eso suponía. Debe ponerse en marcha lo antes posible.

–¿A qué se debe la crisis de vivienda que atraviesa España?

–El problema de la vivienda tiene dos vertientes. Una depende de la ley del suelo, que debe dar seguridad jurídica a todo el trámite hasta que se convierte en solar. El segundo problema es que la ley de vivienda tiene una parte positiva, la colaboración público privada, y una negativa con la insistencia en poder limitar los precios de los alquileres que lo que ha hecho es reducir la oferta con el problema que ello conlleva. La solución a esto no es poner límites al mercado sino incrementar la oferta tanto de suelo como de vivienda.

La solución no es poner límites al mercado sino incrementar la oferta, tanto de suelo como de vivienda

– Los precios de las viviendas siguen al alza y la oferta de pisos nuevos no acaba de despegar, ¿qué hace falta para impulsarla?

–Lo que es urgente es la ley del suelo, y después, un pacto de Estado. La aplicación la tienen que hacer los ayuntamientos, comunidades autónomas y el Estado. Hay que tener presente que actualmente se están creando 215.000 hogares al año entre divorcios, emancipaciones etc. Pero solo se están construyendo 85.000 viviendas. Está claro dónde está el problema: hace falta más oferta para que se estabilice el mercado. La proyección de hogares hasta 2037 que elaboró el INE señala que entonces habrá seis millones y medio de hogares unipersonales, y el número de hogares en España habría crecido, en 15 años, en más de seis millones. Estamos creando muchos hogares, por emancipación, por que España está de moda para los extranjeros... pero solo se están construyendo 85.000 viviendas. El número óptimo son 150.000 viviendas al año, o incluso 200.000. Para eso hace falta una ley del suelo que dé seguridad jurídica y anime a los promotores a ponerse manos a la obra.

–¿Qué balance hace de la ley de vivienda un año después de su aprobación?

–La ley de vivienda ha tenido una parte positiva, que ha utilizado alguna comunidad autónoma como Madrid con el Plan Vive. Cuando la colaboración público privada la administración está cediendo a empresas privadas suelo público, para construir pisos que se ponen en alquiler asequible durante un tiempo Ese plan está teniendo éxito. Pero la habilitación de zonas tensionadas y la limitación del alquiler de precio está reduciendo sensiblemente la oferta. se está viendo en Cataluña, en concreto en Barcelona, donde se está reduciendo la oferta.

–El año pasado se prometieron 184.000 viviendas en alquiler asequible. ¿Se han dado pasos concretos para alcanzar el objetivo?

–En las dos reuniones que he mantenido con el presidente del gobierno la voluntad política está, pero es cierto que la tramitación administrativa es muy compleja. Gran parte de ellas serán en Campamento y en Madrid Nuevo Norte. Solo en Campamento se van a construir 25.000 viviendas, y se quiere poner en marcha lo antes posible las primeras 12500 viviendas. El sector sigue teniendo problemas importantes para afrontar todos estos proyectos, que hay que ir solucionando, como los precios de los materiales. Sin una revisión de los precios de los contratos, la velocidad será menor. Y otro problema es la escasez de mano de obra. Nosotros insistimos en que hay que traer a mujeres, jóvenes e inmigrantes al sector de la construcción.

Sin una revisión de los precios de los materiales en los contratos, la velocidad de los proyectos será menor

–¿Cuánta mano de obra les falta?

–Fomento dijo 498.000 para rehabilitación. Nosotros llevamos la cifra a 700.000 para cumplir con todos los requisitos del plan de transformación y resiliencia. Hace falta mejorar la imagen del sector. Tenemos buenas condiciones laborales, buenos horarios y buenos sueldos. El que menos cobra cobra el 30 % más del salario mínimo interprofesional. Eso no lo pueden decir en todos los sectores. Subir en las categorías profesionales además es relativamente fácil, con lo que el incremento de sueldo es bastante sensibles.

–¿Se han solventado los problemas de incremento de costes de materiales?

–No. Han dejado de crecer tanto y alguna ha registrado un leve descenso, pero el período de maduración de una promoción inmobiliaria es de 24 a 36 meses. Muchas empresas promotoras hicieron el cálculo de su coste hace 36 meses. Podía ser un coste evidentemente menor del que tenían ahora. Ahora los precios de los materiales empiezan a estabilizarse, pero los cálculos se hicieron con costes menores.

–Bruselas ha abierto un expediente a España por no incorporar peajes en las carreteras. ¿Es viable mantener la red actual sin peajes?

–La conservación y mantenimiento es una asignatura pendiente, y además preocupa el deterioro, que es exponencial. En una carretera mal conservada su deterioro se dispara muchísimo, y más aún con el paso de vehículos de mucho peso. Esto tiene que ser una decisión política, y asumir ese coste vía presupuestos o vía pago por uso. La solución debe ser consensuada y de Estado.

La solución para el mantenimiento de las carreteras debe ser consensuada y de Estado

–El Gobierno quiere apostar por las viviendas industrializadas, producidas en serie, ¿son una buena opción de futuro?

–La industrialización para el sector de la construcción es una herramienta más. No es la panacea pero tampoco algo desechable. Es un método constructivo que lleva tiempo utilizándose y que se puede usar para mejorar plazos. Había algún problema sobre todo por la orden de tasaciones inmobiliarias. Lo industrializado en naves industriales no se computaba hasta que no estaba en el solar concreto a efectos de financiación bancaria. Lo que se ha avanzado es que si se está haciendo industrialización en un terreno concreto se pueda valorar a efectos de financiación bancaria. Podría ser una fórmula para impulsar esta forma de construcción que en muchos casos es muy útil porque agiliza algunas instalaciones, en particular en cuanto a cocinas y cuartos de baño.

– Se ha mostrado también muy crítico con la prevalencia de los convenios autonómicos frente a los estatales. ¿Cree que lastró la competitividad?

Puede haber hasta 52 convenios porque va en función de la provincia. Es un error histórico que hay que subsanar lo antes posible. Esto es como en Astérix, para proteger una aldea gala, algo muy local y localista vamos en contra de los criterios que marca Europa. Esto lo único que hace es deteriorar la unidad de mercado y poner inconvenientes a las empresas. También a las empresas que supuestamente el PNV defiende, que son las empresas vascas. Si establecen condiciones más beneficiosas para los trabajadores del País Vasco no van a poder competir con las empresas de fuera. Les van a hacer un flaco favor a las empresas españolas y vascas.

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