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13 de septiembre de 2024

Las marcas chinas toman posiciones ante las señales de debilidad de Europa

Cadena de montaje de vehículos eléctricos en China.

España sacrifica al cerdo en beneficio del automóvil en la guerra comercial con China

Somos el primer suministrador de carne porcina al gigante asiático, pero el apoyo del Gobierno a la imposición de aranceles podría pasarnos factura

Este miércoles, la Comisión Europea impuso nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos en una polémica decisión que no contó con la unanimidad de los Veintisiete. Pekín ya está estudiando represalias y uno de los mayores perjudicados será España, principal exportador de carne de cerdo al país asiático.

Bruselas considera que los productores de coches eléctricos chinos se han beneficiado durante de subvenciones «injustas» que han permitido introducir vehículos a precios muy por debajo de mercado, por lo que el gravamen pasará del 10 % actual al 38,1 % en una medida que reportará 2.000 millones de euros a la Unión Europea.

La respuesta del gobierno chino no ha tardado en llegar. El portavoz de la cancillería, Lin Jian, ha calificado la decisión de la Comisión como un «caso claro de proteccionismo» que «desprecia las normas de la Organización Mundial del Comercio y va a contracorriente de la historia». Además, ha exigido que «rectifique sus prácticas erróneas» y deje de «politizar» las cuestiones económicas y comerciales.

He Yadong, portavoz del Ministerio de Comercio, ha adelantado que las industrias chinas presentarán una solicitud de investigación «para proteger el orden normal de la competencia en el mercado y sus derechos e intereses legítimos».

Si bien no queda claro qué productos se verán afectados, la prensa estatal lleva semanas aireando que las represalias se centrarían en productos lácteos y cerdo, en un mensaje claro a Francia y España. Ambos países han apoyado el aumento de los aranceles, frente a otras nacionales como Alemania, Suecia o Hungría, que abogaban por no iniciar un conflicto comercial con el gigante asiático.

España exportó a China mercancías por valor de 1.612,3 millones de euros en el primer trimestre de los cuales, 257,29 millones –la mayor partida– correspondían a carne y despojos comestibles. De estos, 135,39 millones fueron de carne fresca de cerdo y 115,99 millones a despojos comestibles de porcino. El total de las exportaciones chinas de productos porcinos ascendió a 1.180 millones de euros.

España es el principal productor de carne de cerdo de toda la UE y el primer suministrador de este producto a China

Nuestro país es, además, el principal productor de carne de cerdo de toda la Unión Europea con un 22,9 % del total, por delante de Alemania (20,3 %), Francia (9,7 %) y Polonia (8,1 %), y nuestro producto es además especialmente apreciado. No en vano, somos el primer suministrador de cerdo del mundo a un país donde la carne de este animal es la más consumida por delante de la ternera o el cordero.

«Estamos preocupados», señala el director general de Anice, Giuseppe Aloisio. «Tememos que las consecuencias de esta tensión económica entre Europa y China puedan volverse contra el sectro cárnico en nuestro país y amenace el statu quo como primer exportador de carne de porcino de Europa y segundo del mundo».

Acuerdos con China

La disyuntiva, no obstante, era complicada. La semana pasada, España y China firmaron un acuerdo para la creación del Mecanismo permanente de Cooperación y Diálogo para promover el intercambio comercial y de inversión, aprovechando la visita del ministro de Comercio, Wang Wentao a nuestro país. Wang, de hecho, pidió al Gobierno que presionase a los socios europeos para evitar la imposición de aranceles y la consiguiente guerra comercial.

Sin embargo, la industria automovilística es el principal pilar de las exportaciones españolas. Solo en los tres primeros meses del año hemos facturado casi 14.000 millones de euros entre vehículos y componentes, principalmente a Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Las cuentas, por tanto, eran evidentes. Otra cuestión es ver cómo afectarán las inversiones chinas en nuestro país, que en 2023 ascendieron a 131,4 millones de euros.

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