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03 de julio de 2024

Análisis económicoJosé Ramón Riera

España, un país de microempresas en decadencia

Las ayudas del Gobierno para evitar la desaparición de empresas fueron nefastas, porque no olvidemos que en aquellas fechas quedaron prohibidos los concursos de acreedores

Actualizada 04:30

La frase que define a este artículo es la pura, dura y cruda realidad. Pero para entenderlo, hay que primero aclarar qué es una microempresa y por qué afirmo que España es un país de microempresas en decadencia.

Según el propio Gobierno de España, en su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, tiene un apartado para definir que considera la Unión Europea una pyme y para ello define primero lo que considera la UE una empresa:

«La Unión Europea considera empresa a toda entidad, independientemente de su forma jurídica, que ejerza una actividad económica, entendiendo por actividad económica la venta de productos o servicios a un precio dado o en un mercado directo o determinado».

La asociación de autónomos ha señalado que el 'dumping' empresarial de los fabricantes de calzado va a provocar el cierre de la mayoría de estos negocios

Europa Press

«En cuanto a las pymes, las define como las empresas que ocupan a menos de 250 personas y cuyo volumen de negocios anual no excede de 50 millones de euros o su balance general anual no excede de 43 millones de euros».

Más adelante dice que un autónomo «puede ser considerado pyme siempre que cumpla los criterios del número empleados e importes financieros y ejerza actividad económica». O sea que un autónomo autoempleado se considera una pyme.

Y la división de pymes se establece de la siguiente manera:

Así que ya tenemos que la Unión Europea y nuestro gobierno considera que la microempresa es toda aquella que, teniendo actividad económica, tiene menos de 10 empleados, factura menos de 2 millones de euros y su balance es también de menos de 2 millones.

Hoy lo que voy a mostrar con datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, que tiene como ministra a Yolanda Díaz, ha conseguido que las microempresas estén de capa caída, cuando precisamente el objetivo de la Unión Europea con los Fondos Next Gen era que esto no sucediese.

En el siguiente cuadro que he elaborado con las estadísticas que publica la Subdirección General de Estadística de la Secretaría de Estado de Trabajo, podemos ver que en mayo de 2018, justo antes de Pedro Sánchez tomase el control del Ejecutivo, teníamos 1.150.472 microempresas que en aquel momento representaban el 86,2 % del total de las empresas de nuestro país. Un año después la cifra se mejoró en un 0,3 %, con una profunda caída en el 2020, ya en plena pandemia, donde solo aparecen inscritas en la Seguridad Social 1.084.658 empresas, lo que supone una caída de un 6 %. De esto solo podemos concluir que las ayudas del Gobierno para evitar la desaparición de empresas fueron nefastas, porque no olvidemos que en aquellas fechas quedaron prohibidos los concursos de acreedores.

En 2021, a pesar del pronóstico de Nadia Calviño de recuperación en V, solo se recuperan el 3,1% y en mayo del 2022 llegamos a la cifra de 1.136.888 microempresas inscritas en la Seguridad Social y desde esa fecha no solo no recuperamos, sino que en mayo del 2023 estamos otro 0,2% por debajo y en mayo de este año nos hemos quedado estancados, con una pérdida mínima, pero una pérdida.

Así desde 2018 a 2024 hemos perdido el 1,4 % del total de las empresas inscritas en la Seguridad Social. Esto lo que significa, es que dado que, aunque siguen naciendo empresas nuevas, las llamadas Start ups, con nuevos emprendedores, lo que realmente está sucediendo es que las que desaparecen son más de las que se crean.

Y cómo decía mi profesor de latín, quod erat demostrandum o lo que es lo mismo, como queríamos demostrar, las microempresas en España están en decadencia.

Aunque para este gobierno esto carezca de importancia comentarles que, si no nacen más microempresas que las que se destruyen, llegará un día que en nuestro país se habrá cavado su tumba en la creación de empleo.

Las empresas muy grandes, no sólo no crean empleo, sino que lo destruyen, Telefónica tenía en el 2015 la nada despreciable cifra de 38.000 empleados y en 2024, está en algo menos de 20.000, o recordar que hay un ERE en marcha en Ford Almussafes de un tercio de la plantilla que afecta a más de 1.600 empleados.

Si alguien en el Gobierno cree que las grandes son las que generan el empleo y es a quien hay que darle los fondos europeos, cometen dos errores. El primero es que no crean empleo y sino que busquen en la nube los cifras, y el segundo es que son muy vagos, que lo son, como demuestra que nos hayan retenido 150 millones en Bruselas por no ser capaces de hacer llegar 90 míseros millones de euros a las pymes para ayudarles a su digitalización.

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