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El nuevo presidente de Correos, Pedro Saura, siente la vigilancia de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

El nuevo presidente de Correos, Pedro Saura, siente la vigilancia de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.Lu Tolstova

La semana económica

Correos no avanza, y la SEPI, Montero y los empleados empiezan a ponerse nerviosos

El nuevo plan estratégico de la compañía, que marca su rumbo de cara al futuro, debería haberse presentado en junio, pero hay quien duda de que la SEPI lo apruebe en julio

El nuevo presidente de Correos, Pedro Saura, acumula siete meses en el cargo, pero su hoja de ruta para sacar a la compañía de sus pérdidas millonarias aún no está clara. En marzo dijo que no pensaba seguir el plan estratégico que la consultora KPMG elaboró entre enero y marzo de 2023, antes de que él llegara, y sobre el que el anterior comité de dirección y la SEPI (principal accionista de Correos) habían dado el visto bueno. Saura ha optado por elaborar el plan internamente, pidiendo a cada departamento que trabaje sobre su parte. Luego lo refundirán y presentarán a quien tiene que verlo: la SEPI, los sindicatos... Esta estrategia está degenerando en un gran caos, según fuentes conocedoras de la compañía, que dudan de que el plan pueda pasar con éxito el filtro de la SEPI.

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) esperaba el plan para junio, y en principio lo tendrá en julio. Cuando llegue habrá que ver si supera el exigente examen de la entidad estatal, que quiere ver un remedio a los más de 1.000 millones de pérdidas que acumuló el presidente anterior, Juan Manuel Serrano, el amigo de Sánchez.

La SEPI no aprobará cualquier plan estratégico, y los ecos que le están llegando no son positivos

La SEPI no aprobará cualquier plan, y los primeros ecos que le están llegando no son positivos. Correos tiene grandes profesionales que saben mucho de su empresa, pero les falta la visión desde fuera que les ayude a competir contra otros. Esa visión está en el plan de KPMG, que algunos no entienden por qué Saura no quiere utilizar.

La razón está en que prefiere acertar o equivocarse por su cuenta, tras oír a sus empleados, en lugar de dejarse guiar por una consultora, como hizo Serrano con Deloitte, con un resultado desastroso. Está por ver si con su fórmula consigue elaborar un plan estratégico viable.

Están deseando verlo la SEPI, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (de quien depende la SEPI), y los sindicatos. Montero está presionando a la SEPI para que a su vez persiga a Correos para que presente su plan estratégico y la cantidad que habría que destinar a la reestructuración de la plantilla. Hay que recordar que los gastos de personal son el gran desafío de Correos. Representan unos 1.600 millones de euros anuales, prácticamente la misma cantidad que genera la compañía por su actividad postal y de paquetería. Montero destinará a las prejubilaciones los millones que hagan falta, pero quiere saber ya la cifra.

Montero destinará los millones que hagan falta al plan de prejubilaciones, pero necesita saber la cifra ya

Desde los sindicatos afirman saber que se barajó la posibilidad de un despido colectivo al que se negarán la SEPI y Saura, y que últimamente se está estudiando qué cantidad implicaría ofrecer prejubilaciones a los empleados de entre 61 y 65 años. Tendrían que ser voluntarias y atractivas, y estarán atentos a si se compensan con un rejuvenecimiento de la plantilla. Si simplemente se recorta personal, no creen que se resuelvan los problemas de servicio de la empresa. «Ramírez (director de Recursos Humanos) habla mucho de eficientar la plantilla, y eso nos genera cierto temor», apuntan desde UGT. La reducción de personal no tiene por qué traducirse en una mejora de la cuenta de resultados.

Empleo y edad de la plantilla

Correos lleva años perdiendo empleados. Hace seis o siete años rebasaba los 60.000, y ahora está en 47.000. La media de edad de la plantilla es alta, y rejuvenecerla es uno de los grandes retos en la nueva etapa. Más importante aún es saber qué modelo de negocio va a seguir Correos para salir de su lamentable situación financiera.

Los sindicatos están a la espera de que Saura responda a las propuestas que le han hecho en este sentido. UGT fue el primero en mandárselas, el pasado 6 de junio. Entre otras cuestiones proponen reforzar el Servicio Postal Universal (SPU), con el que Correos garantiza que los envíos llegan a cualquier rincón de España, de manera que sea eficiente, útil y no acumule un déficit descomunal, y potenciar la paquetería aprovechando el impacto del comercio electrónico, entre otras cosas. También sugieren impulsar un modelo de Servicio de Interés Económico General (SIEG) para Correos, de modo que se le asignen misiones más allá del SPU. Entre estas misiones estarían que las oficinas de Correos sirvieran como ventanilla para gestiones administrativas, para cerrar la brecha digital (facilitando la conexión wifi a Internet, por ejemplo) o para servicios financieros y bancarios (no para crear un banco, que no tendría sentido). Estas nuevas misiones conllevarían una aportación del Estado que serviría de colchón para mantener la red de oficinas.

Los sindicatos no tienen respuesta sobre sus propuestas, y tampoco han tenido ninguna reunión recientemente con la empresa para hablar de posibles prejubilaciones ni de un nuevo convenio colectivo.

La empresa se dirige hacia la bancarrota si continúa en la misma línea

En este plano siguen las cosas, con una empresa que se dirige hacia la bancarrota si continúa en la misma línea. Solo un cambio de rumbo coherente puede salvarla, pero habrá que formalizarlo en un plan estratégico que no llega, y cuando llegue, habrá que ver si vale. El plan de KPMG contaba con propuestas concretas como, por ejemplo, vender algunos de los casi 6.000 edificios de diversos tipos y tamaños de los que dispone Correos. Sería una vía para obtener ingresos, pero de momento el presidente prefiere no ir en esa dirección.

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