¿Me interesa atrasar la jubilación con la nueva reforma? Qué se sabe y qué falta por perfilar según un experto
El Gobierno y los agentes sociales han conseguido, este miércoles, cerrar el acuerdo en materia de pensiones que llevaban meses negociando. El objetivo del Ejecutivo con esta reforma es incentivar a los trabajadores para que retrasen de manera voluntaria su jubilación, y así poder equilibrar las cuentas de la Seguridad Social.
Uno de los pilares en los que se asienta este acuerdo y con el que pretenden fomentar una mayor utilización de la jubilación demorada es la introducción de incentivos. En concreto, además de mantener el incentivo de incremento del 4 % de la cuantía de la pensión de jubilación por cada año adicional de retraso de la edad ordinaria, a partir del segundo año se añade un complemento adicional de un 2 % por cada 6 meses de demora.
Así, desde el segundo año de retraso de la edad de jubilación la persona no necesitará un tercer año completo para generar un porcentaje adicional de prestación del 4 %, sino únicamente seis meses completos para percibir un incentivo adicional del 2 % por cada semestre completo.
No se está incentivando adecuadamente alargar la edad de jubilaciónProfesor de la Universidad de Valencia e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie)
Expertos en pensiones, como Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), consideran que «no se está incentivando adecuadamente alargar la edad de jubilación». Y es que, los trabajadores tienen que esperar un año completo para recibir ese porcentaje, «lo que puede llevar, en muchos casos, a retirarse cuando llegue el momento, antes que esperar ese tiempo para recibir ese porcentaje», cuenta Devesa. Por eso, para conseguir el objetivo del Gobierno, el incentivo más adecuado sería el trimestral.
Jubilación activa y parcial
Estos incentivos, con el nuevo acuerdo, continúan siendo compatibles con la jubilación activa. Además, se establece un nuevo esquema para la percepción de la pensión que irá subiendo gradualmente en función del tiempo. Así, con un año de demora se podrá recibir un 45 % de la pensión; un 55 % con dos años; con tres un 65 %; un 80 % con cuatro años; y con cinco o más se podrá llegar al 100 %.
La regulación actual sobre la jubilación activa permite recibir el 50 % de la pensión el primer año, por lo que lo han reducido un 5 %. Pero no daba la opción de compatibilizar el 100 % de la jubilación con un trabajo. Un cambio que, según Enrique Devesa, no afectará a muchos futuros pensionistas porque «es poca la gente que llega a demorar 5 años la edad de jubilación».
Además, se elimina el requisito que exige contar con todos los años de cotización para tener acceso a la jubilación activa, por lo que se permite el acceso a la totalidad de las personas que se han jubilado con demora.
En el acuerdo también se establece que se podrá acceder a la jubilación parcial hasta tres años antes de la edad ordinaria de jubilación, manteniéndose el resto de los requisitos, como son los 33 años cotizados y 6 años de antigüedad en la empresa. También, se exige que al trabajador relevista se le haga un contrato indefinido y a tiempo completo, y que tiene que ser mantenido hasta dos años después de que el jubilado parcial haya alcanzado la edad de jubilación ordinaria.
Aspectos muy «verdes»
En la reforma se incluye otro aspecto, como es la modificación de los coeficientes reductores de la edad de jubilación para aquellas profesiones con elevados índices de penosidad, toxicidad, peligrosidad o insalubridad.
Según el acuerdo, se establecerá un nuevo procedimiento para el reconocimiento de estos coeficientes reductores, así como varios indicadores objetivos. Estos indicadores se complementan con otros adicionales e informes epidemiológicos. Pero el investigador del IVIE considera que, a falta de conocer el texto completo, faltan muchos aspectos que concretar, como es «saber si el trabajador en este caso va a tener que cotizar más, para poder jubilarse antes».
No reducirá el déficit contributivo
Todavía no se conocen análisis económicos –ni del propio Ministerio, ni externos– que calculen el gasto que va a suponer estas modificaciones. Pero el experto en pensiones considera que «el Gobierno ha dado una de cal y otra de arena», por lo que «la reforma no va a suponer grandes variaciones ni por la parte del gasto, ni por la de los ingresos».
Ahora bien, «estos cambios tampoco van a ayudar a reducir el déficit contributivo», aclara Enrique Devesa. «Vamos a seguir endeudándonos. Y porque los ingresos han aumentado estos últimos años, sino el déficit se hubiera incrementado aún más». Un déficit, que desde el IVIE calculan que ronda ya los 30.000 millones de euros anuales.