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El ministro de Transportes, Óscar Puente.

El ministro de Transportes, Óscar Puente.Diego Radamés - Europa Press

Nervios en el Ministerio de Transportes: se buscan más datos para que Puente eche la culpa a otros del caos de Renfe

El ministro comparecerá el viernes en el Senado para dar explicaciones por petición del PP, a quien atribuye los fallos de los trenes Avril S106 que han causado los últimos incidentes

Fuentes bien informadas afirman que desde el Ministerio de Transportes se están pidiendo y buscando datos para preparar la comparecencia del ministro Óscar Puente en el Senado este viernes. Allí tendrá que dar explicaciones por el desastroso verano que está protagonizando Renfe, con grandes retrasos y problemas en el Ave y acontecimientos tan penosos como el del pasado 5 de agosto, con los viajeros parados casi tres horas en medio de Madrid sin aire acondicionado.

Puente ha tardado dos semanas en contestar a la petición de comparecencia que el Partido Popular efectuó el 5 de agosto, pero finalmente lo ha hecho, y su equipo trabaja estos días a toda máquina para desplegar su contraataque. El objetivo es reforzar la tesis de que los culpables del caos son Talgo, el fabricante de los trenes Avril S106 que han protagonizado los últimos incidentes, y el PP, que fue quien convocó el concurso de estos trenes en el año 2016, y que se adjudicó la compañía ferroviaria española por un precio un 43 % inferior al de las otras ofertas.

Frente a este argumento, expertos del sector sostienen que la empresa debería haber seguido más de cerca el cumplimiento del contrato, y no quejarse a posteriori de los malos resultados.

El propio Óscar Puente viajaba el pasado 16 de mayo en un Avril S106 entre Madrid y La Coruña y valoraba muy bien el tren y su «altísima tecnología». Sin embargo, después han empezado a fallar, y ahora el ministro piensa que son un desastre.

En el sector se estima que el problema está en el afán político por inaugurar nuevas líneas de Ave y hacerse la foto, por encima de poner el foco en el viajero y planificar mejor las rutas y las infraestructuras.

En este contexto se incide en que quizá Puente no se ha rodeado de un buen equipo de asesores, por cómo se está desenvolviendo la crisis. Entre sus colaboradores más directos se encuentra el secretario de Estado, José Antonio Santano, cuya experiencia más reciente ha sido ser alcalde de Irún desde el año 2002 hasta su nombramiento actual en noviembre de 2023; Marta Serrano, ingeniera de Caminos, ex gerente de la EMT en Valencia y autora de trabajos como La desigualdad de la mujer en el sector del transporte, que es secretaria general de Transporte Terrestre del Gobierno; y Roser Obrer, doctora ingeniera de Caminos, que es directora general de Transporte por Carretera y Ferrocarril, y que también proviene de Valencia, como Serrano. Allí era directora general de Obras Públicas, Transporte y Movilidad Sostenible en la Generalitat Valenciana. Ninguno de estos tres cargos, a priori los más relacionados con el sector ferroviario en el Ministerio, posee una experiencia conocida a nivel nacional en este sector, y en concreto en Renfe y en Adif.

Un problema más de fondo

Óscar Puente cargará el viernes con toda su virulencia contra Talgo y el PP por los acontecimientos recientes, pero los problemas de Renfe y Adif son más profundos. Como ya hemos contado en varios artículos recientemente, las dos compañías están dirigidas por estructuras políticas que les dificultan pensar a medio plazo. Los mandos cambian conforme lo hacen los gobiernos y entre los dos partidos principales no se logra un consenso para que haya un plan a largo plazo.

Como consecuencia, prima el rédito político que pueda dar inaugurar una nueva línea de Ave sobre la renovación y adaptación de las estaciones al creciente número de rutas y de operadores. Además la estación de Chamartín, un núcleo importante de conexiones ferroviarias, está en obras; Atocha lo estará en breve, y en general parece que las inversiones no están bien enfocadas.

A ello hay que unir la falta de competencia del nuevo equipo, que se vio incapaz de resolver con mayor rapidez algo tan escandaloso como lo ocurrido el 5 de agosto. Las dos horas que los viajeros estuvieron encerrados en el tren en Madrid sin luz ni aire acondicionado debería haber sido media hora como mucho si por ejemplo hubieran remolcado el tren con una locomotora. Expertos del sector estiman que solo este hecho debería suponer la dimisión del ministro o del presidente de Renfe, pero lo que han hecho desde el Ministerio es solicitar el cese del jefe de la empresa de mantenimiento de Talgo, como ya contamos en este periódico.

Puente y Renfe echan la culpa a otros de los retrasos, que ya se producían en mayor medida antes de que empezaran a funcionar los Avril S106 en mayo de este año. El 25,7 % de los trenes de alta velocidad y larga distancia llegaron con un retraso de hasta una hora en 2023, el primer año del nuevo presidente, Raúl Blanco, frente al 19,45 % del año anterior o el 14,16 % del año 2019. El ministro y el primer ejecutivo echarán la culpa a otros, pero seguramente deberán hacer algo más para que vuelva a funcionar bien un servicio que ha funcionado muy bien durante muchos años y ha dado un gran prestigio a España fuera de sus fronteras.

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