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Un vehículo de recogida trabaja en la estación de mercancías Abroñigal.

Un vehículo de recogida trabaja en la estación de mercancíasEP

Quién gana y quién pierde en una eventual ruptura comercial con Venezuela

Las relaciones comerciales entre ambos países fueron buenas durante el Gobierno de Hugo Chávez, pero se desplomaron tras la llegada de Nicolás Maduro al Palacio de Miraflores

Las relaciones entre España y Venezuela están penden de un hilo después de que Caracas llamara a consultas a su embajadora en Madrid como consecuencia de la llegada de Edmundo Gutiérrez a nuestro país. A pesar de los vínculos históricos entre ambas naciones, las relaciones comerciales no pasan por su mejor momento y una eventual ruptura podría ser fatal para nuestros intereses.

Venezuela no está ni remotamente entre los principales destinos de las exportaciones españolas. En el año 2023, España envió mercancías al país hispanoamericano por valor de 145,74 millones de euros, lo que le sitúa en el puesto 94. Paradójicamente, las relaciones comerciales entre ambos países fueron buenas, a tenor de los datos, durante el Gobierno de Hugo Chávez, pero se desplomaron tras la llegada de Nicolás Maduro al Palacio de Miraflores.

Las importaciones procedentes de Caracas no han tenido regularidad, aunque en los últimos dos años se están recuperando tras el mínimo registrado en 2021 como consecuencia de la paralización de la importación petrolera.

Además del citado combustible, que ha supuesto el 87 % de las importaciones venezolanas en los últimos diez años, España también adquiere cierta cantidad de camarones, material de fundición de hierro, ron y aluminio en bruto.

Por el contrario, en la última década los envíos españoles se han centrado en combustibles y lubricantes (518,7 millones), usados como diluyente para el «pesado» petróleo venezolano; seguidos de la maquinaria (190,91 millones) y las exportaciones no especificadas (108,08 millones), un extraño epígrafe para mercancías no contempladas o confidenciales.

La ruptura de las relaciones comerciales entre ambos países tendría, por tanto, efectos completamente distintos en sus economías. Si ya hemos citado que Venezuela entra a duras penas en el top cien de destinos de las exportaciones españolas, la dependencia que tienen hacia nuestro país es considerable. España es el tercer destino de las exportaciones venezolanas y el séptimo en importaciones, algunas claves para el refinado de productos petrolíferos que luego envía al exterior.

No obstante, y como recuerda el Icex en su último informe económico, Venezuela ha dejado de publicar la mayoría de las cifras macroeconómicas desde 2018, «por lo que en lo referido al comercio exterior hay que recurrir a fuentes de información indirectas, básicamente ITC Map, que no presentan una información real sobre el comportamiento del comercio, sobre todo en lo que respecta a las exportaciones venezolanas de petróleo que están afectadas por las sanciones norteamericanas al país (por lo que en gran parte se venden clandestinamente en mercados asiáticos y se cobran en criptomonedas)».

Según el Centro de Comercio Internacional, las exportaciones totales de petróleo fueron de 7.122 millones de dólares frente a los 9.300 millones estimados. Esta diferencia radica en la negativa de Venezuela a declarar sus exportaciones y los mecanismos utilizados para camuflar sus exportaciones debido a las sanciones. Por ello, China es el principal proveedor por delante de Estados Unidos y España.

Flujos de inversión

Otro asunto son los flujos de inversión. Con 500 millones en inversiones, el volumen de negocio de las empresas españolas en Venezuela es escaso, pero de gran importancia. La presencia de BBVA en el país ha permitido el mantenimiento de las relaciones con otras entidades del mundo a pesar de las sanciones, mientras que Repsol es clave para la explotación petrolífera y gasística del país. Por su parte, Telefónica ha anunciado un plan de inversión de 250 millones en el país para el desarrollo de tecnología 5G.

Por el contrario, la inversión venezolana en nuestro país es de unos 1.500 millones de euros. No obstante, se trata negocios inmobiliarios con el objetivo de conseguir la residencia y, una vez obtenida, deja de tener la consideración de inversión extranjera y no genera riqueza para el estado de origen.

No hay que olvidar que Venezuela posee las reservas de petróleo más importantes del planeta

Para Christophe Canler, profesor de la Universidad Carlemany, la ruptura de las relaciones perjudicaría mucho más a Venezuela a corto plazo, pero la cosa cambia a medio y largo plazo. «No hay que olvidar que Venezuela posee las reservas de petróleo más importantes del planeta, mucho más grandes incluso que las de países como Arabia Saudí. Por tanto, el potencial de crecimiento del país es enorme, se podría convertir en el país más rico del planeta. Todos los países saben que esto es así e intentan no perder posiciones allí esperando la oportunidad para intervenir en su desarrollo», explica.

Eso sí, este experto en Economía recuerda que, a pesar de las crisis que se han producido en los últimos veinte años, las relaciones nunca se han roto. «Quizá se han congelado los movimientos empresariales, pero en caso de un cambio político se pueden reactivar», añade.

Y es que la diáspora venezolana ya ha provocado la salida de siete millones de personas, de los que una décima parte se encuentran en nuestro país. «Se trata en muchos casos de empresarios, políticos o personas con patrimonio que tratan de abrirse una oportunidad aquí, pero que mantienen lazos con su país de origen y, ante un cambio político, reactivarían esos lazos», señala Canler. Las relaciones comerciales entre ambos países son, por tanto, cuestión de Estado.

Delcy Rodríguez calma a Repsol

La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, se ha reunido este viernes con el director de Negocios de Repsol en Venezuela, Luis Antonio García Sánchez para discutir las «alianzas estratégicas» y avanzar en la «cooperación energética».
«Nuestro país sigue avanzando en sus planes de cooperación energética y en las alianzas con empresas que, como Repsol, confían e invierten en la primera reserva petrolera del mundo», comentó Rodríguez.
En declaraciones a la televisión pública del país, Rodríguez destacó que la «sinergia» entre Venezuela y Repsol refuerza el compromiso de la nación caribeña de «consolidar su posición como líder en el mercado energético global, para promover el desarrollo y la estabilidad económica a través de alianzas estratégicas y cooperación internacional».
En declaraciones a la televisión pública del país, Rodríguez destacó que la «sinergia» entre Venezuela y Repsol refuerza el compromiso de la nación caribeña de «consolidar su posición como líder en el mercado energético global, para promover el desarrollo y la estabilidad económica a través de alianzas estratégicas y cooperación internacional».
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