La batalla por Prisa entra en los meses decisivos

La pelea viene de lejos. Pero lo último ha sido la tele. Hace unas semanas decidieron en Moncloa que necesitaban una televisión en abierto. Que les llevaban atacando mucho tiempo y que con Televisión Española ya no bastaba. La feliz idea partió de Óscar López, entonces Jefe de Gabinete del Presidente, y el diseño fue –¡cómo no!– de José Miguel Contreras, el sanchismo mediático en estado puro vestido de asesor monclovita. La puesta en marcha del nuevo canal implicaba un reordenamiento del espacio radioeléctrico español. ¿Pero qué problema era ese después de una amnistía y de la ignota financiación singular catalana? Lógicamente pensaron que Prisa era la empresa mejor posicionada para llevarse el gato al agua. Habría que hacer un concurso y su paripé, pero la idea contaba con todos los parabienes de Pedro Sánchez que ya tenía en mente otra jugada.

La cosa mejoró por momentos con la designación de Óscar Lopez como nuevo ministro de Transformación Digital y de la Función Pública. José Luis Escrivá se marchaba al Banco de España y empezaba a encargar informes a su Gabinete de Estudios a la medida del Gobierno. Que Sánchez citara el nuevo dato de crecimiento y los informes del Banco de España en su sesión de control demuestra hasta qué punto le van a ser útiles los papeles que prepare Escrivá en el organismo regulador. Maravilla de independencia y de eficacia.

Pero volvamos a la tele. López, desde su flamante nuevo ministerio, ya podía ejecutar el plan. Todo iba bien hasta que el Presidente de El País y la Cadena Ser, Joseph Oughourlian, empezó a torcer el morro con la idea de los monclovitas. Es verdad que José Miguel Contreras, director de contenidos de Prisa, se fajó a fondo, pero los resultados económicos del grupo no permitían aventuras tan caras por mucho que vinieran bendecidas desde el poder. Pero ¿será por dinero?

Contreras y otros amigos de Sánchez poseen a través de Global Alconaba un 7 % en Prisa, pero Oughourlian –dueño del fondo Amber Capital– es su accionista mayoritario con el 29 %

Hay que recordar –hablamos de ellos hace unos meses– que Contreras y otros amigos de Sánchez poseen a través de Global Alconada un 7 % en Prisa, pero que Oughourlian –dueño del fondo Amber Capital– es su accionista mayoritario con el 29 %. Es decir, que aquellos movimientos que los Contreras habían iniciado para hacerse con el control de Prisa se quedaban en agua de borrajas ante la negativa del presidente del grupo a bendecir la operación.

Así las cosas, los hombres de Sánchez en Prisa tuvieron que moverse en otros frentes para desbancar a Oughourlian. Una película que ya vieron los consejeros de Prisa en 2017 cuando Amber Capital se alió con el Banco de Santander para cargarse a Cebrián; y en 2020 con la salida de Javier Monzón gracias a otro pacto de Oughourlian, esta vez con Pallete (Telefónica) y Sánchez. ¡Ay, Pallete, cuantos favores olvidados hoy!

Dos años después Telefónica vendía su 7 % de Prisa a los Global Alconaba por 34 millones de euros. Y ahí empezó la fiesta. Fiesta que –entre otras cosas– incluía saber de dónde había sacado una empresa con pérdidas tantos millones. ¿Será por dinero? Pronto se supo que aquellos desconocidos eran en realidad ilustres nombres del zapaterismo, hoy reconvertido al sanchismo. Entre otros, Andrés Varela Entrecanales, primo del presidente de Acciona.

En Moncloa están que trinan con la actitud del periódico en el pacto Illa-ERC. Sánchez se ha hartado de Oughourlian y piensa que lo mejor para todos empieza con su salida

Pues bien, aquel primer asalto está viviendo hoy sus momentos decisivos. Es verdad que Oughourlian controla el Consejo, pero los Contreras & Varela han hecho lo propio con la línea editorial de Prisa aunque no del todo. En Moncloa están que trinan con la actitud del periódico en el pacto Illa-ERC. Después de varios artículos y tribunas dando cera a la financiación singular de María Jesús Montero –especialmente la que firmaron Carlos Monasterio e Ignacio Zubiri– Sánchez se ha hartado de Oughourlian y piensa que lo mejor para todos empieza con su salida. Sin embargo, el presidente franco armenio sigue en sus trece. No traga con la primera inversión que ha planteado Contreras de nueve millones de euros al año y recuerda una y otra vez a sus consejeros la difícil situación de la compañía, con una deuda de 800 millones y un patrimonio negativo de 428.

Pero en Moncloa piensan de otra manera. Y ya han tocado a rebato para que empresarios afines se sumen al proyecto Barroso. El primero ha sido Adolfo Utor, presidente de Baleària y amigo del PSOE valenciano, que ya ha alcanzado el 5,4 % de Prisa. El segundo es Diego Prieto, socialista andaluz, que en un plis plas se ha hecho con otro 3 %. Pero con eso no llegan a los 300 millones que pide Oughourlian para retirarse. Y los Barrosos miran a los viejos accionistas: a Ana Botín del Santander (4 %), a Manuel Polanco Moreno de Rucandio (7,6 %), y a los mexicanos Carlos Slim (7 %), Roberto Alcántara (4,8 %) y Carlos Fernández (4 %). Todos dependiendo de que el Santander les financie, claro, como ya hizo en otras ampliaciones de capital. Pero a pesar de todo, las cuentas no salen.

Global Alconada podría llegar sumando a todos al 42 % del capital, un 47 % si es que se suma, como dice Fernando Cano, al jeque Al Thani (4,9 %). Pero Amber cuenta con el apoyo de Vivendi, que tiene el 11 %, a los que habría que añadir otros fondos de inversión. Dos bloques enfrentados, sí, pero a unos les interesa salir con bien de la nefasta aventura de Prisa y a otros entrar para seguir con ese proyecto –más ruinoso aún– del nuevo canal de televisión.

Ya no se trata de tomar partido por el ganador, pues en Moncloa siempre se salen con la suya. Y mucho más si se trata de conservar el poder. Conocemos lo que han sido capaces de hacer hasta ahora para conservarlo. ¿Y alguien duda de que vayan a dejar escapar la caza mayor de Prisa en esta nueva jauría? ¡Será por dinero!