Dudas sobre el futuro en Telefónica de Javier de Paz, el hombre de Zapatero en la compañía

un medio digital publicaba ayer que el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, habría decidido ya que fuera Javier de Paz quien abandonara el Consejo de Administración de la compañía para hacer hueco a un representante de Saudi Telecom Company (STC), que en breve podría llegar a tener un 10 % de la teleco española si el Gobierno le da permiso para ejecutar el 5 % que había comprado a través de derivados en septiembre de 2023.

Javier de Paz es un histórico de Telefónica, y hay quien ve muy difícil que salga de ella; aún menos en este momento. De Paz es íntimo de José Luis Rodríguez Zapatero, que fue quien le ubicó en la compañía, y tiene buena relación con Pedro Sánchez. Además, su perfil cumpliría con los requisitos que marcan los estatutos para relevar a José María Álvarez-Pallete como presidente: De Paz está en el Consejo y además desde hace muchos años. Fue nombrado por primera vez por el Gobierno de Zapatero en 2007.

Como ya contábamos en este artículo, está en marcha una operación para destituir a Pallete, y algunas fuentes no descartan que se haya lanzado la salida de Javier de Paz como un globo sonda para proteger al actual presidente. Según estas mismas fuentes, quien ha podido filtrar la idea a El Confidencial ha sido un ex alto cargo de Telefónica, asesor de José María Álvarez-Pallete, que tiene muy mala relación con Javier de Paz y muy buena con el medio al que se lo cuenta.

El ambiente que hay ahora mismo en la compañía haría pensar a priori en cualquier cosa menos en la salida de Javier de Paz. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) está ejerciendo con mano de hierro su papel de máximo accionista y mandando. Lo hace en buena medida a través de Carlos Ocaña, el hombre que ayudó a Pedro Sánchez con su tesis, y que entró en mayo en el Consejo de Administración de Telefónica. Su poder en la compañía ya es notorio.

Con Carlos Ocaña y Rosauro Varo como hombres próximos al PSOE y con mucho poder en la compañía, sería extraño que el Gobierno dejara ahora que su tradicional factótum en Telefónica durante muchos años tuviera que abandonarla. Más bien se tiende a pensar que querrán consolidar su poder.