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José María Rotellar

Montero y el Gobierno mienten: por qué lo de Cataluña es un concierto

Lo que se ofrece al nacionalismo es un concierto o convenio económico, como el vasco y el navarro, se ponga como se ponga la ministra Montero

Actualizada 04:30

Hace un mes y medio, escribía en El Debate que el Gobierno se burlaba de todos los españoles con su propuesta del concierto catalán y, sobre todo, de las explicaciones que daban para justificarlo. Entonces, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dijo que lo acordado con ERC no es un concierto económico y que no rompe la solidaridad, acusando de mentir a quienes sostengan lo contrario.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero

Josep Borrell le explicó clara y técnicamente lo que es un concierto económico: un sistema fiscal mediante el cual una región recauda todos los impuestos, se queda con toda esa recaudación y luego aporta una cantidad por los servicios que la Administración General del Estado preste en dicha región, cantidad que en las forales se llaman cupo (País Vasco) o aportación (Navarra). Eso es un concierto o convenio económico, como el vasco y el navarro, respectivamente, se ponga como se ponga la ministra Montero. Por tanto, quien no dice la verdad no es quien señale que eso es un concierto económico, sino quienes lo niegan, como la ministra y el Gobierno al completo.

Ahora, en un elemento de burla más, ha dicho que sí que es un concierto, que tendrá elementos comunes al concierto vasco y convenio navarro y lo llama solidario. Esto ya es reírse claramente de los españoles: al igual que su jefe, Montero dice una cosa y la contraria y no se avergüenza de mentir a los ciudadanos.

Para mayor esperpento, afirma que, de momento, sólo se cederá el IRPF. ¿A quién pretende engañar? Los independentistas catalanes son claros, aunque su fin sea el que es: han dicho que les tienen que ceder todo, y Sánchez, para seguir en La Moncloa, lo cederá. ¿Alguien cree que no va a dárselo?

Por otra parte, sigue sin explicar cómo se articulará y cómo se solventará el doble quebranto que supondrá: por un lado, lo que aporta Cataluña a las CCAA receptoras netas de fondos; por otro lado, los miles de millones que la AGE dejará de ingresar por la parte que ahora le corresponde de lo recaudado en Cataluña y que supondrá un impacto muy negativo en las cuentas públicas.

Y vuelve a decir, una vez más, lo que el Gobierno repite: que no perjudica a ninguna comunidad autónoma, que será bueno para el conjunto de España y para todas y cada una de las regiones. Vuelve a ser falso.

Ese cupo catalán tendrá un impacto presupuestario, pues merma los ingresos de la Administración

Ese cupo catalán, como ya he escrito en alguna ocasión en El Debate, tendrá un impacto presupuestario, pues merma los ingresos de la AGE, al quedarse Cataluña con todos los impuestos. Además, aunque Cataluña recibiría más, dada su trayectoria de ejecución presupuestaria de la mayoría de los últimos dieciséis años, gastaría todos esos recursos, e incluso más, aumentando el déficit conjunto; por su parte, la AGE incurriría en un mayor déficit para poder seguir prestando los servicios que se financian ahora con el porcentaje de recaudación generada en Cataluña de los impuestos estatales que va a la AGE; el resto de CCAA también introducirían inestabilidad presupuestaria, pues la mayor aportación de las ricas y los menores recursos que irían a las receptoras netas, harían que para poder prestar los servicios esenciales lo hiciesen a base de deuda; la inseguridad jurídica que se desataría. incrementaría el coste de la deuda y la deuda misma, por disminución de ingresos por el impacto negativo que se daría en la actividad económica, aumentando el déficit; por último, el mayor volumen de deuda consumiría un mayor gasto en intereses de esa financiación.

Y ninguna región resultaría beneficiada, pues se rompería la solidaridad y todas ellas tendrían que asumir el quebranto, aparte de la AGE. Todos los españoles, en definitiva, serían los perjudicados: al tener que renunciar la AGE a la parte de impuestos que se recaudan en Cataluña y que se queda la AGE: 50 % del IRPF, 50 % del IVA, 42% de los IIEE, 100 % de Sociedades, por hablar de los más relevantes. Adicionalmente, como Cataluña dejaría de aportar a la solidaridad del resto de regiones, la merma de esos 1.500 millones que ahora aporta Cataluña, tendrían que cubrirlo la AGE -afectando, de nuevo, a todos los españoles; o las otras dos regiones aportantes netas –Madrid y Baleares–, que tendrían que incrementar su aportación. Por su parte, también se verían perjudicadas las regiones receptoras netas, porque sería imposible compensar la merma antes descrita, bien por la AGE, bien por Madrid y Baleares, y habría, al menos, una parte de fondos que reciben ahora y que perderían. Así, muchas comunidades con menos recursos, como Asturias o Castilla-La Mancha, podrían llegar a perder 38,5 millones y 127,5 millones cada año, respectivamente.

El Gobierno se ríe de los españoles, con menosprecio derivado de sus explicaciones, mientras les hurta los recursos de servicios públicos fundamentales para dárselos al independentismo catalán.

  • José María Rotellar es profesor de Economía y director del Observatorio Económico de la UFV
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