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A DEBATEClaudia Cid

La reducción de jornada, golpe de gracia para las pequeñas empresas: «Los costes van a subir un 30 %»

La reducción de la jornada laboral, medida estrella de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sigue generando debate en España. En particular, entre los autónomos y las pequeñas y medianas empresas, las conocidas pymes, que serían las más afectadas.

La propuesta del Gobierno pasa por recortar las 40 horas semanales actuales a 37,5 horas para 2025 sin recortar el salario. Pero desde que en 1983 se estableciera por ley en el Estatuto de los Trabajadores la jornada de 40 horas, los convenios colectivos han ido reduciendo su duración por debajo de las 38,5 horas de media en la actualidad. Según la última Encuesta de Población Activa correspondiente al segundo trimestre de 2024, el número medio de horas semanales habitualmente trabajadas por todos los ocupados supera ligeramente las 37,5 horas —concretamente se sitúa en 37,6 horas—.

Esto no significa que todos los españoles trabajen menos de 40 horas. Apenas el 7,9 % de los asalariados tienen jornadas superiores a las 39,5 horas y casi siempre ocurre en sectores donde la presencia del trabajador es fundamental para garantizar el servicio, como por ejemplo la seguridad o la hostelería. En cambio, el porcentaje de trabajadores con jornadas por encima de las 37,5 horas se sitúa en el 75,8 %, unos 8,8 millones de asalariados.

En otros sectores como la hostelería, no tienen una jornada semanal fija. La taberna La Bola, en Madrid, abre de domingo a miércoles desde las 13 h hasta las 17:30 h y de jueves a sábado desde las 13 h hasta las 22 h. Sus 20 empleados trabajan a turnos, y aunque de media emplean menos de 37,5 horas, en fechas concretas ese tiempo puede llegar a superarse. «Ahora mismo los trabajadores compensan las horas de más con horas de menos», explica su dueña, Mara Verdasco.

Trabajo quiere acabar con esa flexibilidad de la que dependen muchas pymes e imponer a las empresas las 37,5 horas sin tener en cuenta la necesidad de cada sector. Esta limitación traería consigo un coste asociado, principalmente para las pymes, de 42.400 millones de euros, según se desprende del informe de Impacto de la reducción de la jornada laboral en la pyme elaborado por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme).

Una reducción de jornada al margen de la negociación colectiva sin periodo de adaptación tendría un efecto directo de 11.800 millones de euros, entendido como el coste de horas que se dejarían de trabajar. No obstante, el coste anual indirecto ascendería a los 30.602 millones y el total a los 42.394 millones, una cifra similar a aumentar el impuesto de sociedades al 56 %.

Pérdida de rentabilidad

Los expertos consideran que sacar adelante esta medida de forma transversal sin antes realizar un estudio del impacto que traería consigo, no solo va a suponer un aumento de los costes, también mermará la productividad y la rentabilidad de las empresas.

«Esta reducción de la jornada a 37,5 horas supone que los empleados trabajen 30 minutos menos al día. Va a ser difícil encontrar a alguien que cubra ese número de horas, por lo que vamos a tener que reducir el horario de apertura», asegura Mara Verdasco, dueña de la taberna La Bola. «Al final, cerrar antes me va a suponer una pérdida de dinero y una reducción de la productividad», añade.

Los tres empleados de FoodHouse, un local de comida saludable situado en Ifema, y sus dos propietarios, trabajan 40 horas semanales, de lunes a viernes. Si la reducción de jornada sale adelante, afirman, es probable que tengan que pasar a tener un sistema de turnos rotativos.

El recorte de horas va a obligar a sus dueños a contratar un empleado más. «Va a suponer un sobrecoste que, para poder hacer frente, nos llevará a tener que abrir un sexto día a la semana», cuenta Alberto García, uno de los copropietarios. «El tiempo que ahorren de esa reducción de la jornada lo van a perder en venir un día más al trabajo, pero es la única manera que tenemos de no perder dinero», concluye.

Impacto en la economía española

Esta iniciativa puede ser limitante y lastrar la capacidad de crecimiento de la economía española. «Va a tener un gran impacto en los planes de negocio de las empresas y va a generar mucha incertidumbre económica», asegura Francisco Aranda, portavoz de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM).

Actualmente España duplica la media de paro de la Unión Europea y se encuentra en el primer puesto de paro juvenil y femenino

No solo va a afectar a la productividad y a la rentabilidad de las empresas, también va a suponer la pérdida de empleo. «Cuanto más pequeña sea esa empresa más posibilidades tiene de que no pueda afrontarlo y termine cerrando. Y cuando una empresa echa el cierre no reduce el horario, lo elimina porque sus trabajadores van al desempleo», explica Aranda. De hecho, BBVA Research, el servicio de análisis de BBVA ha alertado que podría suponer la pérdida de un 1 % del empleo.

Desde la patronal aseguran que es un riesgo que no se puede correr, porque actualmente España duplica la media de paro de la Unión Europea y se encuentra en el primer puesto de paro juvenil y femenino.

«No nos influirá»

La hostelería, el campo y el comercio son los sectores en los que la reducción de la jornada tendrá un mayor impacto. En otros, sobre todo en los que se ha producido un aumento de la productividad, esta medida sería viable. Es el caso de algunas peluquerías, como Mostacho Peluqueros, en Madrid.

En ella trabaja Jesús Fraile, su dueño, y otros dos empleados más. Uno de ellos, por necesidades personales, tiene una jornada semanal de 30 horas, otro trabaja 39 horas y media, y él pasa en la peluquería todo el día. «Desde que comenzamos con el negocio, hemos ido adaptando los horarios a las necesidades del trabajador y a las mías. Reducir 20 minutos de trabajo al día no nos influirá», asegura Jesús.

Jesús Fraile, dueño de Mostachos PeluquerosCristian Marfil

«En este oficio el tiempo eficaz de trabajo ronda el 70 o el 75 %. Tenemos a nuestro personal entre 8 y 10 horas a la semana sin hacer nada. Si conseguimos optimizar ese tiempo, seremos más productivos», explica el dueño de Mostacho Peluqueros. Además, le ayudaría a contratar más personal, ya que el horario laboral es el principal problema que echa para atrás a sus trabajadores.

Más tecnología

La implementación de las nuevas tecnologías puede ser una solución para minimizar el impacto de esta medida en algunos sectores como, por ejemplo, el hotelero.

Antonio Núñez es el director del Hotel Santo Domingo, situado en el centro de Madrid y donde trabajan entre 60 y 80 personas. Sus empleados tienen una jornada semanal de 40 horas, pero reducir ese tiempo en 2,5 horas le va a obligar a contratar más personal.

Nuestros costes se van a incrementar entre un 25 y un 30 % y va a reducir nuestra rentabilidadAntonio NúñezDirector del Hotel Santo Domingo

«No vamos a poder encontrar a alguien que trabaje ese tiempo a la semana, por lo que vamos a tener que contratar a alguien que trabaje a jornada completa. Esto va a incrementar nuestros costes entre un 25 y un 30 % y va a reducir nuestra rentabilidad», explica Antonio.

Escalonar la entrada de los trabajadores no es una opción viable para él, porque tal y como explica «si un viernes hay 100 check-in (entradas al hotel) que realizar, tendremos que tratar a la gente en el menor tiempo posible, y necesito contar con más personal». Lo único que le podría ayudar sería implantar tecnología para que los clientes puedan hacer el check-in automático. «Ahora bien, ¿van a querer o van a preferir tener trato con el recepcionista?», se cuestiona. Para él, todo va a depender de lo que su cliente busque.

«Respetar los convenios colectivos»

La patronal defiende que se deben respetar los convenios colectivos que están vigentes en la actualidad, y que tienen pactada una duración de jornada. «La única forma que existe para que se siga reduciendo el horario laboral es dejar trabajar a la negociación colectiva», asegura Francisco Aranda, el portavoz de CEIM, quien considera que también se debe reducir la rigidez laboral. «La economía tiene que ir siempre en base a la demanda. Si aumentamos la flexibilidad de nuestras plantillas las haremos más competitivas», explica.

La economía tiene que ir siempre en base a la demanda. Si aumentamos la flexibilidad de nuestras plantillas las haremos más competitivasFrancisco ArandaPortavoz de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM)

Francisco Aranda, portavoz de CEIMCristian Marfil

«Si la vicepresidenta quiere ayudar a mejorar la productividad tiene formas de hacerlo. Por ejemplo, reduciendo el absentismo laboral», sugiere Francisco Aranda. Una forma de hacerlo, según el portavoz de CEIM, sería permitiendo a las mutuas dar bajas y altas.

También consideran importante bajar las cotizaciones sociales, un impuesto al empleo que actualmente que está muy elevado. Si se reduce, las contrataciones aumentarían y «probablemente se produciría un incremento salarial».

Más bonificaciones

El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha propuesto este viernes a los agentes sociales bonificar la conversión de contratos a tiempo parcial en empleos a tiempo completo dentro del proceso de acompañamiento a las pequeñas y medianas empresas de menos de 10 trabajadores para la reducción de la jornada laboral hasta las 37,5 horas.

El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ha explicado este viernes, tras concluir la mesa de diálogo social sobre la reducción de la jornada laboral, que esta medida es uno de los «tres elementos que conforman el Plan Pyme 375».

Este programa, que ya se puso sobre la mesa en la reunión anterior, se basa en otros dos elementos: la bonificación de contratos indefinidos que realicen las pymes de menos de 10 trabajadores como consecuencia de la aplicación de la rebaja de la jornada laboral, y la puesta en marcha de planes de asesoramiento y guías sectoriales que tengan en cuenta las características de cada sector de producción, en principio de la mano de los servicios públicos de empleo.

Pérez Rey no ha dado cifra, pero ha asegurado que las bonificaciones por la creación de puestos de trabajo indefinidos no serán iguales que las que se darán por el incremento de la jornada. «Le pedimos también a las organizaciones patronales y a las organizaciones sindicales que hagan algunas consideraciones sobre cuál debería ser la cuantía para evitar que las bonificaciones se conviertan en un peso muerto», ha apuntado el secretario de Estado, que ha mostrado su disposición a diseñar conjuntamente dichas bonificaciones.