España ya importa más gas de Portugal del que exporta al país vecino
Lisboa ha reducido de forma notable su consumo a cambio de volverse más dependiente de la energía eléctrica procedente de nuestro país
Cambian las tornas. En los últimos dos años, Portugal se ha convertido en exportador neto de gas a España, cuando hasta entonces la situación había sido a la inversa. Ello a pesar de que el país vecino tan solo cuenta con una única terminal de regasificación de GNL, en Sines, que se surte principalmente de buques procedentes de Nigeria y Estados Unidos.
El mayor pico se produjo en mayo de 2023, cuando España importó 1,8 teravarios hora (TWh) de GNL de Portugal; y en junio de este año, cuando adquirimos del país vecino 1,7 TWh, de acuerdo con datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrólíferos (Cores) facilitados por el instituto energético Ieefa.
La cifra es pequeña, dado que el consumo medio del país ronda los 27 TWh mensuales, pero llamativa. España fue el año pasado el principal reexportador de gas natural licuado (GNL) no productor del mundo, con 22,1 TWh, según datos de la gestora del sistema gasista, Enagás.
«Portugal ha reducido su dependencia de las importaciones de gas reduciendo su consumo de gas», explica a El Debate Ana María Jaller-Makarewicz, analista del Ieefa. «En el primer semestre de 2024, Portugal fue el país de la UE que más redujo el consumo de gas (un 18% interanual). En el mismo periodo, España redujo su consumo de gas un 7 %», puntualiza.
La experta atribuye el cambio en el balance de las exportaciones a los compromisos contractuales adquiridos previamente, en un contexto en el que las importaciones totales de GNL se han recortado un 23 % en el primer semestre del año. El 33 % de las importaciones de GNL provino de Rusia, el 31 % de Estados Unidos, el 13 % de Argelia, el 11 % de Nigeria y el resto de otros países.
El Sistema Nacional de Gas de Portugal no tiene producción local. El país importa gas a través de su única terminal de regasificación de GNL, en Sines, y de dos gasoductos de interconexión con España (VIP Ibérico) que permiten flujos bidireccionales. El suministro de gas a través de estas interconexiones se basa principalmente en contratos que obligan al comprador a tomar una cantidad mínima a un precio fijo o a pagar al vendedor cualquier déficit (la denominada cláusula de compra obligatoria).
La demanda de gas por parte de la UE lleva dos años disminuyendo, coincidiendo con la invasión rusa de Ucrania y las consecuentes sanciones a Moscú. En 2022 las importaciones se redujeron un 14 %; y en 2023 un 7 % adicional. En el primer semestre del año el retroceso es del 3 % interanual, con cifras un 14 % inferiores a las del primer semestre del 2022.
Pese a este giro en las importaciones de gas, en los últimos años Portugal se ha vuelto cada vez más dependiente de las importaciones de electricidad desde España. «Ha sucedido lo contrario de lo que ha ocurrido con el gas», explica Jaller-Makarewicz. Portugal pasó de ser un exportador neto de electricidad a España en 2017 (2,7 TWh) a un importador neto del país en 2023 (-10,2 TWh), y según el IEEFA, la explicación se encuentra en que la disminución de la generación de combustibles fósiles en Portugal ha sido desplazada sólo parcialmente por las energías renovables.
«El Gobierno luso debería aspirar a que el país sea autosuficiente energéticamente. Puede reducir la dependencia de las importaciones de electricidad acelerando el despliegue de la energía eólica», afirman desde el instituto energético. Un reto al que, afirman, también debe sumarse España si quiere cumplir con su calendario de cierre nuclear, con la clausura de los siete reactores españoles antes de 2035.
«España necesitará acelerar el desarrollo de las energías renovables para reemplazar el vacío dejado por la energía nuclear. Si la energía nuclear no se elimina progresivamente y de forma bien planificada, España podría correr el riesgo de volverse dependiente también de las importaciones», afirma al respecto Jonathan Bruegel, experto del Ieefa y coautor del informe.