El PP rectifica y votará en contra del impuesto a las energéticas
La posibilidad desvelada por El Debate de que se abstuviese y de este modo se aprobara el impuesto ha generado un revuelo interno en el partido que ha terminado con el retorno a la postura original
La noticia publicada hace unos días en El Debate sobre la posible abstención del Partido Popular en la votación del impuesto a las energéticas y su consiguiente aprobación ha provocado un revuelo en el partido, que ha decidido aclarar de manera radical su postura y volver a su postulado habitual: votará en contra del impuesto a las energéticas.
Con ello se complica de manera prácticamente insalvable la aprobación del impuesto por parte del Gobierno. Junto con el PP, votarían en contra Vox, que nunca se ha planteado alinearse con la postura del Gobierno, y Junts, que se juega en el envite cuestiones importantes. La primera, más de corto plazo, son las cuantiosas inversiones de Repsol en Tarragona. Saltarían por los aires si el partido catalán votara a favor del impuesto. La segunda, más a largo plazo, es que el voto en contra del impuesto clarificaría su postura en este terreno de cara a que en un tiempo pudieran volver a tener su sede social en Cataluña CaixaBank o Banco de Sabadell.
Quien casi con toda seguridad votaría a favor del impuesto es el PNV. La posibilidad de deducirlo en la base imponible permitiría reducir su impacto al 100 % a empresas que tienen domiciliada allí su sede social, como Iberdrola, BBVA y en parte Repsol, cuyo peso de su filial Petronor en su balance está en torno al 13 %.
La mala noticia para el Gobierno es que la no aprobación del impuesto rompería la credibilidad del plan enviado a Bruselas, pues no contaría con los al menos 2.900 millones de euros que el Estado ha recaudado de las empresas energéticas y la banca en los dos últimos años.
Por otra parte, no parece que las modificaciones que se están planteando puedan resultar aceptables para las empresas energéticas o la banca. La idea de cambiar el situar la base imponible en la facturación a hacerlo en los beneficios, como se está planteando, supondría una doble imposición, ya que estas empresas ya pagan por sus beneficios en el impuesto de sociedades.
Al Gobierno solo le queda la opción de que Junts cambie de opinión, pero no parece que vaya a hacerlo. Por otro lado, no tiene posibilidad de convencer al PP, con el que las relaciones son nefastas.
Si se confirma que el PP vota en contra, el impuesto solo contaría con los apoyos de ERC, PSOE, Sumar, Podemos, Bildu y casi con toda seguridad el PNV, de modo que no llegaría a la mayoría necesaria para aprobarlo. El Gobierno no presentará el impuesto a votación si no tiene los apoyos imprescindibles, ya que representaría otra derrota más en el Congreso. En principio, hoy termina el plazo para que los partidos políticos introduzcan enmiendas a la norma que daría lugar al vehículo para mantener el impuesto a las energéticas, salvo que se amplíe.